Mi visión de Paz
Enviado por Christopherms • 15 de Julio de 2013 • Ensayo • 2.156 Palabras (9 Páginas) • 316 Visitas
Mi visión de Paz
Cuando pensamos en la Paz, lo primero que se nos ocurre es la ausencia de guerra. Pero la Paz es mucho más que eso. Así como la palabra yo es tan pequeña para describir todo el egoísmo que encierra, la Paz también implica muchas más cosas, su extensión, de sólo tres letras, y su fácil pronunciación obedecen a la sencillez de la misma, al poco esfuerzo que hay que realizar para gozar de ella, no es alabar o halagar al compañero; basta con tratarlo bien, no provocar riñas, no entrar en discusiones, además, esa misma sencillez nos deja ver su humildad, la paz está presente siempre en todo, pero no hace alarde de ello y, a veces, ni siquiera se deja ver, sin embargo, ella no está en la mesa de los reyes, bañada en oro, con caras vajillas, cubiertos bañados en plata con incrustaciones de alguna extraña gema preciosa traída de África y enormes festines encima, cubierta por largos manteles hechos con las más finas sedas orientales, porque el dinero no compra paz, más bien, muchas veces la espanta, ella prefiere estar en la mesa de los pobres, la cual no todos los días lleva algo encima para que se alimenten, pero donde sus comensales gozan de un profundo amor entre ellos.
La humildad de la paz hace que esté disponible para todos: occidentales, orientales, blancos, negros, altos, bajos, creyentes o ateos; pero sólo quienes la busquen con todo el corazón la encuentran, pero deben buscar en las cosas sencillas y modestas de la vida, ya que la complejidad sólo conlleva a más complejidad.
La Paz necesita de la tolerancia, de justicia, de igualdad, de solidaridad, y, también, de la responsabilidad de los gobernantes, quienes tienen el destino de los pueblos en sus manos, para tomar decisiones acertadas que hacen al bien común.
Contrario a lo que siempre nos han inculcado, la paz no es sólo la falta de guerra, sino que es el pacifismo, la tranquilidad absoluta y el equilibrio interno y natural, porque, de no ser así, aquel término de paz armada (el que se usa para definir el aire de tensa calma que se respiraba en Europa entre 1 890 y 1 914) estaría correcto. Por dicha, hoy comprendemos que aunque no haya guerra en sí y más bien lo que se presente sea la quietud, esa espera ante el dolor y el sufrimiento, que no es nada agradable, no puede ser llamado paz y, mucho menos, paz armada. Ya que, los instrumentos más mortíferos que maneja la paz son los abrazos y los buenos deseos. Por eso si tomáramos su definición literal, como la que aparece en los diccionarios, nos dejaría un gran vacío.
Y así podría continuar yo, por días y días definiéndola y ejemplificándola, ya que hay mucho de donde escoger, cada uno tiene su definición subjetiva de la misma, pero que quede claro que paz sólo hay una, lo único que hace es transformarse ante la visión de cada uno, porque hasta en eso nos ayuda.
Su antónimo no es la guerra, como todos piensan, es el interés, el egoísmo, es querer herir a los demás para nuestro propio bienestar, cegados por la avaricia.
Para concluir vamos a seguir hablando de paz, pero ahora, en el supuesto país más feliz del mundo.
Volviendo a los errores del pasado. Si como individuos y como nación no somos conscientes de que fuimos conquistados ya una vez de modo sangriento, y no queremos aceptar que estamos a punto de ser conquistados con una nueva modalidad (el capitalismo, que involucra el consumismo, la lucha por el poder y el dinero, los falsos líderes que manipulan a la gente por medio del engaño, de la felicidad artificial ofrecida por el materialismo que llega a reemplazar el contacto con la Naturaleza, pero bueno, en fin… eso ya es otro tema, aunque me quiera desahogar sacando a la luz todo lo injusto que veo día a día en nuestro grandioso sistema democrático, de eso podría salir un libro entero y mi propósito de hoy no es ese, pero les invito a preguntar cuán ciego está el mundo ante esto a sus profesores, en especial a los de Estudios Sociales) seguramente acabaremos como esclavos de la clase élite mundial, incluso suplicaremos a nuestros “líderes” una solución, misma que ellos con gusto nos ofrecerán cerrando así su ciclo, y habrán nacido entonces los “esclavos perfectos”, aquellos que nunca se preguntan qué es lo que pasa a su alrededor, que sólo les interesa cumplir con su cuota diaria de labor para retirarse a descansar matando las neuronas frente a su televisión o embruteciéndose con alguna bebida para “olvidar” las penas.
Millones de personas cada día despiertan de ese sueño hipnótico que los mantenía sumergidos en la miseria, la miseria del conocimiento, ya que la información es poder, y este poder debe ser devuelto al pueblo para mantener el equilibrio; sin embargo millones de personas morirán luchando y repudiando contra el nuevo orden mundial. Con todo respeto a todos aquellos inocentes que caen a causa de la “guerra contra el narco” o “guerra contra el terrorismo” o “guerra santa” son todas lo mismo….Un plan de control total a la humanidad.
Casi nadie se niega a la paz, de hecho aquí somos más los que queremos y exigimos la paz, desde los niños de preescolar que desfilan alegremente por las calles promoviendo un ambiente de paz, hasta los más experimentados hombres y mujeres que han vivido de cerca una experiencia negativa y también marchan de modo pasivo y ordenado esperando que sus derechos sean respetados; y sin embargo……… estamos en guerra.
Una guerra que no va a terminar bien, porque ésta no es una guerra contra la ignorancia, o contra la discriminación, o contra el hambre donde se supone un combate a favor del bienestar de la humanidad; esta es una guerra creada por el hombre intencionalmente cuyos fines son los mismos que las demás guerras: conquistar, dominar, esclavizar, imponer, controlar etc.
Esa es la realidad que yo veo, es lo que yo siento, porque se siente con el alma y él corazón, no con los ojos, y a lo largo de mi corta vida, he visto un sistema deficiente, un sistema excluyente y discriminador; es una maquina creadora de zombis, de robots, de autómatas, de clones de “el esclavo perfecto”.
Estamos en un sistema educativo que divide, que quiere que todos pensemos igual, que nadie pregunte sobre su entorno, que te pone a competir, porque aquí ser competitivo es ganar dinero, ser eficiente, ser exitoso, y para ser exitoso algunos usan fórmulas como acaparar conocimiento y habilidades,
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