Quiropráctica

En la quiropráctica decimos que este poder innato para curar- se viene desde arriba hacia abajo y desde dentro hacia fuera. Curamos en estos sentidos. Cuando te cortas, la herida cura por dentro primero, después por fuera. Y desde arriba hacia abajo porque el cerebro, que controla todas las funciones del cuerpo, está en la cabeza. En el otro modelo, el sistema de enfermedad, el remedio viene desde fuera en forma de agentes químicos. Entonces, si el cuerpo tiene el poder de autocurarse, ¿qué hago yo, el quiropráctico? Yo soy como un jardinero que cuida su jardín, regándolo y arrancando las malas hierbas para que el jardín pueda crecer y estar bonito – estar sano.

Pero el jardinero no hace crecer a las plantas del jardín. Ellas tienen su propio poder innato para crecer. El jardinero simplemente elimina los obstáculos que puedan impedir la expresión de ese poder innato. Y el quiropráctico hace lo mismo con el ser humano. En la quiropráctica consideramos todo el cuerpo, pero nos centramos especialmente en el sistema nervioso porque controla todas las funciones del cuerpo. Si el sistema nervioso no se encuentra en un estado 100% óptimo, el poder innato no se puede expresar con toda su fuerza, el cuerpo no funciona óptimamente, y se produce la enfermedad.

También el cuerpo puede estar debilitado y es vulnerable a las fuerzas externas que pueden llevarlo a la enfermedad. En un lugar de trabajo o en un colegio se puede reunir mucha gente. Todos están expuestos a los mismos virus y bacterias pero alguna gente suele enfermar con facilidad y frecuentemente, mientras otros raramente enferman. ¿Por qué será? El sistema nervioso tiene una íntima relación con la columna vertebral. En ésta se encuentra la médula espinal. Y entre cada dos vértebras, emanen de la columna un par de nervios espinales, uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. Todos los nervios espinales se ramifican, y algunos se mezclan entre ellos en los llamados plexos, para acabar formando los nervios que se reparten por todo el cuerpo para inervar todas las células, tejidos y órganos del cuerpo. De esta manera hay una comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. El cerebro está informado de todo lo que ocurre en el cuerpo y controla todas las funciones del cuerpo. Por la columna suben y bajan impulsos nerviosos continuamente que aseguran esta comunicación.

Pero a veces hay alguna interferencia en esta comunicación en algún nivel de la columna. Esta lesión funcional es lo que los quiroprácticos llamamos una subluxación vertebral. Las subluxaciones interfieren en el funcionamiento correcto del sistema nervioso, lo cual causa que el cuerpo no funcione al 100%, y que podamos tener síntomas, signos o enfermedad, aunque muchas veces hay subluxaciones pero no hay síntomas. El cuerpo tiene una gran capacidad de compensación y cuando notamos los síntomas es que ya llevamos tiempo con algunas subluxaciones. La corrección de las subluxaciones mediante técnicas quiroprácticas permite que el sistema nervioso vuelva a funcionar al 100% y el cuerpo se pueda curar gracias a ese maravilloso poder innato.

Por esta razón, los quiroprácticos ajustamos la columna vertebral – porque aquí se encuentra el sistema nervioso. Y por esta razón, mucha gente nos ve como doctores de la espalda. Pero como dice uno de mis compañeros quiroprácticos de California, el Dr. Ron Oberstein: “Yo no soy doctor de la espalda. Soy doctor del sistema nervioso. Si el sistema nervioso estuviese en la rodilla derecha, ajustaría la rodilla

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