PENA DE MUERTE EN CHINA

La pena de muerte es un tema muy polémico debido a que abarca varios aspectos como: el filosófico, el ético, el religioso, el político, el comparativo, el biológico, el criminológico, el jurídico, el estadístico, de control social, etc. Para aquellos que han cometido crímenes a gran escala, solamente pueden retribuidos con la propia muerte del criminal: La sociedad se cobra el daño ocasionado por un criminal con su vida. La víctima recurre al juez a fin de que éste condene al victimario a compensar su accionar que causó perjuicio. Pero, como el menoscabo es muchas veces irreparable, la administración de la justicia opera con un criterio de equivalencias: un delito es compensado con un castigo equivalente.

La República Popular China cree fielmente en el poder de intimidación a los criminales de la pena de muerte, que a lo largo de los años se ha comprobado su poder eficaz ante las medidas tradicionales de seguridad. Actualmente China administra la pena capital por una variedad de crimenes, aunque la mayoría de los son juicios son por casos de asesinato agravado o tráfico de drogas a gran escala. Es importante que recalcar que La República Popular aplica esta sanción como una medida legal, como se vislumbra en el artículo 49 del código penal chino, donde se prohíbe explicitamente la mena de muerte a criminales con menos de 18 al cometer el crimen. Además, la pena capital es sentenciada a casos de gran escala que arremetan contra el gobierno chino, ya sea en matería económica, política o social. China confía fidenignamente en la pena de muerte, la cual se basa en la restauración de la armonía social eliminando a quienes la ponen en peligro, esta es una formulación que impone la necesidad al organismo social, de la presencia amenazante de personas capaces de producir un daño extremo: “… hay que saber cortar a tiempo los miembros podridos, para que no perjudiquen ni afecten a los demás miembros sanos”. El buen gobernante pasa a ser remedo del buen cirujano.

Tomando en cuenta las acusaciones que se han hecho a lo largo de los años, se considera que la abolición de esta medida, sea completamente innecesaria y estaría demostrando la falta de control que tiene el gobierno sobre su población. Las reformas del gobierno son un paso en la dirección correcta, pero se necesitan más, señaló Zhang Qingsong, director del estudio de abogados Shangquan, de Beijing.

"Son demasiados los delitos que se castigan con la muerte, la mayoría no son violentos", Zhang, subdirector de la Asociación de Abogados. "No podemos esperar a que todos los chinos nos pongamos de acuerdo en abolir la máxima pena",

...