Munch
Enviado por jesuspb95 • 26 de Noviembre de 2013 • Ensayo • 452 Palabras (2 Páginas) • 248 Visitas
Filosofía y plástica pocas veces se han visto tan entrelazadas como en la obra de Edvard Munch. A través de sus pinturas el pensamiento reflexivo toma una nueva y sugerente fuerza. La época en que a Munch le tocó vivir, el contacto que tuvo con grandes pensadores de fines del siglo XIX y su poca afortunada biografía confluyó en la obra de este pintor noruego, convirtiéndola en una inagotable fuente de reflexión en torno a la situación existencial del hombre que comienza en el siglo XX.
Los historiadores del arte discrepan fuertemente al momento de situar la obra de Munch dentro de un estilo. Algunos no dudan en catalogarlo como el “padre del expresionismo” y otros lo proclaman como uno de los precursores del impresionismo en oposición incluso a los expresionistas. La verdad es que la dificultad es comprensible por la variedad temática y de estilos de los pintores europeos de principios de siglo. Recordemos que estamos en una época donde se solidifican los grandes cambios que la práctica sufre definitivamente en la modernidad. Munch, si bien se aparta de la plástica tradicional por los mismos motivos que los expresionistas, aborda una problemática más profunda, psicológica; biográfica si se quiere, pero no en términos individuales sino en consonancia con un malestar existencial generalizado que las primeras décadas del siglo XX hace evidente. Munch se vuelca a la intimidad de su psicología, donde anidan todos los fantasmas de su juventud, aquellos que lo instalan sólo, frente a una muerte trágica e inevitable que constituye a su vez un sin sentido, una experiencia de libertad vacía, sin origen o finalidad preestablecida. Una libertad que lejos de ser la constructora racional del “contrato social” y de la “paz perpetua” desnuda a un hombre que solo tiene la profundidad desesperante de la “angustia”. Recordemos la gran influencia que el pintor de Oslo recibe del filósofo danés Sören Kierkegaard y del alemán Friederich Nietzsche. Ambos autores instalan las columnas vertebradoras de lo que más tarde sería la corriente filosófica más importante del siglo XX: el existencialismo.
Munch retrató a Nietzsche y sin duda los existencialistas franceses y alemanes tenían en su mente la imagen de “El grito”, una de las principales obras de Munch, intuitivamente se adelanta con su obra al existencialismo francés y plasma en cada uno de sus trazos la desesperación del Hombre abandonado a su suerte en una existencia que es el más puro y profundo vacío. La nada parece surgir de los cuadros de Munch, lo que está ahí: la muerte, la angustia, el desamparo, la desolación de los amantes; nos hace sentir en la piel, más que en nuestro intelecto, lo que no existe, lo que no es, la nada, el más puro nihilismo.
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