Monografia
Enviado por 151317 • 22 de Junio de 2013 • 10.235 Palabras (41 Páginas) • 334 Visitas
UNA BREVE HISTORIA DE UNO DE LOS SAQUEOS DE RECURSOS NATURALES PERPETRADO EN ARGENTINA POR “ILUSTRES” CIUDADANOS NATIVOS Y DE LOS OTROS
1. LA FORESTAL Y EL QUEBRACHO ARGENTINO
Guillermo Gallo Mendoza
(investigación)
Antecedentes
Lucas González, ex ministro de Hacienda de Mitre y de Avellaneda, en representación de Murrieta & Company (en adelante, M&C), inició gestiones con el gobernador de la Provincia de Santa Fe, Simón de Iriondo, para acordar la forma de pago del empréstito que le había sido acordado a ésta por la empresa bancaria M&C. El gobernador aceptó la propuesta redactada por Lucas González y la elevó en forma de Proyecto de Ley a la Legislatura en setiembre de 1880.
Prácticamente sin discusión, el Proyecto de Ley fue aprobado el 5 de octubre quedando en ella establecido que la deuda de 110.873 libras y 3 chelines sería pagada en un tercio con bonos del Tesoro más sus intereses, y que los bonos podían ser recibidos por el Gobierno en pago de tierras públicas, mientras que los dos tercios restantes serían pagados con el producido de la venta de tierras fiscales que debía realizarse en Inglaterra u otra parte de Europa.
La Ley estableció que la venta de tierras no podía realizarse a menos de 1.500 pesos la legua cuadrada (2.500 hectáreas). El acuerdo fue formalizado el 30 de noviembre de 1880 con la firma de Pedro Reyna por el Gobierno, y Lucas González (en adelante, L.G.) por los prestamistas. A la vez éste, el 5 de mayo del año siguiente, fue designado por el Gobierno de la Provincia, mediante un Decreto, representante de ésta en las negociaciones, con lo que pasó a representar a ambas parte, es decir al deudor y al acreedor.
En virtud de esa designación, L. G. vendió 404 leguas cuadradas (1.010.000 hectáreas) a sus empleadores, o sea a M&C, empresa que ya operaba en Argentina en negocios ferroviarios y financieros. Poco después el Gobierno de Santa Fe autorizó al mismo L. G. a vender 260 leguas cuadradas (650.000 hectáreas).
De la superficie total vendida, M&C adquirió 504 leguas cuadradas (1.260.000 hectáreas) al precio total de 151.212 libras, 6 chelines, equivalentes a 756.061,50 pesos oro. Poco tiempo después la misma empresa adquirió el resto de la superficie al mismo precio, o sea al establecido como mínimo por Santa Fe, es decir a 1.500 pesos oro la legua cuadrada.
Por lo tanto, basada en el erróneo argumento de tener que pagar la deuda contraída con M&C, el Gobierno de Santa Fe vendió una superficie mayor que la necesaria, desprendiéndose “generosamente” de unas 300 leguas cuadradas (750.000 hectáreas). Años después, un informe del Departamento de Ingenieros señaló que la venta a la mencionada empresa abarcó 668,396 leguas cuadradas (1.671.000 hectáreas) distribuidas entre los departamentos 9 de Julio, San Cristóbal, Vera y General Obligado, o sea alrededor de 12% del territorio de la Provincia.
Mediante un Decreto del 6 de mayo de 1881, el Gobierno de Santa Fe designó a Juan Bautista Alberdi como control de la operación, y este delegó la función en Federico Woodgate. Luego de la venta, mediante un Decreto, el PE Provincial aprobó la misma y destacó la actuación patriótica de L.G. y Juan Bautista Alberdi.
El 8 de agosto de 1884 L.G., en su carácter de apoderado de M&C, vendió las tierras a la empresa “Santa Fe Land Company”. La venta se realizó a 5.292 pesos oro la legua cuadrada. En realidad se trató de una venta simulada. Tres años después se inició la construcción del ferrocarril a Reconquista, cruzando por la superficie de la empresa, objetivo que fue concretado en 1890.
Casi simultáneamente con lo anterior, la empresa M&C obtuvo del General Julio Argentino Roca, en pago de una indemnización cuyo origen se desconoce, 17 mil acciones de la Compañía de Tierras del Central Argentino, sociedad que había sido constituida para la explotación de las tierras cedidas como parte de las concesiones ferroviarias.
La explotación forestal
La expansión de la superficie agropecuaria dio impulso a la extracción de ñandubay y de quebracho, siendo este último utilizado, entre otros usos, como durmiente, compitiendo ventajosamente con los durmientes de acero importados de Inglaterra.
El quebracho, exhibido en las exposiciones de París en los años 1855 y 1867, despertó el interés de los entendidos por la impresionante cantidad de tanino puro contenido en el extracto de quebracho (60 a 70% de tanino puro) que superaba al contenido en las cortezas de curupay y cebil, o de roble y castaño europeos.
Se estima que desde 1888 a 1895 se exportaron rollizos de quebracho equivalentes a 76.339 toneladas de extracto de quebracho sólido (para obtener una tonelada de tanino eran necesarias alrededor de 3,5 toneladas de madera).
En 1880 el doctor Weitz puso en marcha una fábrica en Peguahó, Corrientes, y siete años después la Casa Desimone, Costa y Waltier emprendió la producción de aserrín y tanino de quebracho para cinco curtiembres de Buenos Aires. El aserradero más importante estaba localizado en Florencia, Chaco Santafesino, y el tanino estaba destinado a la curtiembre de la empresa Langworthy, beneficiado con tierras públicas otorgadas por el Gobierno Nacional.
El extracto sólido de quebracho comenzó a figurar en las estadísticas nacionales a partir de 1895 en que se registró la salida de 402 toneladas, de las cuales 345 tenían como destino Alemania. En 1896 se exportaron 1.205 toneladas, continuando luego en crecimiento hasta alcanzar en 1905 una magnitud de 12.040 toneladas, y en 1915 una producción superior a cien mil tn (o sea el equivalente a trescientos cincuenta mil toneladas de madera de quebracho colorado).
Por su parte, la exportación de rollizos alcanzó en 1895 un nivel de 173 mil tn y en 1914 280 mil tn.
La Compañía Forestal del Chaco
Los hermanos Harteneck instalaron en 1895 la primera de sus fábricas de tanino en el pueblo Fives Lille y cuatro años después otra en Calchaquí, la mayor y más moderna de las existentes hasta ese entonces. La materia prima la extraían de sus bosques que se extendían desde Calchaquí a Margarita, empleaban 400 operarios y producían anualmente 14.000 toneladas de tanino (extraídas de alrededor de 49.000 tn de madera).
En 1895 el industrial Benito Pinasco pidió al gobierno provincial la exención de impuestos a la industria de tanino, fundando el pedido en el hecho de “una de las principales riquezas de la provincia la constituye nuestros montes de quebracho. Los rollizos exportados son reducidos a aserrín y se emplean
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