¿Por qué la filosofía moral debe ocuparse de la felicidad? R= La filosofía moral reducida ha perdido el interés por la felicidad y por el sentido de la vida humana. Recuperando para la filosofía moral el tema de la conducta y del gobierno de la vida

FELICIDAD Y VIRTUD

EN LA FILOSOFIA PRÁCTICA

DE LA CONDUCTA HUMANA

1. ¿Por qué la filosofía moral debe ocuparse de la felicidad? R= La filosofía moral reducida ha perdido el interés por la felicidad y por el sentido de la vida humana. Recuperando para la filosofía moral el tema de la conducta y del gobierno de la vida, se logra devolver a la felicidad su importancia y percibir su íntima vinculación con la virtud, no sin una reelaboración crítica del concepto de felicidad y virtud.
   2. ¿Cuál es el puesto de la felicidad en las motivaciones de la conducta humana? R= En la felicidad como fin último, y por tanto global, se encuentra la razón por la cual las acciones humanas no se suceden casualmente sino formando una conducta donde acciones dirigidas a fines más globales explican e integran acciones dirigidas a fines más particulares y constituyen en su conjunto un medio para la realización de la condición óptima o feliz para el hombre.
   3. ¿Tiene sentido la distinción entre verdadera y falsa felicidad? R=

Ante todo, la felicidad, en sentido subjetivo, está en función de la importancia que un sujeto atribuye a ciertos fines; pero la cuestión de la importancia de ciertos fines no es puramente subjetiva, y, por consiguiente, sobre esta importancia se puede realizar un juicio verdadero o errado. Además , no hace un uso errado del término felicidad quien quiere mostrar que la vida que llevan muchos que se tienen por felices no es realmente feliz, o que el sujeto que se engaña acerca de los fines dignos de ser perseguidos no puede ser tenido por una persona que lleva una vida feliz. Si este uso del término felicidad que apunta a llevar a cabo una revaloración, una rectificación, es legitimo, significa que posee sentido calificar la felicidad como verdadera o falsa.

4. ¿Existen criterios objetivos para determinar la verdadera felicidad?  R=Una teoría de la felicidad debe recoger la complejidad semántica y conceptual de la misma y en la medida de lo posible dar cuenta de ella, aunque inevitablemente se privilegiará un significado u otro, un componente conceptual u otro. Según algunas posiciones recientes la distinción entre verdadera y falsa felicidad es rechazada desde el momento en que no existirían criterios objetivos para fundarla; aunque para otros teoristas como Kekes los criterios de felicidad son ontológicamente subjetivos y epistemológicamente objetivos; es decir, no hay criterios ontológicamente válidos para juzgar los ideales que mueven a un individuo y realizando  los cuales

se siente feliz; pero se puede juzgar objetivamente su sentirse feliz a partir precisamente de sus ideales verificando su realización.

5. ¿Por qué la verdadera felicidad exige la virtud?

R= Porque tanto la virtud como la felicidad poseen una gran importancia en la vida humana.

Aristóteles sostiene que “el bien del hombre consiste en una actividad del alma según la virtud”.

Existe, por tanto, en la vida humana, una felicidad accesible, no inmediatamente sino sólo en virtud de una potenciación, de una elevación de un desarrollo de las capacidades operativas que permite apreciar los bienes e interesarse por ellos del modo que es debido y digno para el hombre. Es aquí, como veremos, donde interviene la virtud, entendida como elevación de las capacidades humanas a la altura de las acciones requeridas por la felicidad verdadera y debida. Por consiguiente, de ningún modo las actuaciones excelentes del hombre y las virtudes que las hacen posibles han de ser consideradas medios para la felicidad; más bien, son el modo en el que la felicidad se realiza en la vida humana. La verdadera felicidad exige la virtud  ya que esta contribuye eficazmente a la realización de la verdadera felicidad de dos modos: a) en cuanto que dispone y potencia las facultades operativas para que lleven a cabo actuaciones existenciales excelentes, es principio eficiente inmediato de la verdadera felicidad en su aspecto eudemonístico existencial b) en cuanto que hace posible que el sujeto esté en una situación apropiada respecto del amor benevolente de los otros, pero sobre todo de Dios, y, por consiguiente, sea capaz y merecedor de recibir un don, es principio mediato de la verdadera felicidad en todos sus otros aspectos.

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