Poemas de Amor y locura
Enviado por Yni94 • 10 de Octubre de 2013 • Informe • 394 Palabras (2 Páginas) • 352 Visitas
No olvides que yo te voy a querer
No por tus logros,
No por tu apariencia,
No por lo que sea que hagas..
sino por una razón
Completamente distinta:
Por lo que eres.
¿De qué modo Te quiero?
¿De qué modo te quiero? Deja que cante las formas:
Te quiero desde el hondo abismo hasta la región más alta
que mi alma pueda alcanzar, cuando persigo en vano
las fronteras del Ser y la Gracia.
Te quiero en el calmo instante de cada día,
con el sol y la tenue luz de la lámpara.
Te quiero en libertad, como se aspira al Bien;
Te quiero con pureza, como se alcanza la Gloria.
Te quiero con la pasión que antes puse
en mis viejos lamentos, con mi fe de niña.
Te quiero con la ternura que creí perder
cuando mis santos se desvanecieron.
Te quiero con cada frágil aliento,
con cada sonrisa y con cada lágrima de mi ser;
AMOR Y LOCURA
El Amor y la Locura no son opuestos. Ambos se entrelazan y penetran mutuamente, hasta el punto que no es posible determinar cuál es la causa y cuál su consecuencia. ¿El Amor engendra la Locura, o es la insanía la razón por la que amamos? Ciertamente no tenemos una respuesta, aunque sospecho que para amar se necesita cierta dosis de inestabilidad. Nadie en su sano juicio pondría su alma a disposición del capricho de un tercero, y sin embargo sólo en esta entrega desquiciada encontramos la paz.
Las diez
Son las diez y te extraño,
casi igual a cuando eran las nueve.
Me escapo un instante de esta montaña de papeles
y me acerco hasta el reloj para cerciorarme.
Lo observo fijo, casi suplicando.
Si acaso no está averiado:
¿Por qué no me entrega las horas que faltan
para volver a encontrarte?
Son las diez y pienso en algún relojero,
de esos viejos que hacen magia con las manos,
pero no hay magia que apure más al tiempo
que cuando estoy entre tus labios.
Son las diez y el fuego se consume
casi igual a cuando marcaban las nueve.
Y son las once y dibujo en las cenizas
corazones con nuestros nombres.
Por esta hora,
mis letras son un derrotero de nostalgias
un poco más extensas que a las diez,
bastantes más desahuciadas que a las nueve.
Y son las doce ¡y todavía te extraño!
Sospecho que voy a hacerlo,
hasta volver a encontrarnos….
Y te escribo porque no sé matar la distancia de otra manera.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
...