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Nuestra Historia, inicia en Madrid, en un tiempo cortesano y provinciano


Enviado por   •  20 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  1.807 Palabras (8 Páginas)  •  225 Visitas

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Nuestra Historia, inicia en Madrid, en un tiempo cortesano y provinciano, a mediados del siglo XIX bajo el reinado de Isabel lI, con un ambiente político muy turbulento, donde la política ameniza las tertulias con sus dimes y diretes, y sus avatares son ocasión para el nepotismo, la traición o la venganza.

Nuestro personaje principal, el maestro de esgrima Jaime de Astarloa se contempla envejeciendo en un mundo tan distinto al que cree suyo allí, viviendo más en el interior de sus recuerdos que en el mundo que le rodea. Todas sus vivencias pertenecen ya a una época pasada, y aunque se resigna con serenidad a asumir la realidad del otoño de su vida, conserva aún la ilusión de aportar a su profesión una genialidad perseguida durante años: un tiro certero, imparable y definitivo, su particular Grial, como con suave ironía lo califica don Luis de Ayala, marqués de los Alumbres, uno de sus clientesademás de ser alumno-profesor eran amigos.

Siendo así como el ilustre maestro se gana la vida, como profesor de esgrimay de esa forma podía llevar una vida tranquila. Don Jaime había inventado la estocada perfecta, golpe perfecto que era mortal, y lo llamó “El golpe de los doscientos escudos” precio que ponía al que quería conocerlo, es este golpe de muerte al que le llamaba el Grial.Entre los alumnos que se acercan a él para tomar algunas clases de espada se encuentran varios nobles de la ciudad,entre ellos el antes mencionado Luis de Ayala, Marques de los Alumbres, un hombre que se ha hecho una fama por fácil caída en el idilio, lo que le ha traído como consecuencia problemas de faldas, de los que sale avante gracias a su suerte, y una que otra estocada,  también ente su aventuras, ocupó un puesto de ministro con su tío Vallespin, donde tuvo acceso a los archivos del ministerio arriesgándose a extraer  información para perjudicar a cierto hombre, y de esta forma llevar una buena vida.

El maestro Astarloa gusta, pese a sus difíciles condiciones económicas, reunirse en ciertas tertulias con ambiente de buena camaradería, donde también se concentran amistades de Don Jaime como Agapito Cárceles, un orador que parecer saber de todo sin siquiera haber leído un libro completo, no solo el, se trata de todo un grupo de hombres con características particulares, oradores, músicos hombres liberales y conservadores.

Hasta aquí, todo parece normal en relación a este maestro de esgrima. Sin embargo, su realidad cambia cuando entra en acción una atractiva mujer dispuesta a aprender de la mano de Don Jaime. Esta irrupción en la rutina diaria del maestro, por parte de Adela de Otero, la bella y enigmática joven que solicita sus servicios para perfeccionar su técnica,el maestro se rehusaba a instruirla, debido a sus costumbres y prejuicios, pero Adela insistió mostrando a Astarloa su conocimiento y destreza con la esgrima, además de hacer uso de su belleza y su gracia para persuadirlo, por lo que finalmente enseña a Adela una estocada tan eficiente que Astarloa reserva sólo para sus discípulos más aventajados, infunde nueva savia a su vida y transforma su apacible calma en amable inquietud.

Adela se convirtió en cliente frecuente del maestro de esgrima, quien empezó a enamorarse de ella, lo cual le parecía ridículo debido a la diferencia de edad que había entre ellos. A pesar de las insinuaciones de Adela, Astarloa jamás se animó a acercarse a ella más de lo que la relación alumna-maestro implicaba.

Don Jaime de Astarloa es en cierto modo un quijote, no como aquel abierto a mostrarse al mundo como podríamos decirlo en el sentido clásico, sino más bien introvertido, teniendo para sí como un tesoro sus profundas convicciones acerca del honor, la honradez y la fidelidad. Estas cualidades pertenecen a un mundo que, si alguna vez existió, está cambiando, algo que Astarloa se resiste a aceptar. Ahora priman otros valores, como el poder del dinero, la ambición política y el sentido práctico a cualquier precio.

Sin embargo Adela le utiliza para entrar en contacto con el marqués, con el que le es fácil entablar una relación que el maestro presentía y al mismo tiempo temía.Luis de Ayala supo de la joven esgrimista y pidió a Jaime Astarloa que se la presentara, a lo que el maestro se negó debido al gran amor y deseo que tenia hacia ella, sin embargo muy a su pesar y sin poder hacer nada al respecto, los presentó. Adela y Ayala comenzaron a salir y su relación se convirtió en más que una amistad. El maestro se arrepintió de haber dejado pasar la oportunidad de estar en el lugar de Luis de Ayala y maldecía siempre su situación. Astarloa no quiere ni puede sentirse decepcionado, y prosigue su rutina de clases de esgrima, a pesar de que sus nuevos discípulos empiezan a tomar como un deporte lo que para él es no ya una técnica, sino todo un arte ligado a los lances de honor.

Después de un tiempo la joven dejo de asistir a las lecciones de esgrima y, aunque el maestro la extrañaba, jamás pregunto más de lo que Ayala le contaba.Por varios días Astarloa noto raro a Luis de Ayala, en ocasiones cancelaba las lecciones de esgrima; Astarloa pensó que era por la situación política en la que se encontraba el país, cosa que no le importaba en lo más mínimo.

En alguna ocasión, el maestro se encontró con Adela de Otero, quien estaba con un hombre que no era Ayala, la joven se percato de su presencia y huyo sospechosamente. A lo que a Astarloa no le causo más que inestabilidad emocional. No podía entender el proceder de la enigmática joven.

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