Mitologia
Enviado por mishedus • 12 de Enero de 2014 • 630 Palabras (3 Páginas) • 211 Visitas
Eco era una ninfa que habitaba en el bosque junto a otras ninfas amigas y le gustaba cazar por lo cual, era una de las favoritas de la diosa Artemisa.
Pero Eco tenía un grave defecto: Era muy conversadora y además en cualquier conversación o discusión, siempre quería tener la última palabra.
Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, al que le gustaba divertirse entre las ninfas. Cuando Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco la entretuvo con su conversación mientras las ninfas huían del lugar.
Cuando Hera descubrió su trampa la condenó diciendo:- Por haberme engañado y a partir de este momento, pederás el uso de la lengua. Y ya que te gusta tanto tener la última palabra solo podrás responder con la última palabra que escuches ¡Jamás podrás volver a hablar en primer lugar!
Eco, con su maldición a cuestas se dedicó a la cacería recorriendo montes y bosques. Un día vio a un hermoso joven llamado Narciso y se enamoró perdidamente de él. Deseó fervientemente poder conversar con él, pero tenía la palabra vedada. Entonces comenzó a perseguirlo esperando que Narciso le hablara en algún momento.
En cierto momento, en que Narciso estaba solo en el bosque y escuchó un crujir de ramas a sus espaldas y gritó:
¿Hay alguien aquí?
Eco respondió: -Aquí.
Como Narciso no vio a nadie volvió a gritar: -Ven
Y Eco contestó: -Ven
Como nadie se acercaba, Narciso dijo:- ¿Por qué huyes de mí? Unámonos
La ninfa, loca de amor se lanzó entre sus brazos diciendo:- Unámonos
Narciso dio un salto hacia atrás diciendo:- Aléjate de mi! Prefiero morirme a pertenecerte!
Eco respondió: -Pertenecerte.
Ante el fuerte rechazo de Narciso, Eco sintió una vergüenza tan grande que llorando se recluyó en las cavernas y en los picos de las montañas. La tristeza consumió su cuerpo hasta pulverizarlo. Solo quedó su voz para responder con la última palabra a cualquiera que le hable y por eso desde entonces cuando hablamos en cavernas y montañas escuchamos como ECO nos responde siempre, pero sólo a nuestra última palabra.......
Narciso no solo rechazó a Eco, sino que su crueldad se manifestó también entre otras ninfas que se enamoraron de él. Una de esas ninfas, que había intentado ganar su amor sin lograrlo le suplicó a la diosa Hera que Narciso sintiera algún día lo que era amar sin ser correspondido y la diosa respondió favorablemente a su súplica.
Escondida en el bosque, había una fuente de agua cristalina. Tan clara y mansa era la fuente que parecía un espejo. Un día Narciso se acercó a beber y al ver su propia imagen reflejada pensó que era un espíritu del agua que habitaba en ese lugar. Quedó extasiado al ver
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