Quién Golpeó A Jimmy Santi

En tiempos de la Nueva Ola, el Rock and roll y el Twist se alzó una figura pública en la moda limeña que alcanzó popularidad en otras ciudades, como Trujillo. Era una época en la que las ciudades del Perú parecían pueblos, así que si un famoso iba a llegar a la ciudad, era todo un acontecimiento.

La visita a Trujillo iba a durar solo unos días, Jimmy Santi sería la atracción principal de los eventos públicos y el séquito que lo acompañaría sería el de su manager y los dignatarios que hicieron posible los eventos.

A minutos de la salida de los estudiantes de colegio, quienes empezaron a llenar, las ya de por sí, atestadas calles, por la procesión que seguía al aclamado Jimmy, ocurrió que un muchachito de no más de 12 años alzó su voz para gritar las palabras que casi todos los hombres (machos que se respetan) estaban pensando: ¡MARICÓN!

Sorprendió, pero no tanto como lo que pasó a continuación. El niño escondido entre las masas fue encontrado fácilmente por el embravecido Jimmy, que lo buscaba cual gallo de pelea antes de hincar las uñas de las patas. Sonoras fueron las bofetadas que le propinó. Pero una figura atlética, morocho, futbolística, cuyo uniforme caqui escolar no lo camuflaba, se distinguió. Era el conocido Pepe Negro que se adelantó entre la multitud y se abalanzó entre Jimmy y el muchacho.

-¡Oye tú!, - qué chucha tienes para tocar al niño- dijo Pepe Negro.

Dando a continuación la lucha, el jaleo y el forcejeo para acrecentarse, poniendo a Pepe Negro contra el manager, donde este último logró inmovilizar a Pepe Negro por la espalda, atrapando sus brazos, dejándolo expuesto; servido, para que le propinen la paliza de su vida.

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Pepe Negro era conocido en todo Trujillo por su destreza con la pelota, jugadorazo de primera y no solo en las canchas, si no también con las señoritas, lo cual solo daba a más situaciones para mostrar su distinguible orgullo cuando la suerte le impedía con uno o con ambas. Por su banda de primos donde los apodos de todos comienzan con Pepe y por su tío, Erasmo Zafra, que presumía entre despilfarros su encanto conocido cuando en realidad era un estafador de espasmos pusilánimes.

Es por estas razones que la versión que se cuenta de los hechos ocurridos son según como el propio Pepe Negro los dijo al igual como cuando se lo conto apenas llegado, parcialmente madreado, a su prima Esperanza en casa de su tío.

- Y allí, estaba yo pe', y ese hijo concha de su madre de manager, me cogió por atrás y allí ese maricón de mierda, intentó golpearme - se justificaba Pepe Negro, haciendo con las manos, ademanes – pero yo – señalándose, indicó - desvié el golpe haciéndome pa' un lado pe' y allí es que me doy contra la pared – terminó diciendo Pepe Negro.

Ya que el orgullo no lo dejaría seguir, mandó a Pepe Chilico a llamar a sus otros primos. Tenían que organizarse.

Lucho se hizo con las llaves de la camioneta del Tío y con las de la hacienda que quedaba a las afueras de la ciudad, Pepe Gordo se encargó de preparar la camioneta, Pepe Negro de los garrotes por si tenían que pelear y Chilico, de dónde podrían encontrar a Jimmy Santi.

No fue tan difícil conseguir esa información, Chilico, menudo comparado con sus primos que parecen roperos y cohibido por ello, siempre terminaba siendo el que le hacía los mandados a sus

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