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PROYECTO "ESCRIBIMOS NUESTROS NOMBRES"


Enviado por   •  26 de Junio de 2016  •  Trabajo  •  3.966 Palabras (16 Páginas)  •  490 Visitas

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PROYECTO AULICO DEL PRIMER CUATRIMESTRE

“ESCRIBIMOS NUESTRO NOMBRE”

FECHA DE INICIO: MAYO 2016[pic 1]

FECHA DE CIERRE: AGOSTO 2016

DESTINATARIOS: 2 SECCIÓN A TM

LOCALIZACIÓN FÍSICA: el proyecto se llevará a cabo dentro de la sala lila y algunas actividades en el patio verde.

CRONOGRAMA: se llevará a cabo una a dos veces por semana

DESCRIPCIÓN:

Este proyecto se llevará a cabo en el primer cuatrimestre con los niños de la segunda sección A del turno mañana, con él se intentará que los niños reconozcan sus nombres y pueda escribirlo de manera convencional.

Si bien ya se presentaron en la sala los carteles de los nombres ninguno lo reconoció. Se le colocaron stickers que ellos mismos eligieron y a partir de esto todos reconocen su cartel. Se ha propuesto firmar sus trabajitos copiándolo pero no lo han podido realizar de manera convencional, están lejos de esto.

Se trabajará con los nombres, se pedirá que los papás cuenten por qué los eligieron, que averigüen su significado.

Armaremos rompecabezas del nombre, jugaremos a la lotería, trabajaremos con las iniciales y con la letra final, lo modelaremos con masa.

FUNDAMENTACIÓN:

"Aprender a escribir el nombre propio es aprender algo muy especial, ya que forma parte de la propia identidad… Desde el punto de vista de su función en la psicogénesis de la lengua escrita, se ha enfatizado su importancia como "primera forma escrita dotada de estabilidad". Antes de que el niño comprenda por qué ésas y no otras son las letras de su nombre, ni por qué el orden de esas letras es ése y no otro, su nombre escrito puede darle información pertinente y valiosa. Le indica que no cualquier conjunto de letras sirve para cualquier nombre; le indica que el orden de las letras no es aleatorio; le ayuda a comprender que el comienzo del nombre escrito tiene algo que ver con el comienzo del nombre cuando lo dice"(Ferreiro E. y Gómez Palacio, M., 1982, Fascículo 4, pág. 103).
Sin duda el nombre representa para el niño una escritura muy significativa ya que contiene un valor afectivo muy importante: le pertenece y lo acompañará toda su vida.
Al principio lo copiará, lo reproducirá de memoria, pero esa copia será válida porque primero solo dibujará las letras de su nombre pero luego lo reconocerá como propio, lo encontrará escrito en sus pertenencias.
Este primer abecedario de los chicos, conformado por las letras que construyen su nombre, pasará a ser fuente de información y de formulación de hipótesis, porque a partir de él podrá relacionarlo, compararlo y asociarlo con otras escrituras.
Por ejemplo, escrituras que comiencen o terminen igual que su nombre, que contengan algunas de sus letras. Luego podrá darse cuenta que su nombre al igual que otras palabras se escriben siempre de la misma manera, es decir que su orden no se puede alterar y llevará siempre las mismas letras.
“Los niños aprenden interactuando con su entorno y transformando activamente sus relaciones con el mundo de los adultos, de las cosas y de los acontecimientos. En cierto sentido, los niños participan de la construcción de su identidad y la de las otras personas”. Mediante este proyecto se intentará brindar a los niños las herramientas que sean necesarias para el desarrollo de habilidades que conlleven mayor concentración y el perfeccionamiento de su motricidad fina.

FINALIDAD:

Este proyecto apunta y tiene como objetivo principal que los niños reconozcan su nombre y logren escribirlo de manera convencional. Que comiencen a firmar sus producciones.

MARCO TEÓRICO:

 Desde el punto de vista personal, el nombre nos identifica y forma parte de nuestra identidad. Aprender a reconocerlo y a escribirlo es acceder a un saber especial. Pero además de este sentido personal, conocer su escritura posibilita a los niños plantearse y resolver problemas en el mundo de las letras. Desde el punto de vista de su función en la psicogénesis de la lengua escrita, diversas investigaciones han demostrado que el nombre propio "[...] es una valiosa fuente de información para el niño: indica que no cualquier conjunto de letras sirve para cualquier nombre; le indica que el orden de las letras no es aleatorio; le ayuda a comprender que el comienzo del nombre escrito tiene algo que ver con el comienzo del nombre cuando lo dice; le ayuda a comprender el valor sonoro convencional de las letras. No puede, pues, minimizarse la importancia de esta adquisición".1

Reconocer el nombre y reproducirlo según su forma convencional son situaciones didácticas que el jardín propone a los niños desde su ingreso a la institución. Lejos de constituirse en ejercicios rutinarios de lectura o en copias sin sentido, las propuestas son variadas y con sentido para los alumnos.

Enseñar a reconocer el nombre

La búsqueda y localización del nombre propio entre otros nombres es una situación didáctica que se realiza durante el año a través de diversas actividades. A fin de no constituirse en una práctica rutinaria, el maestro planifica variaciones posibles: localizar el cartel con el nombre propio en un grupo de carteles para controlar asistencia, localizar el nombre en una lista escrita por el docente para señalar el responsable de una actividad asumida por los miembros del grupo, identificar un nombre sorteado para saber quién es el encargado de llevar a cabo determinada tarea, etc. Desde el inicio del ciclo lectivo -y en las distintas salas- el docente presenta a los niños carteles con sus nombres, un material de sencilla confección y de gran valor informativo. Los carteles son de tamaños, formas y colores idénticos, sólo se diferencian por sus escrituras. Los nombres de los alumnos escritos por el maestro2 son la única referencia gráfica. ¿Por qué no "facilitar" la tarea agregando otras referencias como fotos o dibujos, por ejemplo? Porque el propósito didáctico es plantear una situación compleja, que genere en los niños múltiples problemas en las sucesivas búsquedas y encuentros con el material. El objetivo no es poder hallar un nombre de manera inmediata, es propiciar en el tiempo ricos intercambios sobre la escritura con el maestro y los compañeros, donde una y otra vez sea posible informarse, opinar y discutir sobre aquello que aparece escrito. Al comenzar este tipo de actividades es el maestro quien informa a los niños qué dice en las distintas escrituras. Lo hace leyendo y mostrando su nombre s, tal como un lector lo hace habitualmente -sin deletrear ni silabear, sin apelar a palmoteos que fragmenten la emisión-. En ocasiones, puede acompañar la lectura con señalamientos globales del texto a fin de indicar aquello que está leyendo. Reconocer el nombre propio -e incluso el de algunos compañeros- es un largo proceso en el cual, inicialmente -tal como ha sido señalado por las investigaciones psicogenéticas-, los niños expresan sistemáticamente ideas sorprendentes para el adulto que las desconoce. Es esperable, por ejemplo -especialmente en los más pequeños- que aunque el maestro haya informado qué dice en cada nombre, modifiquen una y otra vez el sentido de lo que allí está escrito (la escritura del nombre puede cambiar su significado de manera inmediata según quién tenga el cartel en sus manos) o que cada parte de un nombre pueda decir por ejemplo el mismo nombre, otros nombres u otras palabras (Manuel mira el cartel con su nombre y relee señalando las letras: "Éste es mío, dice 'Manuel' (señalando MA), 'Andrés' (en N), 'papá' (en UE) y 'mamá' (en L)".

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