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Política exterior venezolana.


Enviado por   •  26 de Junio de 2013  •  Tesis  •  5.724 Palabras (23 Páginas)  •  269 Visitas

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1.- Política exterior venezolana.

Política Exterior desde 1958 hasta la Actualidad

Al iniciarse un nuevo período en la Historia Nacional con el establecimiento de la Democracia, la política exterior venezolana se orientó a mantener relaciones de mutuo respeto con la mayor parte de los países del mundo, así como asegurar la colaboración del país en todos los esfuerzos para consolidar la paz y la democracia en el mundo y a participar vivamente en todos los proyectos encauzados a la defensa de los derechos humanos. Tales principios fueron señalados en el preámbulo de la Constitución promulgada en 1961.

Sin embargo, en los primeros años de la década de 1960, la implementación de la llamada Doctrina Betancourt que implicaba el reconocimiento por parte de Venezuela sólo a regímenes legitimados por elecciones democráticas causó la ruptura de relaciones diplomáticas con un gran número de países, particularmente en el continente americano, lo cual llevó a un relativo aislamiento de Venezuela en el contexto de su política exterior.

Especial tensión existió en ese período en las relaciones entre Venezuela y Cuba, así como en las relaciones con el régimen dictatorial que en esos años gobernaba República Dominicana.

Otro hecho de gran importancia lo constituyó la actuación protagónica de Venezuela en la fundación de la OPEP, ocurrida en 1960. Dicha actuación se correspondió con el desarrollo de una política exterior en materia económica bien definida, que buscaba la defensa de los interese petroleros venezolanos en el contexto mundial.

Durante el Gobierno de Raúl Leoni (1964-1969), la ya referida doctrina Betancourt permaneció vigente, aunque se observó mayor flexibilidad en su aplicación; como consecuencia del agravamiento de las tensiones con los sectores de izquierda a nivel nacional e internacional, el Gobierno de Leoni interrumpió las relaciones de Venezuela con la Unión soviética, relaciones que databan de 1945.

Con el gobierno del Presidente Rafael Caldera, se estableció un criterio más amplio y realista de pluralismo ideológico, que permitió darle un nuevo impulsó a las relaciones exteriores del país. El nuevo principio rector de la política internacional practicada durante dicho gobierno estuvo orientado básicamente al mejoramiento de las relaciones Norte-Sur, a la vez que se fundamentó en los postulados teóricos del desarrollo de la humanidad, que suponía la redefinición de la economía mundial sobre criterios de mayor justicia y equidad.

Se basó además la política exterior Calderista en la promoción de la unidad latinoamericana y el nacionalismo democrático, promulgando a la vez la defensa de la soberanía sobre los recursos naturales de las naciones del Tercer Mundo, para asegurar que el producto de su explotación fuese destinado a su propio desarrollo.

Una vez consolidada la plataforma democrática en lo interno, el gobierno se propuso ampliar los nexos con el exterior, tratando de revertir los efectos causados por la política exterior de Betancourt. Se establecieron entonces relaciones diplomáticas con países de las más variadas inclinaciones ideológicas, entre los que destacan la República Popular de Hungría (1969), la República Democrática y Popular de Argelia (1971), Australia (31.5.1973); también se reanudaron con países como Perú (1969), Argentina (1969), la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1970).

La política exterior de Caldera se centró también en la búsqueda de una solución a la controversia limítrofe mantenida con las Repúblicas de Colombia y Guyana, por lo que se optó por continuar las negociaciones sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas con Colombia y diferir las discusiones con Guyana durante un lapso de 12 años, mediante la firma del llamado Protocolo de Puerto España firmado en 1970 tras el vencimiento del Acuerdo de Ginebra de 1966.

En marzo de 1974, Carlos Andrés Pérez asumió la presidencia de la República bajo condiciones internas que dieron a las relaciones exteriores de Venezuela un nuevo rumbo. En general se trató de una actitud de ampliación de las iniciativas adelantadas durante el período de gobierno de Caldera.

Esta actitud obedeció primordialmente a hechos de carácter económico entre los que destaca el estallido de la guerra árabe-israelí de 1973, pues dicho conflicto provocó un inesperado aumento en los precios del petróleo. Este acontecimiento fue complementado más tarde en Venezuela con la nacionalización petrolera en 1974.

Desde el punto de vista institucional se fortalecieron las relaciones con los países miembros de la OPEP y se declaró abiertamente la importancia de la riqueza petrolera como herramienta para establecer un nuevo orden económico internacional que permitiera el desarrollo de las naciones del Tercer Mundo.

La extensión de la política pluralista iniciada por Rafael Caldera se expresó en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba en 1974. Como nota negativa se destacó un incidente diplomático que causó la suspensión de relaciones con Uruguay en 1976.

El diálogo Norte-Sur propuesto también por Caldera fue parcialmente sustituido por el entendimiento Sur-Sur. Con este fin, el presidente Pérez visitó gran número de países, entre los que se encuentran: Perú (1974), Colombia (1975, 1977 y 1978), México (1975), Panamá (1975 y1978), Argelia (1975), República Dominicana (1976 y 1977), Brasil (1977), Reino de Arabia Saudita (1977), Irak (1977) Irán. Visitó además España (1976), la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1976), Italia (1976), Gran Bretaña (1976) y la Santa Sede, siendo el primer mandatario venezolano que lo hizo (1976).

En 1979 llegó a la presidencia Luis Herrera Campins inaugurándose otra etapa en la política exterior venezolana. A la base doctrinal fundada por Rafael Caldera se adicionó un nuevo principio: el de la institucionalización de la libertad y la democracia.

Esta orientación significó un paso decisivo del gobierno para promocionar el ascenso al poder de gobiernos demócrata-cristianos en el área de Centroamérica y el Caribe. Esta política, apoyada inicialmente por Estados Unidos, se abandonó tras la derrota de José Napoleón Duarte y el triunfo de un sector ultraderechista en El Salvador.

Un cambio circunstancial de orientación fue evidente durante la guerra de las Malvinas, en 1982, cuando Venezuela ofreció su apoyo absoluto a la dictadura militar que gobernaba para ese momento en Argentina. Respecto a la política de fronteras, el gobierno se vio en la obligación de sortear el problema de la delimitación marítima con Colombia, y la reclamación del Esquivo. Sobre lo primero, se logró en octubre de 1980 un proyecto de acuerdo, conocido como Hipótesis de Caraballeda el

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