Origen de las universidades y modelo de universidad
Enviado por celenjmez • 3 de Abril de 2015 • Práctica o problema • 3.819 Palabras (16 Páginas) • 338 Visitas
UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES E IDIOMAS
VIDA UNIVERSITARIA
DOCENTE: ANDRÉS SANDALIO FLÓREZ MANCILLA
TALLER DE APRESTAMIENTO N° 3
Tema: Origen de las universidades y modelo de universidad
Objetivo: Reflexionar en torno a los orígenes de las Universidades y su transformación ideológica y organizacional, a través de la Historia.
Realiza las lecturas señaladas y consulta otras fuentes y reflexiona entorno a los interrogantes señalados
Actividades
a. ¿Qué se entiende por Universidad, cuáles son sus funciones y cómo la Universidad asume la responsabilidad que le corresponde frente a la historia y la realidad del País y del Mundo?
b. ¿Cuáles son los fundamentos que sostienen <<La actualidad de las universidades medievales y la medievalización de las universidades actuales>>?
c. La universidad actual colombiana ¿es medieval?
d. La Universidad del Magdalena ¿Qué tipo de universidad es en el sentido del texto y del contexto colombiano?
Revista electrónica: Actas y Comunicaciones Instituto de Historia Antigua y Medieval Facultad de Filosofía y Letras UBA Volumen: I 2005 ISSN: 1669-7286
LA MEDIEVALIZACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES ACTUALES Y LA ACTUALIDAD DE LAS UNIVERSIDADES MEDIEVALES
Marcela Mollis
Universidad de Buenos Aires
Que yo sepa, jamás se ha fundado un proyecto de universidad contra la razón.
Se puede por consiguiente, pensar razonablemente que la razón de ser de la universidad siempre fue la razón misma, así como una cierta relación esencial de la razón con el ser” (Jacques Derrida, 1989)
Presentación
Acerca de la incomodidad de las inversiones, haciendo referencia al título de la presentación no voy abordar el problema de la universidad como medievalista avezada en el arte de reproducir testimonios iluminados por la dialéctica de la moderna complejidad, no he sumado horas de latinidad a mis largas horas de aprendizaje del japonés e inglés y, ergo no soy medievalista.
Soy profesora especializada en la Historia comparada de las universidades y si creo en la posibilidad de transmitir coherencia entre el discurso que orienta esta presentación y mis prácticas de investigación. Se trata del “amor sciendi”, de la pasión por saber y enseñar. Deseo recuperar la “moral de la intención” que Abelardo enseñó con tanto ahínco como la doctrina conceptualista. Es mi intención transmitir un conjunto de ideas histórico - comparadas sobre las universidades medievales y actuales sin pretensión de disputar con los medievalistas sus interpretaciones.
Primera Parte:
La territorialidad del saber, la eficacia del miedo y la amenaza del “otro”
Cuando Carlos Astarita haciendo una fuerte apuesta intelectual en favor de la interdisciplina, nos invitó a participar de estas jornadas, comenzó a aparecer de modo insistente en mi mente un maravilloso y admirable cuento de Julio Cortázar de su libro Bestiario, que empieza así:
“Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (...), guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, del abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo, a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse... nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia...
Un día fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo...”
Julio Cortázar (1951) en este admirable cuento, relata la eficacia del miedo, encerrado en un territorio todopoderoso, a saber: el propio, el de los personajes protagonistas de esa Casa Tomada. El miedo acorrala a los personajes al punto de quedarse aislados en espacios cada vez más reducidos de la supuesta “casa tomada”, temerosos de unos extraños, extranjeros, ultramontanos, de los otros, los de otros territorios que podían apropiarse del propio, amenazando el poder de los sabios.
En los últimos años, se ha dado mayor importancia a los modos en que se conectan el poder y el espacio, interpretaciones que recuperan de un modo renovado la preocupación por la geopolítica del poder. Una teoría efectiva de las relaciones de poder en un mundo que aspira ecumenizarse, universalizar el cristianismo no puede ignorar la importancia del espacio. Nuestra comprensión de lo político y lo social es interdependiente de la consideración del espacio o territorio (en nuestro caso el territorio de las universidades) expresado a través del análisis de los bordes, las fronteras (las facultades y las disciplinas) y, las conexiones, las redes, las fusiones y las fragmentaciones de los contenidos en manos de los enseñantes.
La historia de las universidades encierra la historia de la territorialidad de los saberes para transmitir y de los saberes para censurar.
¿Cuánto miedo encierra la censura? ¿Cuánto miedo de parte del Inquisidor desató la Inquisición? ¿Cuánto miedo encubre el fundamentalismo unidisciplinario?
En Paris se prohibió la enseñanza del Derecho Civil en 1219 sobre la base que era profano, las órdenes mendicantes no perdieron tiempo hasta obligar a la universidad a incorporar escuelas de teología de las órdenes mendicantes en 1220 y a pesar de las violentas disputas entre mendicantes y maestros seculares, permanecieron inflexibles hasta finales de la Edad Media. La Universidad de Paris estableció la constitución de las cuatro naciones a partir de 1220, la creación del oficio de “rector” elegido entre los maestros de artes y la emergencia de las facultades superiores con sus propios estatutos y decanos.
De acuerdo con las obras de historia de las universidades medievales más reverenciadas (Rashdall:1936, Haskins:1970, Perkin: 1984, Le Goff:1983,1986, etc.) y en función de los actores protagonistas de su historia (estudiantes o maestros), hemos identificado la dominante presencia de cuatro “pes” en lo que respecta a la motivación para la construcción de las universidades: protección, privilegio, prestigio y pecunia.
Haskins explica que el propio nombre de “universidad remite a la asociación de maestros y estudiantes que llevan una vida común de aprendizaje”, sin embargo este rasgo corporativo medieval, no encuentra en el mundo moderno individualista ninguna otra institución que la reemplace. Por su parte Classen (citado en Rüegg, 1994, p 12) advierte que “desde el mismo comienzo, la educación fue objeto de tensiones entre el impulso fundamental y primario de buscar
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