Planetario
Enviado por Dragomir01 • 13 de Mayo de 2014 • 370 Palabras (2 Páginas) • 210 Visitas
La ciencia empieza con: “Quiero conocer”.
“Conocer” es tan natural y tan directo que tratar de definir lo que significa puede parecer
extraño. De hecho, explicar lo que queremos decir con “conocer” puede ser
extremadamente complejo, pues puede tener muchos significados.
Si buscáramos los sinónimos, veríamos que “conocer” puede significar tener conocimiento, entender, leer o ver, sentir, evaluar, reconocer, considerar, analizar, practicar o dominar.
“Conocer” a alguien significa que hemos visto a la persona (en persona o a través de sus logros), que podemos reconocer a esa persona dentro de un grupo, y que estamos al tanto de su existencia. Pero para en verdad conocer a alguien, hay que conocerlo íntimamente, al punto de poder predecir su comportamiento y reacciones además de comprenderla
suficiente para explicar su personalidad a otros. El conocimiento científico --solidario de la concepción que de la ciencia se tiene-- ha permitido acuñar dos sentidos principales, pero distintos. Uno es el concepto antiguo de ciencia; se le concibe como un proceso inmanente a nosotros mismos. El paradigma de esta concepción lo tenemos Platón. Éste imagina que el alma ha vivido antes de su vida terrestre, en un mundo divino, en donde contempla la realidad verdadera que está constituida por las ideas; en esta primera etapa gozaba de una vida bienaventurada y perfecta en compañía de los dioses; pero luego ha perdido sus alas y ha caído sobre la tierra. A pesar de esta caída experimenta un oscuro deseo de recuperar su estado perfecto y este deseo de perfeccionar su ser se manifiesta a través del conocimiento científico, que es la reminiscencia del mundo de las ideas; de esta forma, el conocimiento, haciéndonos comunicar con el ser, restablece una perfección de la que estábamos privados.
Es imposible dejar de reconocer que Platón nos habla en forma de un mito. Pero resulta igualmente cierto que este mito oculta una profunda verdad. Dentro de esta concepción, el conocimiento científico señala que el alma humana viene a ser como un espejo vacío que refleja los objetos, tal como lo señala, por ejemplo, Spinoza: se trata en el conocimiento, del tránsito de lo confuso a lo claro y distinto; es generador de alegria y perfección, transforma el alma.
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