PARA TI JOVEN ADOLESCENTE

PARA TI JOVEN ADOLESCENTE

En estos momentos es cuando extraño más a mi padre, pero me doy cuenta que solo esta ausente, porque siento que no se ha ido y ya se fue, que ahí esta y no esta. El principal mensaje que quiero transmitir, sobre todo a las personas que han perdido a alguien, y que no se animan a ser o a participar, es que hagan un luto blanco. Porque es como hacer existir, la luz de la oscuridad; la alegría, del sufrimiento; el atrevimiento, del desvanecimiento; Y a ti que me escuchas: Si sufres una ausencia, hazle sentir orgulloso de que existió: amando más la vida y amando más a los que te rodean. No quieras huir de tu realidad, como son las falsas sensaciones de las drogas y otras fáciles salidas. Ama más a tu familia, a tu ciudad, para que en lugar de hacer oscuridad y sinuosidad, hagas caminos de luz. ¡Gracias, papá, por alejarte de nosotros, para convertirte en el ángel, que me hace sentir sensible a tu ausencia, pero fuerte ante la adversidad.

Muchas veces he vivido y he sentido la armonía en mi vida. Sobre todo, cuando llego a mi casa y me es agradable llegar, porque cada quien hace lo que le corresponde. En este espacio, solo quiero transmitir: que la ausencia de la armonía, es parte de la vida familiar, y que de la misma familia depende su recuperación. Como joven, sé que un valor ético se puede integrar en mí, como un hábito, y varios valores hacen de mi vida una armonía. No dejes que se rompa la armonía de tu vida, de ti depende que ésta se transforme en agresión, en daño, y hasta en fatalidad. Nunca vayas a creer que la vida no tiene nada para ti, porque desde aquí te digo, haz armonía: comprende, para comprender; tolera para tolerar; ama, para amar; respeta para respetar; vive, para vivir. Haz que tu y tu familia sean el sonido que se observa y el color que se escucha; armoniza tu vida con un bien vivir y sentirás la plenitud de la felicidad.

Cuando hablamos de amigos, tenemos la creencia de que se trata solo de amigos de la escuela, o del lugar donde vivimos. En ésta ocasión participo diciéndote, que no es así. Porque a veces; y sin darnos cuenta, en nuestra propia casa están, o pueden estar nuestros verdaderos amigos. No subestimo la amistad. Pero yo en lo personal, he descubierto la importancia que tiene la amistad en la familia, y al observarla, me doy cuenta que ahí está el verdadero amigo, en mi padre ausente o en mi hermano; o la verdadera amiga, en mi madre o en mi hermana. En mi soledad y en mi error, lo he sentido así. Y es cuando valoro más el sentido de la amistad. Porque un amigo, te respeta, te aconseja bien, te comprende, te salva y no te expone; un amigo, siempre esta. Gracias doy a mi familia, y a la organización de este evento, por hacerme responsable, por fortalecer mis valores y por confiar en mi. Y a mis compañeras, gracias por su amistad.

Yo te voy a hablar de la importancia que merece la comunicación. Porque comunicación es compartir algo con alguien. Es hacer algo común. Es aprender a vivir en común. Y cuando la familia es común, se comunica; y no solo con palabras, también con el beso, el saludo, el abrazo, la caricia, y la palabra real de motivación.

El suicidio se puede evitar, si hablas y te desahogas, o si escuchas y orientas. Cuantas personas se pudieron haber salvado, si alguien les hubiera dicho: ¡Tú vales mucho!, Te queremos, te amamos. Nunca es tarde para iniciar una buena comunicación familiar, una buena comunicación social; rescatemos el saludo tradicional de nuestros abuelos, que con una sonrisa, saludaban al viajero, o al pasajero visitante; rescatemos la comunicación del sentimiento: atrévete a decir te quiero, te amo. No dejes que la lejanía nos acerque y la cercanía nos aleje. Vuelve a ti, reflexiona, para fortalecer tu comunicación familiar.

Es importante RECONOCER que a veces la vida, sin tomar en cuenta las edades, nos hace caer en la adversidad, o en los errores. Eso nos recuerda que somos personas, personas humanas.

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