Política para garantizar condiciones laborales dignas para los trabajadores del campo

• Política para garantizar condiciones laborales dignas para los trabajadores del campo

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La población en pobreza está constituida por personas, familias y comunidades que ocupan un lugar específico, y que no son simplemente estadísticas.

El 75% de la población que convive con el hambre y la pobreza, lo hace en zonas rurales donde la agricultura se convierte en prácticamente el único medio de subsistencia. Por tanto, es necesario hacer hincapié en mejorar las condiciones agrícolas impulsando políticas que mejoren los ingresos de los trabajadores del campo (Trueba Jainaga, 2001).

870 millones de personas padecen hambre por no tener los medios para producir o comprar alimentos. La mayoría de estas personas son los proveedores de alimentos a pequeña escala y trabajadores rurales, que no pueden generar los ingresos suficientes con su producción y trabajo para satisfacer sus necesidades de alimentación y salud (Programa Mundial de Alimentos, 2012).

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), organismo especializado adscrito a la ONU, creado para erradicar la pobreza y el hambre a nivel mundial, precisó en su informe anual 2014 que las tasas de pobreza siguen siendo elevadas, sobre todo en las zonas rurales. De hecho, si bien la proporción de personas que viven en situación de pobreza extrema (con menos de USD 1,25 al día) ha disminuido de manera constante en los dos últimos decenios (del 58 por ciento en 1990 al 48 por ciento en 2012) a raíz del crecimiento demográfico, el número de personas extremadamente pobres en realidad ha aumentado. En consecuencia, la región no ha avanzado con la suficiente rapidez para alcanzar la meta del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la pobreza para 2015.

La producción campesina, el pastoreo y la pesca a pequeña escala son los mayores sectores económicos del mundo en términos de las personas que participan en estas prácticas; y con políticas adecuadas y apoyo social, pueden convertirse en los pilares de grandes economías internas. Sin embargo, las políticas económicas actuales tienden a favorecer a la agricultura y pesca industriales, orientadas a las exportaciones y los mercados mundiales, donde los principales beneficiarios son grandes empresas dejando de lado a los trabajadores del campo (Eradicate Hunger & Malnutrition, 2012).

Los trabajadores del campo son la fuente principal de mano de obra asociada a la alimentación, produciendo, procesando y vendiendo alimentos generalmente bajo condiciones malas y poco seguras y recibiendo salarios bajos. A menudo trabajan en el sector organizado o no organizado de la alimentación bajo condiciones de explotación, y están expuestos a problemas de salud relacionados con el trabajo.

La mayoría de las personas que producen y preparan los alimentos que comemos son pobres, padecen hambre y están desnutridos/as y trabajan en condiciones malas y poco seguras. Eso incluye a muchos pequeños proveedores de alimentos, trabajadores agrícolas y de acuicultura.

El sueldo promedio de un campesino es de 998 pesos mensuales, es decir, 33 pesos al día, lo que representa el 1.5 por ciento de lo que ganan los trabajadores de los grandes corporativos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la percepción anual de los trabajadores del sector primario, que son poco más de 3 millones 41 mil mexicanos, alcanza apenas los 11 mil 985 pesos por persona. La cifra contrasta con los 763 mil 17 pesos en el año que recibe cada trabajador de los grandes corporativos; es decir, 63 mil 584 pesos cada mes o 2 mil 119 pesos diarios (Agencia Quadratín, 2014).

Debido a lo anterior mencionado propongo una iniciativa de política pública donde se garantice un ingreso básico superior al salario mínimo legal con derecho de todos los servicio y prestaciones que marca la ley debido a que “la soberanía alimentaria del país es uno de los tesoros más preciados por los Estados para garantizarse un espacio en las relaciones con los demás. Sumado a que garantiza el bienestar de sus ciudadanos. El bienestar de la población vulnerable es otro de los fines del Estado”.

Si se lograra implementar esta política los trabajadores del campo no tendrían que dejar sus parcelas, los jóvenes se interesarían por el trabajo en el campo y así contribuirían al bienestar de sus familias, mejorando sus condiciones de salud y desnutrición.

De esta manera se detonaría un circulo virtuosos debido al existir un aumento de salarios estimula la productividad en el campo existiendo una mayor producción que implicaría una disminución en los precios de los productos lo que incentiva el consumo e inversión, lo cual genera crecimiento de la economía y la generación de empleos y mejores salarios.

Bibliografía

Agencia Quadratín. (2014). Campesinos ganan menos de mil pesos al mes: Inegi. Retrieved November 15, 2016, from https://mexico.quadratin.com.mx/Campesinos-ganan-menos-de-mil-pesos-al-mes-Inegi/

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