Principios Básicos De La Administración
Enviado por Catgab • 30 de Octubre de 2012 • 320 Palabras (2 Páginas) • 616 Visitas
Los principios básicos de administración no sólo son aplicables a las empresas, sino que son válidos en la vida personal.
Los principios administrativos que nos han enseñado en la universidad, son aplicables no sólo a la administración de una empresa sino a la administración de la vida misma de cada persona aunque no nos lo hayan dicho. En el diario desarrollo personal, laboral o profesional, debemos aplicar muchos de los principios considerados esenciales en la administración.
Entre algunos principios tenemos:
Planeación. No se puede hacer nada sin antes planearlo. Hasta ir al cine los fines de semana requiere ser planeado, puesto que se tiene que tener en cuenta variables como el tiempo y el dinero. Inclusive se tiene que medir el costo de oportunidad, puesto que el hecho de ir al cine impide que se desarrollen otras actividades que pueden ser más o menos importantes.
Organización. En la vida personal se requiere ser organizado. Aunque seamos uno solo, dependemos e influimos en más personas, y nuestras decisiones necesitan y tendrán efectos sobre diferentes recursos, los que en su conjunto deben estar debidamente organizados, de lo contrario será más difícil, como por ejemplo planear y ejecutar lo planeado.
Dirección. Tan importante como los anteriores. Debemos dirigir muy bien nuestras acciones, actitudes, etc., para poder conseguir el objetivo elegido. Sin dirección no es posible avanzar. Como lo dice el adagio popular: un barco sin timón es un barco sin dirección, sin rumbo y sin destino.
Control. Es absolutamente necesario de ves en cuando (sino siempre) revisar nuestros planes, acciones, actitudes, para determinar que tan bien estamos haciendo el trabajo. Sino nos cuestionamos nosotros mismos, difícilmente veremos nuestros propios errores, y en consecuencia los seguiremos repitiendo con su inexorable efecto negativo en el desarrollo de nuestros planes.
Nuestra vida debe ser abordada como una empresa, puesto que quizás es precisamente la vida la empresa más exigente que hayamos iniciado. Una vida mal enfocada y mal llevada, es indudablemente un fracaso.
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