Microrelato género negro "La vida sacrificada"
Enviado por adaraner • 16 de Marzo de 2017 • Trabajo • 881 Palabras (4 Páginas) • 199 Visitas
Sabía que ella me había seguido hasta casa, y eso que la había dejado bien enterrada bajo los escombros de una vieja iglesia abandonada. Su espíritu me atormentaba desde el día del fatal desenlace. Intenté dejarla con vida, pero era demasiado peligroso.
Había estado con nosotros encerrada en casa desde su nacimiento. Era incapaz de dejarla salir al mundo exterior, y menos exponerla a los peligros de lo cotidiano. Pensaréis que soy demasiado proteccionista, pero temía verme reflejado en ella. Mi infancia no fue precisamente la mejor etapa de mi vida, llena de abusos terribles y de momento en los que hasta mi integridad física estuvo a punto de desfallecer. No podía dejar que mi hija pasase por todo eso y más desde la muerte de su madre.
Les ocultamos a todos el embarazo. Desaparecimos. No quisimos hacerles partícipes de nuestra felicidad, algo que, en el fondo, también era nuestra perdición.
Mi pequeña se formaba día a día a través de los libros, sin tener acceso a la televisión. Lamentablemente cuando empezó a caminar, y a la temprana edad de tres años, consiguió arrancar uno de los maderos que tapaban la ventana de su cuarto. Doy gracias a que vivíamos en una casa aislada, sin ruidos, y en medio del bosque.
Su curiosidad siguió en aumento con los años. No entendía como en aquellos libros de mis estanterías se hablaba de lugares lejanos y de entornos que parecían estar allí afuera esperando a que ella apareciese. Salvo por el incidente de la ventana, nunca más había visto la luz del sol.
Cuando llegó a la adolescencia la situación era insostenible. Conseguí por todos los medios evitar varios intentos de fuga, hasta que un día, delante del espejo, me prometí a mí mismo que tenía que dar fin a esta situación. La quería demasiado para verla sufrir tanto.
La noche anterior a su muerte le hablé que le tenía preparada una sorpresa. Para ello tendría que anudarse un pañuelo a los ojos y confiar en mí. Ambos bajamos con cuidado los tortuosos caminos que llevaban al pueblo abandonado. Y ya, delante de lo que se adivinaba como el altar de una iglesia, le quité la vida, sin dejarle ni por un momento quitarse la venda. Nunca jamás vio como era el exterior. Solo lo intuyó levemente a través de los sonidos del bosque.
Al poco salió la noticia en todos los medios. Nadie sabía de quien se trataba. Nadie reclamó el cadáver. Tan solo yo voy a velar su tumba. Una lápida anónima en un cementerio tan frío, como la vida que impedí que tuviese.
UNA VIDA SACRIFICADA
Sabia que ella m'havia seguit fins a casa, i això que l'havia deixat ben enterrada sota els enderrocs d'una vella església abandonada. El seu esperit em turmentava des del dia del fatal desenllaç. Vaig intentar deixar-la amb vida, però era massa perillós. Havia estat amb nosaltres tancada a casa des del seu naixement. Era incapaç de deixar-la sortir al món exterior, i menys exposar-la als perills del quotidià. Pensareu que sóc massa proteccionista, però temia veure'm reflectit en ella. La meva infància no va anar precisament la millor etapa de la meva vida, omple d'abusos terribles i de moment en els quals fins a la meva integritat física va ser a punt de defallir. No podia deixar que la meva filla passés per tot això i més des de la mort de la seva mare.
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