Militar En La Adminustracion
Enviado por yarelizz • 6 de Febrero de 2014 • 2.791 Palabras (12 Páginas) • 315 Visitas
INFLUENCIA DE LA ORGANIZACIÓN MILITAR
La organización militar también ha influido en el desarrollo de las teorías de la administración. La organización lineal, por ejemplo, tiene sus orígenes en la organización militar de los ejércitos de la Antigüedad y de la época medieval. El principio de unidad de mando, según el cual cada subordinado sólo puede tener un superior - fundamental para la función de dirección -, es el núcleo central de todas las organizaciones militares de aquellas épocas. La escala jerárquica, es decir, la escala de niveles de mando de acuerdo con el grado de autoridad y de responsabilidad correspondiente, es un elemento característico de la organización militar, utilizado en otras organizaciones. Con el transcurrir de los tiempos, la ampliación gradual de la escala de mando trajo también una correspondiente ampliación del grado de autoridad delegada: a medida que el volumen de operaciones militares aumentaba, crecía también la necesidad de delegar autoridad en los niveles más bajos dentro de la organización militar. Todavía en la época de Napoleón (1769-1821), el general, al dirigir su ejército, tenía la responsabilidad de vigilar la totalidad del campo de batalla. Sin embargo, ante las batallas de mayor alcance, incluso de ámbito continental, el comando de las operaciones de guerra exigió, no nuevos principios de organización, sino la extensión de los principios entonces utilizados, lo que condujo a una planeación y control centralizados paralelos a las operaciones descentralizadas. Se pasó así a la centralización del mando y a la descentralización de la ejecución.
El concepto de jerarquía dentro de la organización militar es tan antiguo como la propia guerra, pues existió siempre la necesidad de un estado mayor para el ejército. Sin embargo, el estado formal, como cuartel general, sólo apareció en 1665 con el Distrito de Brandenburgo, precursor del ejército prusiano. La evolución del principio de asesoría y la formación de un estado general tuvo su origen en el siglo XVIII en Prusia, con el emperador Federico II, El Grande, (1712-1786) quien, deseoso de aumentar la eficiencia de su ejército, hizo algunas innovaciones en la estructura de la organización militar. Con la ayuda del general Scharnhorst fue creado un estado mayor (staff) para asesorar el mando (línea) militar. Los oficiales de línea y de asesoría trabajaban independientemente, en una nítida separación entre la planeación y la ejecución de la operaciones de guerra. Los oficiales en el estado mayor se transferían posteriormente a posiciones de mando (línea) y de nuevo al estado mayor, lo que aseguraba una intensa experiencia y vivencia en las funciones de gabinete, de campo y nuevamente de gabinete.
Otra contribución de la organización militar es el principio de dirección, según el cual todo soldado debe conocer perfectamente lo que se espera de él y aquello que debe hacer. Resalta Mooney que aun Napoleón, el general más autócrata de la historia militar, nunca dio una orden sin explicar su objetivo y verificar que se había comprendido correctamente, pues estaba convencido de que la obediencia ciega jamás lleva a la ejecución inteligente de cualquier acto.
A comienzos del siglo XIX, Carl von Clausewitz (1780-1831), general prusia- no, escribió un tratado sobre la guerra y los principios de la guerraquote , sugiriendo cómo administrar los ejércitos en periodos de guerra. En éste se inspiraron muchos teóricos de la administración que posteriormente se basaron en la organización y en la estrategia militares, adaptando sus principios a la organización y a la estrategia industrial.
Clausewitz consideraba la disciplina como un requisito básico para una buena organización. Para él, toda organización requiere una planeación cuidadosa en la cual las decisiones deben ser científicas y no simplemente intuitivas. Las decisiones deben basarse en la probabilidad y no sólo en la necesidad lógica. El administrador debe aceptar la incertidumbre y planear de manera que pueda minimizarla.
A partir de 1776, con la invención de la máquina de vapor por James Watt (1736-1819) y su posterior aplicación en la producción, una nueva concepción del trabajo modificó por completo la estructura social y comercial de la época, provo- cando profundos y rápidos cambios de orden económico, político y social que, en un lapso aproximado de un siglo, fueron mayores que los ocurridos en el milenio anterior. A este período, que se le conoce como la Revolución Industrial, se inició en Inglaterra y se extendió por todo el mundo civilizado con rapidez.
La Revolución Industrial puede dividirse en dos épocas bien diferenciadas:
De 1780 a 1860: primera Revolución Industria1 o revolución del carbón y del hierro.
De 1860 a 1914: segunda Revolución Industrial o revolución del acero y debla electricidad.
Aunque se haya iniciado a partir de 1780, la Revolución Industrial no adquirió todo su ímpetu antes del siglo XIX. Surgió como una bola de nieve con aceleración creciente.
La primera Revolución Industrial puede dividirse en cuatro fases.
Primera fase: la mecanización de la industria y de la agricultura. A finales del siglo XVIII, la aparición de la máquina de hilar (inventada por el inglés Harreares en 1767), del telar hidráulico (por Cartwright en 1785) y de la máquina desmontadora de algodón (por Whitney en 1792) vino a sustituir el trabajo del hombre y su fuerza muscular, del animal, e incluso de la rueda hidráulica. Aunque eran máquinas grandes y pesadas, tenían superioridad increible sobre los procesos manuales de producción de la época. La desmontadora de algodón procesaba mil libras de algodón, mientras que en el mismo tiempo un esclavo procesaba sólo cinco.
Segunda fase: la aplicación de la fuerza motriz a la industria. La fuerza elástica del vapor, descubierta por Dénis Papin en el siglo XVII, quedó sin aplicación hasta 1776 cuando Watt inventó la máquina de vapor. Con la aplicación del vapor a las máquinas se iniciaron las grandes transformaciones en los talleres, que se convirtieron en fábricas, así como en los transportes, en las comunicaciones y en la agricultura.
Tercera fase: el desarrollo del sistema fabril. El artesano y su pequeño taller desaparecieron para dar lugar al obrero, a las fábricas y a las industrias basadas en la división del trabajo. Surgieron nuevas industrias en detrimento de la actividad rural. Lamigraci6n de masas humanas de las áreas agrícolas hacia las proximidades de las fábricas provoca el crecimiento de las poblaciones urbanas.
Cuarta fase: un espectacular desarrollo de los transportes y de las
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