POSTULADOS DEL CONSENSO DE WASHINGTON

POSTULADOS DEL CONSENSO DE WASHINGTON

“Las formulaciones del Consenso de Washington datan del año 1989, cuando Estados Unidos consideraba la poca disposición que tenían los países de América Latina para emprender las reformas que les permitiese salir de la crisis de la deuda externa” (Casilda, 2005, p. 4). Según Moreno, Pérez, & Ruiz (2004) este consenso (formulado por John Williamson) tenía como propósito orientar a los países latinoamericanos a encontrar soluciones útiles sobre la forma de enfrentar la crisis de la deuda externa y propiciar una estabilidad económica y lucha contra la pobreza; las variables macroeconómicas más importantes debían estar en orden y el Estado debía de abandonar la propiedad de las empresas públicas y liberalizar al máximo los mercados.

Este consenso está integrado por el siguiente conjunto de recomendaciones:

El Consenso de Washington está conformado por 10 variables: 1) disciplina fiscal, 2) recorte del gasto público; 3) incremento de la base tributaria; 4) liberalización de las tasas de interés; 5) libre flotación del tipo de cambio; 6) liberalización del comercio internacional (eliminación de aranceles y contingentes); 7) liberalización de la inversión extranjera directa; 8) privatización de empresas públicas; 9) desregulación, y 10) garantías de seguridad legal para los derechos de propiedad industrial (Berumen, 2009, p. 22).

Tanto en la gestión de Rafael Callejas (1990- 1993), de Carlos Roberto Reyna (1994-1997) como de Carlos Flores Facussé (1998-2001) se impuso la implementación de las medidas del “Consenso de Washington”, es decir, las clásicas medidas económicas neoliberales. De acuerdo a Barahona (2005) lo más evidente de la reforma económica en Honduras iniciada en 1990 fue la concentración de riqueza en un reducido sector del país y la pobreza en la mayoría de la población. Los resultados de una política de estabilización no dieron los frutos esperados ya que en el decenio de 1990 el PIB per cápita fue inferior al obtenido en la década de 1980; adicionalmente la inflación triplicó los niveles más elevados alcanzados en los años 80’s; la década de 1990 inicio con una tasa inflacionaria de 23% y el año siguiente subió a 36.4%.

Al igual que en Honduras muchos otros países en Latinoamérica sufrieron un fracaso al aplicar este consenso ya que con el tiempo estos postulados no han logrado ser sostenibles. En el caso de nuestro país el desempleo aumentó, las tasas de inflación y de interés alcanzaron niveles altos, la pobreza se incrementó y el déficit de la balanza comercial se volvió insostenible; el gobierno fue dejando decisiones claves a las ideas del libre mercado evadiendo las acciones en pro de la equidad social. Este consenso en mi opinión nunca fue factible ya que es una guía generalizada que no funciona en todas las economías debido a que los contextos de cada país no son los mismos.

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