Nueva Polarizacion global
Enviado por gilbelys • 1 de Abril de 2013 • 2.243 Palabras (9 Páginas) • 400 Visitas
NUEVA SOCIEDAD NRO. 132 JULIO- AGOSTO 1994 , PP. 118-127
El futuro de la polarización global
Amin, Samir
Samir Amin: Cientista social egipcio. Director del Foro del Tercer Mundo (Dakar,
Senegal). Autor de estudios y contribuciones teóricas sobre la problemática de las
naciones en desarrollo. Entre sus libros se cuentan Clase y nación y Eurocentrismo.
En lugar de justificar la progresiva globalización, la crisis
actual deja al descubierto su extrema vulnerabilidad. La
erosión del viejo sistema global no es capaz de preparar su
propia sucesión y sólo puede conducir al caos. Mientras
tanto, las fuerzas dominantes despliegan sus actividades en
el marco de estas limitaciones, en un esfuerzo por maniobrar
a fin de lograr ganancias a corto plazo, con lo que agravan la
crisis. Una respuesta humanista al desafío que plantea la
globalización inaugurada por la expansión capitalista puede
ser idealista, pero nunca es utópica. Más bien constituye el
único proyecto realista posible.
1. Desde la antigüedad, la historia se ha caracterizado por el desigual desarrollo de
las regiones. Pero es sólo en la era moderna que la polarización se convierte en el
subproducto inherente de la integración de todo el planeta al sistema capitalista.
La polarización moderna ha aparecido bajo formas sucesivas durante la evolución
del modo capitalista de producción:
1) La forma mercantilista (1500-1800), antes de la revolución industrial, moldeada
por la hegemonía del capital comercial en los principales centros del Atlántico y la
creación de las zonas periféricas (América) en función de su total sumisión a la lógica
de la acumulación de capital comercial.
2) El denominado modelo clásico, que surgió a raíz de la revolución industrial y
que a partir de entonces definió las formas básicas, mientras que las periferias -
progresivamente todo Asia (excepto Japón) y Africa, que se agregaron a América
Latina siguieron siendo rurales y no industrializadas; debido a esto, su participación
en la división internacional del trabajo se realizó a través de la agricultura y la
producción mineral. Esta importante característica de la polarización estuvo acompañada
por un segundo rasgo igualmente fundamental: el establecimiento de sistemas
netamente industriales en forma de sistemas nacionales centralizados, que
NUEVA SOCIEDAD NRO. 132 JULIO- AGOSTO 1994 , PP. 118-127
tuvo lugar paralelamente a la construcción de los Estados nacionales burgueses.
Estas dos características representan las líneas dominantes de la ideología de la liberación
nacional, que fue la respuesta al desafío planteado por la polarización: a)
el objetivo de considerar la industrialización un sinónimo de progreso liberador y
un medio de «actualizarse»; b) el objetivo de construir naciones-Estado inspiradas
en los modelos afianzados del centro. Así quedó definida la ideología de la modernización.
Esta forma clásica de polarización determinó el sistema mundial posterior
a la revolución industrial (después de 1800) y hasta después de la Segunda
Guerra Mundial.
3) En el período de la posguerra (1945-1990) se produce el progresivo deterioro de
las dos características arriba mencionadas. Esta etapa se caracteriza por la industrialización
de las periferias - un proceso desigual, sin duda, pero fue el factor dominante
en Asia y Latinoamérica -, que el movimiento de liberación nacional intentó
acelerar en los Estados que recientemente habían recuperado su autonomía nacional.
En este período se verifica simultáneamente el desmantelamiento progresivo
de los sistemas de producción nacional centralizados y su recomposición como
elementos constitutivos de un sistema mundial de producción integrado. Este doble
deterioro representa una nueva manifestación del arraigamiento de la globalización.
4) La acumulación de estas transformaciones tuvo como resultado el colapso del
equilibrio que caracterizaba el sistema mundial de posguerra. No se dirige hacia
un nuevo orden mundial caracterizado por nuevas formas de polarización, sino
hacia un «desorden mundial». El caos que enfrentamos hoy proviene del triple fracaso
de un sistema que no ha desarrollado nuevas formas de organización política
y social que vayan más allá de la nación-Estado - un nuevo requerimiento del sistema
de producción globalizado -, que no ha desarrollado relaciones económicas y
políticas capaces de reconciliar el surgimiento de la industrialización en las zonas
periféricas recientemente competitivas de Asia y América Latina con el objetivo del
crecimiento mundial; que sólo ha sabido establecer una relación de exclusión con la
periferia africana, la cual no está comprometida en una industrialización competitiva.
Este caos resulta visible en todas las regiones del mundo y en cada una de las
facetas de la crisis política, social e ideológica. Está presente en la raíz de las dificultades
surgidas en la construcción de Europa y su incapacidad de lograr una integración
económica y al mismo tiempo establecer estructuras políticas integracionistas.
Es la causa de las convulsiones en todas las periferias de Europa oriental,
del Tercer Mundo que tradicionalmente ha estado semiindustrializado, y del nueNUEVA
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vo y marginalizado Cuarto Mundo. En lugar de apuntalar la progresión de la globalización,
el caos actual deja al descubierto su extrema vulnerabilidad.
5) El predominio de este caos no debe impedimos pensar en escenarios alternativos
para un «nuevo orden mundial», incluso aunque haya muchos y diferentes «órdenes
mundiales» posibles. Lo que intento hacer es llamar la atención sobre cuestiones
que fueron ignoradas por el triunfalismo suscitado con la inexorabilidad del
proceso de globalización, al mismo tiempo que revela su precariedad. El lector habrá
descubierto, sin duda alguna, que este análisis del capitalismo mundial no se
centra en la cuestión de las hegemonías. No suscribo a la escuela de las sucesivas
hegemonías de la historiografía. El concepto de hegemonía es frecuentemente estéril
y no científico, debido a que ha sido definido muy vagamente. No me parece
que deba ser el centro del debate. Por el
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