¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA EVALUACIÓN?
Enviado por Frederickson • 18 de Noviembre de 2022 • Reseña • 9.552 Palabras (39 Páginas) • 50 Visitas
CAPITULO 4 LA EVALUACIÓN, UN FENOMENO EDUCATIVO
4.1 ¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA EVALUACIÓN?
Las cosas que se evalúan son útiles como soportes
dinámicos para la reflexión y la acción, más que como
Productos estáticos con valor de sí mismos.
Linda Darling-Hammond
Dentro del contexto educativo se ha manifestado una serie de procesos en lo que se ha de centrar la atención de los grandes académicos, como por ejemplo: en dónde se aprende, la intervención externa de quien aprende, la interiorización de los conocimientos, pero con especial fijación en un punto determinado, ¿Cómo sabemos o cómo nos damos cuenta de que se ha aprendido? Cómo determina el ente que enseña, si en verdad lo que se está transmitiendo está siendo recibido y/o asimilado por la contraparte.
Ante esto se designa el término ¨Evaluación¨ como referente de la verificación hacia los conocimientos que han sido adquiridos por un individuo. Etimológicamente Evaluación, (es el acto de señalar el valor de una cosa), este término procede del antiguo francés value: valor participio pasado de valor: valer, y este último proviene de valere; ser fuerte, tener valor. Además el sufijo ¨–cion¨ significa acción y efecto; siendo conceptualizada de esta manera: acción y efecto de evaluar, así se define comúnmente. Se sabe que actualmente se posee una infinidad de definiciones con respecto a la evaluación, y retomando las palabras de Julio Pimienta; estas definiciones:
Van desde una declaración rigurosa de comparación de la realidad evaluada con unos objetos previamente establecidos, pasando por una tendencia a considerar aspectos cualitativos en el proceso evaluador y la consideración del para qué evaluar, hasta los planteamientos de procedimientos mixtos para la recopilación de información que nos permitan la comparación para emitir juicios y contribuir a la toma de decisiones. (Pimienta, 2008).
Considerando que la mayoría de las definiciones poseen similitudes (Pimienta, 2008), presenta una de ellas que sintetiza las semejanzas que comparten, según él, la evaluación educativa es concebida como:
Un proceso sistemático de recopilación de información (cualitativa y/o cuantitativa) para enjuiciar el valor o mérito de algún ámbito de la educación, (aprendizajes, docencia, programas, instituciones, sistemas nacionales de educación), previa comparación con unas normas o criterios determinados con anterioridad y que responden a instancias de referencias específicas. (Pimienta, 2008).
Dentro de la concepción que nos ofrece este autor, debe de existir una comparación entre algún ámbito de la educación y/o parámetros, normas o criterios que determinen algún tipo de medida o escala. Ciertamente si se realiza una mirada al paradigma positivista, en donde todo puede ser medible o cuantificable encontraremos que todo posee una medida, sin embargo apoyados en las afirmaciones de Pimienta, de que en toda la evaluación debe de partir de la consideración de un marco filosófico como epistemológico, cimentando las bases del proceso de Enseñanza-Aprendizaje-Evaluación, en dos perspectivas, la primera es la humanista del lado de la corriente psicológica y de la epistemológica se considera la pertinencia del constructivismo.[1]
Para insertarnos dentro del proceso educativo y evaluativo se debe de clarificar y evidenciar todas las facetas de la evaluación, a quienes evaluar, el cómo hacerlo y para qué evaluar, ¿cuál es la finalidad de tal acto? Dentro de las vivencias realizadas como docentes en formación, hemos sido partícipes del proceso evaluativo, sin ser conscientes de lo que esconde una evaluación autentica (retomado de las palabras de Díaz Barriga, 2002). Puesto que la evaluación ha decaído en términos de significatividad, aplicación, y funcionalidad, los docentes vamos por el sendero de la educación sin saber si los aprendices están desarrollando y adquiriendo habilidades en realidad o es que se está llevando a cabo una pseudo-educación que denota la necesidad de reafirmar con exactitud los objetivos que esconde la educación.
Cuando nos referimos a evaluar, estamos haciendo referencia cierta valoración de algo según sean marcados algunos parámetros o criterios previos, es decir; cuando brindamos nuestra opinión acerca de algo que nos gusta, rápidamente nos fijamos en lo que posee, y para que nos serviría más adelante. Este término se ha ido empleando implícitamente en cualquier labor en la que nos encontremos, cuando en casa nos encomiendan que realicemos tal cosa, debe de haber un cierto nivel de agrado para saber que lo que se hizo resultó satisfactorio, ahora bien, ¿A dónde queremos llegar con esto? En ámbitos educativos la evaluación ha denotado una evolución tremenda acerca de cómo se concebía y se aplicaba, puesto que se remitía a medir niveles conceptuales memorísticos únicamente, dejando de lado aspectos que posteriormente se retomarían como fundamentales dentro del proceso educativo.
Ante los retos que la sociedad demanda debemos ser constantes y prepararnos de lo mejor para ser parte fundamental en ella, para esto, es imprescindible que se retome el análisis de la evaluación, sus tipos, sus técnicas, su enfoque, sus características que conlleva y el misterio que esconde este medio que por mucho tiempo ha dado de que hablar en términos educativos. Como menciona (Diaz, 2002) acerca de la evaluación en el texto ¨Estrategias docentes para un aprendizaje significativo¨, ¨la evaluación es parte integral de una buena enseñanza, de hecho podríamos decir sin ningún menoscabo que no es posible concebir adecuadamente a la enseñanza sin la evaluación¨, en otras palabras; no puede haber enseñanza si no se tiene en cuenta la evaluación. Por ejemplo, antes de intervenir en cualquier contexto educativo, los docentes deben de analizar en qué situación se encuentra el grupo antes de que el interfiera, y no puede partir sin antes valorar la situación en que se encuentra el medio.
Sin un mecanismo evaluativo nos encontraríamos varados en la plena incertidumbre sobre lo que se está transmitiendo y caeríamos en el error de llenar a la persona de un sinfín de conocimientos sin saber lo que en verdad necesita adquirir y a su vez este no sabría valorar qué tipo de conocimiento resulta más imprescindible.
4.1.1 EL ENFOQUE DE LA EVALUACION
Como todo proceso en el que interviene el hombre, debe de poseer una mirada hacia donde necesita encaminar sus pasos, una guia hacia dónde dirigirse sin perder de vista el objetivo a alcanzar. Es por ello que la evaluación debe de poseer un enfoque por el cual determine ciertos criterios de qué, cómo y cuándo evaluar, siendo un factor determinante la conceptualización que tenga cada docente sobre evaluación.
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