Panama.

En Panamá, no se necesita cursar estudios en la Sorbona de París, Francia, para entender con relativa facilidad esta frase: ¿Cómo está usted? Y ello no es gratuito.

El paso de los franceses por el istmo panameño, primordialmente en el siglo XIX, ha dejado una estela imborrable en casi todos los ámbitos del acontecer nacional. Su influencia en el terreno de la educación, el idioma, la constitución del Estado, y en el campo científico y tecnológico resulta evidente. Y no solo eso. Las huellas dejadas por los patrones arquitectónicos franceses aún marcan algunas edificaciones levantadas primordialmente en el barrio de San Felipe y Santa Ana en la ciudad de Panamá y en la ciudad atlántica de Colón.

El historiador Alberto Mckay es un convencido de ello. En un ensayo intitulado “Aportes significativos de la cultura francesa al desarrollo de Panamá”, publicado en el libro Este país, un Canal: encuentro de culturas, señala que en las estructuras políticas históricas y presentes de Panamá se reconocen influencias de la filosofía social francesa. Ellas se observan en la forma republicana de Gobierno, en la separación de los tres poderes del Estado, en la organización unitaria y centralizada de Gobierno, en el régimen de derechos individuales y sociales y en principios doctrinales de los partidos políticos.

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