Mi primera vez “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”.
Enviado por Mildred Escamilla • 29 de Febrero de 2016 • Tarea • 938 Palabras (4 Páginas) • 329 Visitas
Mi primera vez
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”.
Así es como empieza mi poema favorito y lo sabes; o deberías saberlo.
Recuerdo que te lo leí varias veces, aunque muchas de ellas fueron en clase de historia y tú estabas dormido y yo no me daba cuenta de que lo estabas. La única vez que estabas despierto y te lo leí estabas enojado conmigo y no me hacías caso.
Aunque contigo las cosas siempre fueron inciertas, estoy segura de que sabes que ese es mi poema favorito porque tú siempre fuiste así, te hacías es el tonto, el que no sabía las cosas, fingías que no te importaba lo que decía y me ignorabas, pero en el momento menos esperado me decías alguna cosa que dije, sobre todo lo hacías cuando discutíamos porque siempre supiste que me fijo en los detalles y podías hacerme feliz citando algo que dije o diciendo detalles que sólo tú y yo tomamos en cuenta, como la ropa que llevaba puesta en la fiesta donde me caí de las escaleras.
Lo mío son las palabras, las frases, la poesía. Y tú siempre lo supiste.
Sabías que prefería que recordarás lo que te escribía en la mano a mitad de clase a que me comprarás rosas o regalos costosos.
Tú comprendiste el efecto que las palabras causaban en mí, fueran de una canción o de un poema.
Me alentabas a seguir mis sueños, decías que podía tener todo lo que quisiera.
Soportabas que cantara y bailara a mitad de la calle. Cuando bailaba notabas que es lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Y sabías que si te cantaba una canción era porque había algo en ella que me recordaba a ti.
Me enseñaste cosas sobre mí que yo no sabía. Eres muy observador.
Te gustaba jugar con mi cabello y con las puntas yo te hacía cosquillas. Te encantaba morder mis cachetes y hacerme cosquillas en el cuello con la nariz.
Me prohibiste volver a romper algo que hubiera escrito, porque “si quieres ser escritora debes de ver tus errores para corregirlos”.
Aprendiste que cuando escribía lo hacía para mí, para desahogarme, para expresar lo que siento. Y sabías que cuando peleábamos lo primero que hacía era escribir sobre cuán enojada estaba contigo. Nunca dejé que nadie leyera lo que escribía, ni siquiera tú.
Me tuviste mucha paciencia, sobre todo con mis inseguridades.
Hoy, estoy orgullosa de decir que la única persona que quiero ser soy yo. Que cada día trató de superarme a mí, sólo a mí. Que aún con mis defectos me siento segura y puedo admitirlos antes de que alguien me los enseñe. Que sé quien soy y quien quiero ser.
Por cierto, he hecho muchas tonterías últimamente, volví a hablar con Luis y no me arrepiento de lo que he hecho porque quiero seguir cometiendo errores para aprender de ellos por mi propia cuenta porque tú ya no estas aquí para decirme en que me equivoqué y lo que debo aprender.
Fuiste
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