PRINCIPE Y EL MENDIGO_prueba Del Libro
Enviado por ALERIOS • 25 de Agosto de 2013 • 538 Palabras (3 Páginas) • 425 Visitas
CAPITULO I
NACIMIENTO DEL PRÍNCIPE Y DEL MENDIGO
En la antigua ciudad de Londres, un cierto día de otoño del segundo cuarto del siglo XVI, le nació un niño a una familia pobre, de apellido Canty, que no lo deseaba. El mismo día otro niño inglés le nació a una familia rica, de apellido Tudor, que sí lo deseaba. Toda Inglaterra también lo deseaba. Inglaterra lo había deseado tanto tiempo, y lo había esperado, y había rogado tanto a Dios para que lo enviara, que, ahora que había llegado, el pueblo se volvió casi loco de alegría. Meros conocidos se abrazaban y besaban y lloraban. Todo el mundo se tomó un día de fiesta; encumbrados y humildes, ricos y pobres, festejaron, bailaron, cantaron y se hicieron más cordiales durante días y noches. De día Londres era un espectáculo digno de verse, con sus alegres banderas ondeando en cada balcón y en cada tejado y con vistosos desfiles por las calles. De noche era de nuevo otro espectáculo, con sus grandes fogatas en todas las esquinas y sus grupos de parrandistas alegres alborotando en torno de ellas. En toda Inglaterra no se hablaba sino del nuevo niño, Eduardo Tudor, Príncipe de Gales, que dormía arropado en sedas y rasos, ignorante, de todo este bullicio, sin saber que lo servían y lo cuidaban grandes lores y excelsas damas, y, sin importarle, además. Pera no se hablaba del otro niño, Tom Canty, envuelto en andrajos, excepto entre la familia de mendigos a quienes justo había venido a importunar con su presencia.
CAPÍTULO II
LA INFANCIA DE TOM
Saltemos unos cuantos años. Londres tenía mil quinientos años de edad, y era una gran ciudad... para entonces. Tenía cien mil habitantes algunos piensan que el doble.
Las calles eran muy angostas y sinuosas y sucias, especialmente en la parte en que vivía Tom Canty, no lejos del Puente de Londres. Las casas eran de madera, con el segundo piso proyectándose sobre el primero, y el tercero hincando sus codos más allá del segundo. Cuanto más altas las casas tanto más se ensanchaban. Eran esqueletos de gruesas vigas entrecruzadas, con sólidos materiales intermedios, revestidos de yeso. Las vigas estaban pintadas de rojo, o de azul o de negro, de acuerdo al gusto del dueño, y esto prestaba a las casas un aspecto muy pintoresco. Las ventanas eran chicas, con cristales pequeños en forma de diamante, y se abrían hacia afuera, con bisagras, como puertas.
La casa en que vivía el padre de Tom se alzaba en un inmundo callejón sin salida, llamado Offal Court, mas allá de Pudding Lane. Era pequeña, destartalada y casi ruinosa, pero estaba atestada de familias miserables. La tribu de Canty ocupaba una habitación en el tercer piso. El padre y la madre tenían una especie de cama en un rincón, pero Tom, su abuela y sus dos hermanas, Bet y Nan, eran libres: tenían todo el suelo para ellos y podían dormir donde quisieran. Había restos de una o dos mantas y algunos haces
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