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Presentacion


Enviado por   •  11 de Febrero de 2014  •  371 Palabras (2 Páginas)  •  174 Visitas

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Nos encontramos, pues, ante una actividad que desde todos los tiempos ha conllevado constantemente una de las peores consideraciones ya sociales-civiles o religiosas.

Desde el último punto de vista – el religioso – la prostitución insiste en lo que constituyó en su tiempo el denominado “pecado original” bajo los postulados bíblicos y los cristianos, equivalente al también denominado “pecado imperdonable” o “pecado contra el Espíritu Santo”, dado que se estaría contemplando el despilfarro del semen o fuerza necesaria para la fecundación – fuerza creadora – , la cual es administrada por Jehová (Esp. Santo) o 3er. aspecto de la Trinidad tanto católica como meramente cristiana. Ello querría decir que en el próximo renacimiento, los cuerpos físicos y no físicos de quienes actualmente los prostituyen, vendrían a una nueva existencia con la carga de las taras consiguientes, por medio de las cuales tales individuos habrían de aprender las oportunas lecciones acerca de la utilización correcta de sus respectivos cuerpos físicos y no físicos.

Por tanto, la pregunta capital vendría a conformarse de la siguiente manera: ¿…tiene alguien derecho a practicar la prostitución? Y la respuesta aparecería deducida tras la aplicación del siguiente principio axiomático: “Es lícito lo que no causa daño a nada ni perjudica a terceros”, puesto que no existe ningún derecho natural a hacer el mal, a dañar.

Por lo que hace a una comunidad o una sociedad del ámbito que fuese, aparte de su propio daño causado ¿es que no lo causa en algún aspecto a ninguno de los terceros enunciados? ¿es que no debemos velar por nuestra propia salud física y mental, y el Estado o sus Delegados por la salud general bajo el fundamento de la representación conferida?

Es, pues, tanta la connotación degradante que encierra en sí mismo el ejercicio de la prostitución e implica tanto daño personal y colectivo, tanto infringe en sí los derechos humanos de quien la ejerce o ayuda a ejercerla que, de forma indubitada, debemos afirmar que nadie dispone del derecho a su ejercicio en territorio alguno ni bajo cualesquiera de las condiciones que pudieran suscitarse. No existe argumento ni disposición civil ni religiosa válida alguna que confieran verdadera licitud para la causación de daño ya material, emocional o mental a nada ni a nadie.

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