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Enviado por hackett • 6 de Septiembre de 2013 • 878 Palabras (4 Páginas) • 198 Visitas
EL GRITO DE DOLORES – UN GRITO LIBERTARIO
PERSONAJES:
NARRADOR
IGNACIO ALLENDE
JUAN ALDAMA
MIGUEL HIDALGO
HOMBRE 1 EN LA MULTITUD
HOMBRE 2 EN LA MULTITUD
HOMBRE 3 EN LA MULTITUD
MUJER 1 EN LA MULTITUD
MUJER 2 EN LA MULTITUD
HOMBRE EN CASA
ESPOSA DE HOMBRE EN CASA
MULTITUD
GUION:
NARRADOR: La madrugada del 15 de Septiembre de 1810, era larga. El Cura Miguel Hidalgo se movía nervioso de un lado a otro en la Sacristía de su iglesia, en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama.
IGNACIO ALLENDE: Señor cura, nuestra conjura ha sido descubierta por las tropas del Virrey.
JUAN ALDAMA: En estos mismos momentos están siendo apresados todos los conspiradores ya que el ejército tiene el nombre de la mayoría de ellos.
IGNACIO ALLENDE: Incluyendo los nuestros.
JUAN ALDAMA: No debemos de perder más tiempo, cada minuto que pasa el peligro aumenta.
IGNACIO ALLENDE: Es cuestión de horas para que vengan por nosotros.
JUAN ALDAMA: Señor Cura… ¿que haremos? Necesitamos hacer un plan. Tenemos que actuar rápidamente, o seremos arrestados dentro de algunas horas, y probablemente fusilados por los soldados del Virrey.
MIGUEL HIDALGO: Tenemos que empezar el movimiento esta noche. De no hacerlo ahora, seremos esclavos para siempre. ¡Este es el momento!
IGNACIO ALLENDE: ¿Como haremos para que el pueblo nos siga a la batalla?.
MIGUEL HIDALGO: Aun no lo sé. Vienen tiempos muy difíciles para México, que costara mucha sangre, hermanos contra hermanos, peleando en pos de la libertad.
JUAN ALDAMA: Estoy convencido de que saldremos victoriosos, y México lograra ser un país independiente, libre, y justo para todos sus habitantes.
NARRADOR: La Sacristía se empieza a llenar de personas, que a gritos quieren hablar con el Cura Hidalgo.
HOMBRE 1 EN LA MULTITUD: Señor Hidalgo, huya, su vida es muy preciada para todos sus feligreses. Nosotros protegeremos su huida.
MIGUEL HIDALGO: Huir no es una opción. Necesito pensar, guarden silencio, iré unos minutos al cuarto de los bautizos para pensar, y pedir auxilio a nuestro buen Dios.
NARRADOR: Hidalgo se retira, y las personas en la Sacristía guardan silencio. Solo se escuchan murmullos.
MUJER 1 EN LA MULTITUD: Pobre padre, es un santo. No sé porque Dios lo está haciendo pasar por esto.
HOMBRE 1 EN LA MULTITUD: Además de santo, es un patriota.
HOMBRE 2 EN LA MULTITUD: ¡Silencio! Dejémoslo pensar.
HOMBRE 3 EN LA MULTITUD: Pero las fuerzas del Virrey son enormes. Que podemos hacer nosotros, unos pobres provincianos, de un pequeño pueblo perdido en la inmensidad de la Nueva España, como es Dolores.
MUJER 2 EN LA MULTITUD: Dejen de decir esas cosas, este es momento para reflexionar, y ver hacia
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