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Problema de Conducta


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  Monografía  •  6.096 Palabras (25 Páginas)  •  357 Visitas

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Un problema de conducta es un patrón de comportamientos persistentes y repetitivos en el que se altera la dinámica del grupo y o las normas sociales acordes a su edad repercutiendo en su rendimiento académico y en las relaciones que establece en los diferentes contextos, escolar familiar y social.

La conducta problemática que manifiestan algunos niños es un mensaje de lo que están sufriendo.

En ocasiones el maestro lejos de captar ese mensaje en el que el niño pide ayuda, reacciona negativamente por el desajuste de éste le ocasiona en el desempeño de su trabajo docente, sintiendo angustia, impotencia y frustración; y entablando entonces un vinculo patológico de rechazo con el niño, etiquetándolo y trasmitiendo esa etiqueta a otros maestros que lo discriminan también.

El maestro muchas veces por su necesidad de cumplir con el programa escolar nacional, estandariza mecanismos de trabajo basándose en una pretendida homogeneización del grupo en la cual no hay cabida para la tolerancia hacia los niños que, por no cumplir los estándares, se convierten en un obstáculo. Las alternativas que encuentran son, normalizarlo por la fuerza, o marginarlo, más no se considera el ayudarlo a superar su problemática, y con esa actitud, sea de intransigencia o de indiferencia, genera un problema de conducta en forma circular, que se manifiesta en el funcionamiento del niño en el aula.

Es importante mencionar que existen diferentes problemas de Conducta, que con mayor frecuencia pueden manifestar algunos niños en la escuela, como son los siguientes: Problema De Ansiedad, Problema De Conducta Pasivo-Dependiente, Problema De Vinculación, Problema De Conducta Depresiva, Problema De Conducta Hiperactiva Y Déficit De Atención, Problema De Conducta Agresiva, Problema De Conducta Negativita.

Los intentos de “normalización”, las divisiones y distribuciones estrictas de tiempos y espacios, los agrupamientos, las clasificaciones y calificaciones, los diagnósticos, el suplicio de los cuerpos en mayor o menor medida, los controles de la actividad, las sanciones, también “normalizadoras”, aluden en definitiva a un intento de definición de nuestra cultura frente a “lo otro anormal”. Piensa las semejanzas entre las instituciones aludidas: paseos por el patio a determinadas horas, actividades regladas, distribuciones en alas y celdas colectivas, celdas de exclusión, profesionales “sanadores”, colegios internos… y tantas otras. En definitiva, lo bueno frente a lo malo, el disciplina miento de los cuerpos y de las conciencias a través de ellos, y al revés. O, en palabras del propio autor (subrayo para docentes):

Muchos profesores me han comentado su preocupación respecto a la ocurrencia de robos dentro de las aulas. Como sucede con cualquier problema que afecta la vida en común, el robo en la escuela es un tema complejo y definitivamente no tiene una única solución, ni existen recetas fáciles o de corto plazo que lo resuelvan. Cada caso es particular y distinto y esas diferencias siempre deben tomarse en cuenta.

Personalmente no soy partidaria de la separación del estudiante de la escuela. Creo que un estudiante no debiera ser expulsado nunca -o casi nunca, para ser más exactos- de la escuela a la que pertenece. Un estudiante que roba es en parte un producto de la escuela. Expulsar a un estudiante, desde mi punto de vista, es como que un hospital pusiera en la calle a su enfermo más grave precisamente porque está grave, renunciando así a su responsabilidad para con ella o él. Este punto creo que debe discutirse mucho más a fondo, y no será en esta entrada sino en alguna otra en que abordaré específicamente este tema.

Sin embargo, considero que hay varias cosas que pueden hacerse cuando se presentan casos de robo en la escuela. A continuación expongo algunas ideas:

1) Un problema de robo merma la confianza de los miembros de un grupo y es básicamente injusto. Creo que el problema debe ser atacado por alli, como problema colectivo. Cuando el robo se concibe como un problema individual (hay alguien que roba, un "ladrón") se pierde ese factor comunitario y de cultura de la escuela.

2) Por lo tanto, mi sugerencia apunta a trabajar colectivamente el tema. Muchos colegios no están acostumbrados a esto pero creo que es la única manera de llegar realmente al fondo del asunto.

3) Es necesario hacer a los estudiantes conscientes de que el robo es un problema, pues aunque parezca mentira, muchas veces no existe conciencia plena entre ellos de que lo sea. Resulta útil por ello conversar en aula sobre el tema: ¿Cómo lo perciben? ¿Cuáles son sus causas? ¿Reconocen sus consecuencias para ellos mismos y para la vida en el aula y en la escuela? Es necesario tener sesiones simplemente para debatir el tema y trabajar la idea de que es un asunto COLECTIVO que concierne a todos y no un problema individual (que es como usualmente los estudiantes lo ven), pues afecta la confianza que se tienen los miembros de la comunidad, dificulta el buen desenvolvimiento de las clases, etc. Esto suele tomar tiempo pues pasar de una visión individual de este tipo de asuntos a una comunitaria es un proceso lento.

4) Es importante trabajar el tema desde 3 frentes: uno, haciendo entender a los estudiantes que ocultar una falta -el robo en este caso- no es adecuado (que no es sinónimo de amistad, por ejemplo), haciéndolos conscientes de lo que siente la víctima al haber sido objeto de un robo, y sobre todo, haciéndolos partícipes colectivamente del tipo de sanción. Esto debería ser un proceso dinámico en el que la comunidad educativa opina y argumenta sobre lo que se merece la persona que ha cometido la falta, y toma colectivamente la decisión de sancionar o de dar a la persona una segunda oportunidad.

Lamentablemente muchos colegios no pueden aplicar este tipo de estrategia porque tienen reglamentos predeterminados y rígidos que nunca se revisan y en los que se estipula de antemano que robar es "falta grave", y se señala la sanción a aplicar. Esto me parece nocivo, ya que cada caso tiene particularidades que deben tenerse en cuenta al momento de decidir. ¿Cómo puede saberse de antemano que algo es "falta grave" sin tomar en cuenta -por ejemplo- las intenciones de la persona, el contexto de la falta, o los posibles atenuantes? Con ese tipo de reglamentos se ata de pies y manos a los profesores, quienes muchas veces se sienten obligados a seguirlos aunque no crean en ellos, y no se permite la participación de los estudiantes en la real toma de decisiones sobre las reglas que rigen su vida escolar.

En resumen, es necesario romper

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