Psicología De La Emergencia
Enviado por luisafer1028 • 1 de Marzo de 2013 • 1.971 Palabras (8 Páginas) • 1.066 Visitas
La Psicología de la Emergencia, tiene como objetivo básicamente el estudio de las reacciones emocionales o psicológicas de los individuos, sometidos al stress y la presión de acontecimientos. Que por su naturaleza y consecuencias superan la medida de lo que consideramos normal, tolerable y sano. Del estudio de las conductas humanas bajo presión extrema, se definen pautas de comportamiento, se diseñan métodos de capacitación y entrenamiento para aquellos que por sus funciones deben responder en una emergencia. Se obtienen formas de superar y combatir el stress y sus males asociados. Constituyéndose de esta manera en una herramienta de altísima utilidad, tanto en los programas preventivos de seguridad, como durante el curso de una emergencia; de tal forma que podemos considerarla sin lugar a dudas como una ciencia que salva vidas, ya que su aporte se hace presente directamente en la psiquis de quienes deberán actuar en un caso dado, es decir de quienes deberán tomar decisiones y actuar rápida y eficientemente en una carrera que casi siempre tiene al tiempo como contrincante.
La Psicología de la Emergencia como “aquella rama de la Psicología General que estudia los distintos cambios y fenómenos personales, presentes en una situación de peligro, sea esta natural o provocada por el hombre en forma casual o intencional”.
Todo accidente o evento negativo que sobreviene de manera inesperada.
Crisis:
Momento de ruptura o cambio en el funcionamiento de un sistema, un cambio cualitativo en el sentido positivo o negativo.
La psicología de la emergencia busca preparar al individuo para enfrentar escenarios complejos de alta exigencia; como lo son las emergencias y los eventos críticos. La explicación de nuestras reacciones y el conocimiento anticipado de lo que podríamos experimentar en un caso de esta naturaleza, constituye una excelente ayuda para enfrentar de mejor manera nuestro trabajo, o porque no, una situación fortuita que a cualquiera le puede pasar. El conocimiento del miedo, las fases del mismo y los efectos que causa en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Son vitales a la hora de enfrentarlo. El control de la conducta, el manejo de las emociones, es lo que permite actuar de forma adecuada y tomar las decisiones correctas, en el momento preciso.
Bajo stress, perdemos la capacidad de captar, analizar y reaccionar correcta y oportunamente. Una mala apreciación de la situación, nos llevará necesariamente a tomar decisiones erróneas, si no somos capaces de analizar lo que está sucediendo a nuestro alrededor no solo no podremos reaccionar bien, es más estaremos impedidos de informar correctamente cual es la situación, a aquellos que vendrán a ayudarnos. En un caso más agudo aún; seremos presa de la angustia. Es decir un sufrimiento intenso ante la necesidad de tomar una decisión, ya que la posibilidad de equivocarnos y empeorar las cosas nos pondrá en uno de los peores escenarios y el más frecuente; el inmovilismo, la parálisis mental. Quedando a merced del destino, nosotros y los que dependen de nosotros. ¿Cuántas vidas se han perdido porque el encargado de seguridad de una empresa, no se atrevió a tomar esa decisión? ¿Cuánta gente ha muerto porque un jefe de cualquier cosa, se demoró demasiado en trasladar a un trabajador lesionado, a un cliente accidentado o enfermo, etc.? Ejemplos abundan de estos casos. Malas decisiones o lo que es peor ninguna decisión.
La Psicología de la Emergencia, propone un modelo de capacitación basado en la aproximación a la crisis, buscando siempre que la simple instrucción se convierta en un ejercicio más completo y de mayor exigencia; al buscar crear condiciones lo más similares posibles a un evento crítico. Ya sea actuando a través del simulacro, como respondiendo preguntas relativas a procedimientos de emergencia, pero bajo presión de tiempo y con sobre-estimulación del alumno. Como ejemplo citaremos la técnica de pedirle a un voluntario de bomberos, que responda la forma en que actuaría durante un amago de incendio, pero mientras responde se le formulan más preguntas que tienen como finalidad complicar la hipotética situación. Para darle más presión al ejercicio, el alumno sostiene un fósforo encendido en su mano y no podrá soltarlo hasta que termine satisfactoriamente el ejercicio.
Otros métodos similares son pedirle a alguien que trate de realizar una acción necesaria para efectuar un rescate, una extinción o una intervención en el caso de los guardias, pero mientras tratan por ejemplo de ensamblar mangueras, accionar un extintor, preparar una tabla espinal, etc. Sus compañeros lo detienen, le impiden el acceso a los implementos, buscan toda manera de retrasarlo y molestarlo. Parece un juego sin importancia, pero esta clase de entrenamiento tiene la gran ventaja de enseñar al alumno a concentrarse y a pensar aun cuando todo lo que nos rodea nos es adverso. Un muy buen ejemplo del uso de esta metodología, lo proporciona el Ejército de Israel y sus empresas de asesoría en defensa y seguridad, pues todas ellas utilizan estas técnicas de sobre-estimulación, en sus entrenamientos, llegando a ser más que “odiosas” y sin embargo de gran beneficio para los objetivos perseguidos.
El poder de las imágenes mentales, es abordado por la Psicología de la Emergencia. Instintivamente tratamos de apartar de nuestra mente las imágenes negativas, los pensamientos desagradables; aquellos que nos llevan a elucubrar situaciones de peligro, angustia o pérdida. Pues bien con el fin de desensibilizar nuestra mente y nuestro lado emocional, ante una emergencia se nos impele a imaginar
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