PRACTICAR DIFERENTES HABILIDADES Y RECONOCER LA IMPORTANCIA QUE EN CONJUNTO REPRESENTA PARA EL ADMINISTRADOR

En toda organización que desea alcanzar sus metas y posicionarse como una de las líderes del mercado se debe contar con un extenso grupo de trabajo para desempeñar las labores requeridas, además la empresa debe tener la facilidad de adquirir recursos tecnológicos, materiales y financieros. Pero todo esto anterior no serviría de nada si no se cuenta con un administrador que posea las mejores habilidades, cualidades, conocimientos y experiencia para lograr coordinar e integrar los recursos con los objetivos de la organización. Es por ello que, a través del estudio, los expertos han delimitado estándares de características esenciales para todo administrador que desee la excelencia.

Se dice que un buen administrador debe tener habilidades para la toma de decisión, de las cuales podemos destacar tres: técnicas, humanas y conceptuales. Todas son importantes y todas las debe poseer el administrador. Se debe tener las primeras, porque aunque él no las ejerza, si es imprescindible que él sepa cómo se realizan los procesos en la compañía; las humanas le servirán para conocer, entender y mejorar la cultura organizacional, así como lograr que los subordinados se sientan gratos y contentos en la empresa; pero generalmente las habilidades conceptuales son las que destacan, pues están le ayudan a la creación de ideas nuevas, a encontrar más caminos para llegar al éxito deseado, resolver los problemas y conflictos que se presenten en el día a día, entre cosas que solo se podrán solucionar y satisfacer en base a los conocimientos y a la práctica.

El liderazgo es otro aspecto importantísimo que debe poseer un administrador, pues éste nos ayudará para influir, motivar y guiar a las personas que se encuentren trabajando para la organización, éstas se sentirán entusiastas y estimuladas hacia el logro de las metas fijadas. Es fundamental que siendo el dirigente de un grupo organizacional cuente con un gran conjunto de medios para llegar al fin que se desea, y sin duda alguna, la estimulación y la influencia son de los más útiles para lograrlo.

Ser un líder es una labor muy ardua ya que requiere mucho conocimiento en diferentes ámbitos, tener mucha capacidad de motivación, iniciativa, ganas de trabajar y enseñar a otros. Sin embargo, el hecho que sea difícil no quiere decir que sea imposible. Por esta razón los administradores deben tratar de formarse como líderes, si es que no tiene dicha capacidad.

Un administrador debe ser un líder puesto que a su deber existen muchos recursos: técnicos, materiales, financieros y humanos, siendo estos últimos los más difíciles de guiar y dirigir dado que cada persona es un mundo, y tienen sus propias emociones, objetivos, motivaciones, costumbres, cultura, metas, entre otras cosas. Si el administrador logra el objetivo de ser un líder, su desempeño será mucho mejor.

Existen diversos métodos para liderar como lo son: el liderazgo autocrático, democrático, burócrata, laissez-faire, pero en particular creo que los mejores líderes son los del tipo transformacional, ya que este cuenta con la motivación y la transmisión de entusiasmo constante y permanente. Además este tipo de liderazgo, cuenta con la característica que tiene un toque del líder transaccional, que se dedica primordialmente a la tarea y al trabajo. Si lo vemos desde otra perspectiva este es el administrador perfecto, porque hace su trabajo y le da la importancia necesaria al mismo y a toda la organización, pero sin olvidar el lado humano de la empresa que debe ser motivado y estimulado para mejorar los estándares de desempeño y eficacia.

Para ser un excelente administrador se debe tener el conocimiento necesario, los rasgos innatos, la iniciativa, el entusiasmo, las ganas de trabajar y motivar a un grupo de personas, y sobre todo, la madurez y confianza en sí mismo para tomar las decisión de cómo se lograran los objetivos de la organización y los de cada individuo. Esto se engloba en la característica llamada liderazgo.

Hemos hablado mucho acerca de la motivación, esta es otra de las cualidades que un administrador de excelencia debe asumir.

La motivación es aquel impulso que se encuentra o se promueve en las personas hacia cumplir una necesidad o un deseo. Este deseo lo podemos asociar con necesidades fisiológicas, necesidades de relaciones interpersonales, necesidades materiales, económicas o hasta las de autorrealización.

Las organizaciones tienen presente que la motivación es un aspecto esencial, ya que es por esta razón que se logra estimular a las personas a que trabajen con ánimo y alto rendimiento a sabiendas que conseguirán recompensas monetarias, recompensas materiales, ascensos o simplemente para destacar sobre los demás.

Si se pretende motivar a los trabajadores es preciso estar al tanto de cuáles son algunas de sus aspiraciones u objetivos. Aunque además se pueden crear necesidades por parte de los dirigentes, es decir, pueden dar a desear algo valioso o importante que no tenían en mente los subordinados.

Sin duda alguna la motivación es vital para la organización. Sin ella la empresa y los trabajadores no cumplirían sus anhelos y metas con el máximo desempeño y esfuerzo.

Por todo lo anterior podemos decir que para ser un excelente administrador es muy trascendental lograr tener sus propios criterios de como motivar y que aspectos son los idóneos para impulsar a los empleados a desempeñar un trabajo con vigor y eficacia con el fin de conseguir los objetivos de la empresa y los propósitos y deseos de cada una de las personas que pertenezcan a la organización. La motivación es alimento del deseo humano y su resultado será la mejora en el rendimiento de las acciones y labores realizadas por el individuo.

Un punto importante a tratar, el cual lo hemos mencionado en repetidas ocasiones, son las personas. Cuando se trabaja con personas es altamente probable que

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