Película Baraka

Baraka, una película en el cual nos deslumbra con sus imágenes, nos muestra la naturaleza plena alejada de todo ser humano, enfocándose hacia una tranquilidad y espiritualidad de la vida al inicio, comenzando por montes y monasterios, donde la religión es la primera visión, la fe y a Dios como naturaleza; desde luego hace contraste con la destrucción, donde el hombre insiste en arruinar todo lo natural de una manera apática, sin pensar que nosotros mismos somos los que estamos perdiendo. Deja una vista abierta para aquellos que creen conocer lo que nos rodea; la realidad en sí, que va más allá de esa rutina fastidiosa y demoledora.

El diálogo está presente en cada escena, una imagen se conecta con la otra y todo tiene sentido, nos muestra la existencia del ser humano en este planeta y el ¿Qué estamos haciendo aquí?, ¿Construimos y destruimos? o ¿El resultado de lo que hacemos nos beneficia o al contrario?, surgen varias preguntas, debido a que te “mueve” la conciencia y nos conecta con nuestro espíritu.

Poco a poco va acelerando a medida de la música como mostrándonos esa evolución de todo lo que se está viviendo en distintos lugares, esa diferencia de ambos estilos de vida, que permanecen según el lugar y esa cultura inculcada, donde unos lugares la conservan y otros la van perdiendo, en el cual muchos olvidan que todas las culturas interactúan de una manera u otra, un ejemplo: los monasterios y las ciudades urbanas.

Pero no toda fotografía es “color rosa” Baraka pauta la vida con o sin consumo tal y como nos muestra imágenes de pobreza, construcciones, guerra, entre otras. Esta sociedad se parece mucho a las imágenes del matadero de pollo, debido a que somos consumidos y marcados por lo que creamos, pasando por alto finalmente que todos somos iguales y terminamos en el mismo hoyo, creyéndonos “humanos” cuando en realidad no vemos si nos debemos llamar así.

En la película también muestra que vamos a un nivel acelerado que no va de la mano con la naturaleza, se debe buscar un equilibrio en lo que se corresponde hacer y lo que no, aunque a estas alturas y por creer que el sinónimo de “evolución” es apresurar y dejar la prosperidad del ser humano atrás, resultará difícil localizarnos con nosotros mismos, alejándonos de las grandes obras de la naturaleza y envolviéndonos en la miseria, mostrando como nos encargamos de nosotros mismos y el planeta. En resumen Baraka está llena de contrastes que va de lo mejor a lo peor de la raza humana.

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