Pilares De Una Clasificación

Tras 12 años de fracasos, la selección chilena de fútbol volvió a clasificar a la Copa del Mundo. No fue casualidad, ni se debió solamente a la gran generación de jugadores que existe; hay razones mucho más de fondo sobre las que voy a referirme. La adecuada elección de un líder para dirigir el proceso, la importancia del trabajo y del esfuerzo, el valor de la disciplina y la valentía de atreverse a jugar ofensivamente, son los verdaderos pilares de este gran éxito. No me detendré aquí, sino que voy a ahondar en cada una de estas ideas, agregándoles a su vez, otras razones que contribuyeron a esta clasificación.

En primer lugar, quiero destacar que la gestión de la A.N.F.P (Asociación Nacional de Futbolistas Profesionales) de elegir a Marcelo Bielsa como director técnico de la Roja fue espectacular. Que un entrenador de su talla decida hacerse cargo de la selección, debió haber sido por un gran plan de trabajo que le presentaron. Y Don Marcelo se puso manos a la obra desde un principio, enseñando sus convicciones. Daba gusto ver a los jugadores entrenando en jornadas dobles o triples antes de cada partido de la selección. Bielsa les mostró que el talento era importante, pero que el esfuerzo y la perseverancia lo es más. Correr, correr y matarse por los demás compañeros en la cancha es parte de la doctrina bielsista. Una frase suya lo refleja: “En el fútbol no existe circunstancia alguna, escúcheme bien, no existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha”.

El rosarino además, impuso sus reglas en todos los aspectos, y la disciplina no fue la excepción. No le tembló la mano para dejar fuera de una convocatoria a Carlos Villanueva cuando el jugador tuvo un incidente con su club. Respetó los castigos por el “Puerto Ordazo” y tal como dijo un jugador: “Don Marcelo nos rayó la cancha el primer día”. Claro y directo en este tema, perdonó cuando debía, y a diferencia de sus antecesores que nunca pudieron controlar completamente el camarín, en el suyo, el orden es ley.

Lo último que voy a resaltar es que en el fútbol y en la vida en general, debemos ser nosotros quiénes debemos tomar la ofensiva, no podemos depender de las circunstancias o de lo que hagan los demás. Este equipo se caracterizó en todo momento por el “pressing” que proponía y por la vocación ofensiva con la que eran planteados los partidos. Nunca salió a rescatar un empate, a “colgarse del travesaño”. Personalmente, destaco y valoro la decisión de jugar siempre con 3 delanteros, inculcándoles a los futbolistas una idea de juego, que no deben abandonar, y que es atractiva a la vista.

En los momentos difíciles, como los que se viven actualmente en Chile, el pueblo necesita alegrías. Si todas estas convicciones (ojalá tomen nota todos los entrenadores acerca de éstas) sobre las que he escrito se mantienen, los 23 guerreros que seleccione

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