PACASITO
Enviado por clararenteria • 4 de Agosto de 2015 • Biografía • 563 Palabras (3 Páginas) • 187 Visitas
PACASITO
Tirados en las camas, los muebles y los pisos soportábamos el fuego del sol en las…pico de la tarde.
Los cuerpos se niegan a moverse, el aire formaba una sustancia densa que permanece quieta y obliga al letargo, sudoración intensa y respiración pausada…
No es así para los chicos que a cualquier hora se juntan bajo el almendro raquítico de la casa de al frente. Buscan una pelota y atraviesan el lote vacío lleno de excremento y basura…corren a la plataforma para jugar un partidito con apuesta incluida.
Bueno, pero el tema es otro….cuando escuchamos un tropel y griterío de muchachos que persiguen porfiadamente a alguien desde la otra calle.
Es tan grande el bullicio que la curiosidad vence al letargo.
Armados con sendas piedras los más grandes y los más chicos van tras un capazo pequeño verde y azul intenso como un guacamayo joven…Se esconde entre las piedras grandes de la construcción de la casa de al lado.
De allí los pícaros lo sacan y acorralan…Sus ojitos rojos y asustados quedan fijos y proyectan finísimas cuchillas para herir a sus perseguidores…El grupo está expectante… ¿para dónde correr? No le queda sitio seguro…el resto de piedras es pequeño y las viviendas son hostiles.
De pronto en su angustia escucha el pacasito… ¿qué pasa? ¿Qué les ha hecho el animal? ¿Por qué lo joden? ¡Quiero ver al primero que le tire una piedra!
El corazón se le paralizó de sorpresa y de contento ¡todavía quedan! ¡Bravo!,…se acurrucó en su sitio y se dejó tomar por la mano segura y hábil del salvador que lo subió a su hombro.
A esa altura se volvió tornasol, la luz solar acarició su piel y los ojitos asustados y quietos danzaron pajaritos de tan contentos.
La tropa de injurias no se atrevió a nada más y, entró triunfal a la vivienda del moreno hasta el segundo piso. Allí lo bajó del hombro y lo depositó blandamente en el muro de la pared más alta. Los ojitos se le hicieron agua de agradecimiento y veloz como rayo en la tormenta desapareció en los huecos.
Ocho días después tendido en la hojarasca del techo de la casa sintió nostalgia y a la misma hora cuando el aire es espeso y hasta el sonido queda suspendido se echó en la puerta de la casa igual que perro en espera del amo.
Llegó aún a más y se atrevió a entrar orondo en la sala…..escuchó pasos y corrió, sus patitas resbalaron en el piso y raudo se prendió de la cortina más cercana donde las afiladas uñas lo sostenían.
Para colmo no entró a la sala su chochera .Un ¡ay! ¡Ay! lo aturdió de pronto, miró de donde salía el grito y vio el rostro aterrado de una señora capulí.
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