¿Mi formación como docente me respalda ante la realidad que enfrentaré cuando salga al campo laboral?
Enviado por Noelia Ferreira • 30 de Julio de 2019 • Ensayo • 3.665 Palabras (15 Páginas) • 170 Visitas
¿Mi formación como docente me respalda ante la realidad que enfrentaré cuando salga al campo laboral?
La educación ha experimentado ciertos períodos de crisis a lo largo de los últimos años, aunque no sólo de los últimos años, sino que esto ha ocurrido una y otra vez desde los comienzos de la historia de la educación misma, hasta el tiempo actual.
Cuando el asunto es educación, tarde o temprano los problemas comienzan a emerger y aunque a veces algunas distracciones pueden favorecer la ignorancia acerca de ellos, somos seres pensantes e inevitablemente, aunque callemos la mayoría de las veces, tal vez por comodidad, sumisión u obediencia, se nos hace imposible ignorarlos.
Este pensamiento inicial, me remite a la visión de Moacir Gadotti acerca del rol del pedagogo en la sociedad actual. Este filósofo de la educación trata de introducir la sospecha dialéctica en el optimismo dialógico partiendo del hombre concreto, real, de las relaciones del hombre en una sociedad real, con el fin de llegar a una pedagogía válida para ese hombre concreto y esa sociedad situada históricamente y no para una pedagogía válida en todos los contextos y para todos los hombres. Teniendo en cuenta sus palabras, pienso que estamos viviendo un período de transición, el cual, nos sitúa entre dos épocas que sugieren, por lo tanto, distintas visiones acerca de la educación. Los profesionales de la educación o futuros profesionales, nos hemos encontrado frente a la necesidad de interrogarnos acerca de nuestra formación docente.
Por eso pienso que es muy pertinente el planteamiento de Gadotti cuando afirma que no es posible la existencia de una pedagogía válida para todos los tiempos y contextos. Nuestra realidad actual y nuestra mirada hacia el pasado, nos aclara la idea de que cada período tiene su particularidad y nos conduce a ser conscientes de los cambios: las épocas cambian, los hombres cambian y con ellos sus perspectivas. Por lo tanto, son los tiempos los que nos exigen esa mirada analítica y crítica del pasado y del presente para proyectarnos hacia el futuro.
Como lo señala el título, mi inquietud subyace de la sospecha que han generado las innúmeras veces que me he preguntado: ¿Mi formación docente me respalda frente a la realidad práctica del aula? Es verdad que teóricamente todo suena perfecto, los discursos acerca de la educación siempre poseen un tono optimista y muchas veces he percibido en lo que refiere a los consejos didácticos, una especie de “idealismo” a la hora de planificar, por ejemplo. Entre otras dudas, que iré desarrollando a lo largo del trabajo, esta fue el puntapié inicial para la realización del presente ensayo.
La realidad de las prácticas educativas
“...vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo; y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban...” El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes (1615).
Es evidente que estar situado entre dos épocas, puede ampliar nuestro conocimiento en cuanto a viejas y nuevas razones para educar (como lo plantea Cullen en su Crítica de las razones para educar), y nos permite tener conciencia y avidez para proyectarnos hacia el futuro, no obstante, y debido a que, el mundo se encuentra en una transformación disruptiva, que a veces, desconcentra, gracias a que el futuro que se avecina es incierto y aunque esto nos permita influir en él como lo plantea Aragay, las diversas direcciones, sentidos, decisiones a tomar, tareas propuestas y obstáculos que implican estos tiempos cambiantes le adjudican un carácter por lo menos, problemático.
Esto debe instarnos, desde nuestra formación hasta el interior mismo de la práctica docente, a tener plena conciencia y a sospechar de aspectos que según el sistema, hay que tener en cuenta.
Es importante como docentes preguntarnos constantemente ¿qué es ser un docente? ¿cuál es nuestro rol? Gadotti plantea que para definir el rol docente es necesario partir de la etimología de la palabra pedagogía, y dice que su significado etimológico el cual es “la conducción de los niños” o “el que conduce a los niños”, es inadecuado en estos tiempos nuevos que exigen del educador mucho más que eso, ya que, hoy ese rol le pertenece al conductor del ómnibus escolar y no al profesor.
La voz del pueblo ya no es solamente un llamado, sino que un grito que exige por tanto, del docente una atención a las necesidades de la sociedad, a los problemas, angustias e inquietudes del pueblo. Por eso, alude al hecho de que la formación docente ha dejado de ser una toma de conciencia para ser una mera domesticación o entrenamiento, dejó de sembrar la inquietud, la sospecha, el cuestionarse ¿para qué?, ¿para quién?, ¿cómo? Y ¿contra quién educamos? El docente se ha convertido más en un policía de la educación que un hombre formado para crear la educación. El educador actual se encuentra en un momento, que necesita urgentemente pensar en la reconstrucción de la educación, paso a paso, con la reconstrucción de la propia sociedad.
Por dar un ejemplo: soy estudiante de profesorado de Literatura y en octubre del año pasado (2017), aprobé la práctica docente. Durante todo el año que tuve mi primer grupo a cargo, sin dudas, aprendí mucho en todos los aspectos, desde la guía y ayuda que me proporcionó la docente de Didáctica de la Literatura, el conocimiento adquirido de las demás asignaturas que me ofrece la carrera, como la institución en la que trabajé y los estudiantes. Lo curioso de todo este aprendizaje, fue que cada una de estas fuentes de conocimiento y sabiduría, me mostraban aspectos distintos en cuanto a la realidad que me tocaba enfrentar, debido a ello, durante ese recorrido me fui cuestionando acerca de muchas cosas.
En primer lugar en muchas ocasiones, encontré la necesidad de salirme de la línea que trazaba la docente de Didáctica. Eso me generaba una cierta molestia, porque mi pensamiento concordaba que la idea que la profesora intentaba enseñarme, era lo ideal a seguir.
Según Gadotti lo que ocurre hoy por hoy, con la pedagogía, es que ha pretendido, formar a pedagogos obedientes, por lo tanto, reivindicar para el educador no solo el derecho de contradecirse sino también la práctica de la desobediencia.
Resalta también, que es necesaria la valentía para practicar este tipo de educación, no obstante, dice Gadotti que este es el único camino a seguir con tal de lograr la formación de gente capaz de asumir su autonomía, la desobediencia organizada, su autodeterminación y participación en la construcción de una sociedad de iguales.
...