Por Favor No Se Lleven Esa Caja
Enviado por jp.canaveral • 28 de Noviembre de 2012 • 1.193 Palabras (5 Páginas) • 417 Visitas
Por Favor No Se Lleven Esa Caja
Quiero contar un secreto que sólo yo conozco y que ayudará a aclarar una noticia que ha sido muy mencionada en el país. Tiene que ver con mi abuela Cipriano González a quien todos admiran y conocen por ser un excelente escritor de cuentos y novelas, porque ha ganado muchos premios y le ha dado fama a la patria. Para mi ha sido muy bueno ser su nieta porque siempre que lo visitaba me dedicaba mucho tiempo contándome historias fantásticas de cuando él era niño y vivía con sus padres en un pueblo lejano. Desde hace dos meses no lo he podido ver porque no me dejan entrar a la pieza del hospital donde se encuentra. Yo siento en mi corazón que mi abuelo se va a ir de este mundo y por eso quiero contar esta historia para que se sepa qué fue lo que despertó su idea de ser escritor.
Hace dos meses, el día que mi abuelo cumplía 93 años, le hicieron un homenaje en un programa de televisión y le preguntaron por el hecho de su vida que más influyó para que él fuera escritor. Cuando iba a responder fue que le empezó la enfermedad que lo tiene en cama, se puso pálido y sudoroso, y antes de caer desmayado alcanzó a gritar con fuerza y desespero: “¡Por favor no se lleven esa caja!”. Desde ese día mi abuelo no ha vuelto a decir nada y varios escritores y periodistas amigos han tratado de explicar por qué dijo esas palabras.
Carlos Alzate, uno de los alumnos preferidos de mi abuelo, dijo en el noticiero de la noche que el anciano se refería a la caja en que empacó el borrador de su primer cuento. Allí narraba la increíble historia de un niño que era tan flaco que su madre lo prestaba para que el profesor de ciencias de la escuela les enseñara a sus alumnos los diferentes huesos del cuerpo humano. Erika Palacio, una periodista de la radio, está de acuerdo en que mi abuelo se refería a una caja que contenía el borrador de un libro, pero piensa que se trata de la novela en la que se narra la historia de un pueblito a orillas del río Magdalena donde había un sacerdote que no le daba la hostia a las personas que olían a pescado cuando abrían la boca en el momento de la comunión.
Mi padre en cambio piensa que el abuelo hablaba de una caja de aguardiente que un día le robaron.
Por esas relaciones de compinches que tantas veces se dan entre los abuelos y sus nietas preferidas, él un día me contó la historia de la famosa caja y lo importante que fue para su vida de escritor.
El papá de mi abuelo tenía una tienda de pueblo y cada ocho días le llevaban mercancía en un camión que repartía carga por varios pueblos. Un día mi bisabuelo se dio cuenta de que entre los bultos de arroz y panela que le descargaron también había una caja de cartón cuadrada, muy bien sellada con cinta transparente. La caja era muy llamativa porque estaba decorada con pájaros y mariposas. mi abuelo (que en ese tiempo tenía cinco años) y su hermana mayor (que tenía ocho), le pidieron a su papá que les dejara abrir la caja, pero él no lo permitió y cuando a los ocho días volvió el camión la entregó para que buscaran al verdadero dueño. La historia de la caja no terminó allí, pues en la próxima entrega del camión volvieron a dejarla confundida entre la mercancía. De nuevo
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