¿Qué pasó en la habitación “J”?
Enviado por yarineth12 • 7 de Febrero de 2016 • Tarea • 1.938 Palabras (8 Páginas) • 239 Visitas
¿Qué pasó en la habitación “J”?
Titulo: ¿Qué pasó en la habitación “J”?
Género: Terror.
Edad: Mayor de 16.
Personajes: El Sr. Johnson (Abuelo).
Camila (Nieta, Hna. De Héctor).
Héctor (Nieto, Hno. De Camila).
Comisario.
Introducción
La historia narra los maltratos de un hombre Sr. Johnson hacia sus nietos los cuales vivían con su abuelo desde el terrible accidente que sufrió su difunta madre.
Cuando el Sr. Johnson muere la nieta, aliviada de tanto maltrato que su abuelo le había dado durante toda su vida se instala en la habitación residencial de su difunto abuelo. Después que Camila cumple los 18 años
Una madrugada, comienza a pasar todo tipo de cosas fuera de lo común.
¿Qué pasó en la habitación “J”?
Camila y Héctor eran unos hermanos cariñoso, traviesos como cualquier niño de su edad, pero vivían muy felices al lado de sus padres, teniendo apenas 5 y 9 años de edad sus padre los abandona dejándolos solos con su madre, llevaban una infancia feliz al lado de su madre como cualquier otro niño a pesar del abandono de su padre.
Transcurrido un tiempo desde el abandono de su padre hasta la muerte de su madre en un accidente automovilístico y no teniendo más familiares su abuelo materno no les quedó más remedio que irse a vivir con él; a pesar que hasta este momento conocen la existencia de su abuelo, ya que su madre nunca les habló de él.
Cuesta creer que un abuelo no ame a sus nietos, solo se alegraba cuando hacía daño. El Sr. Johnson nunca había querido a sus dos nietos, hijos de su única hija, quien había muerto en un terrible accidente automovilístico donde sus dos hijos Camila y Héctor quedaron huérfanos, les toco ir a vivir con el abuelo (Sr. Johnson) por no tener a otros parientes cercanos.
Durante los años que vivieron con el abuelo, fue de puros maltratos, castigos, humillaciones, sobre todo a Camila la más pequeña por ser tan dulce, hermosa y sobre todo idéntica a su difunta madre, quien el abuelo tampoco había querido.
Héctor no lo había pasado mejor con su abuelo, pero al menos su carita lo había percibido y salvado de padecer una que otra crueldad, no se parecía a su hermana Camila y por lo tanto al abuelo no se le había transformado en odiados retratos de carne y huesos.
Tanto fue el sufrimiento que soportaron los hermanos por culpa del abuelo que no bien crecieron y pudieron trabajar, Héctor compro un apartamento pequeño y ahí se fueron a vivir liberándose así de una vida llena de maltratos.
Transcurrido algún tiempo, Héctor se casó y así fue como Camila regresó a vivir con el abuelo a pesar de que hubiese preferido vivir sola, una noche de tormenta de esas donde todo es oscuridad, Camila buscando una manera de ver las cosas, baja a la cocina para prender algunas velas, de pronto bajando las escaleras un estruendoso trueno ilumina el salón, para su sorpresa Camila se lleva tremendo susto, cuando logra ver a su abuelo en el sofá del rincón, el hombre tenía los ojos abierto y fijos hacia donde Camila se ubicaba, al principio se asusta, luego se percata de que en realidad el Sr Jhonson está muerto; asustada llama a su hermano avisándole lo sucedido.
Luego del funeral, Camila regresa completamente sola ha esa habitación con una gran “J” en el medio de la puerta, impresionada. Camila entró lentamente al cuarto observando todo aquello que dejado el abuelo antes de morir, como la cocina, el teléfono y baños completos, todo de buena calidad.
Camila era una vendedora en una tienda de ropa, y a partir del atardecer estudia en una escuela nocturna.
Un viernes por la media noche, no muy bien estaba rendida en la cama, cuando se despierta sobresaltada, por una pesadilla que no logro recordar; lo cierto es que Camila empezó a sentir la habitación pesada, sentía que algo le aspiraba las fuerzas, el aire, la vida, esa sensación le duro alrededor de cinco largos minutos.
Cuando termino de sentir aquella sensación escalofriante, Camila escucho fugazmente la voz del abuelo. Y la voz aullaba desde lejos:
Caaamilaaa… Pronto nos veremooos…
Caaamilaaa… Camiii… Camiii…
Camila aterrorizada encendió la luz, la radio y trato de olvidar lo sucedido, indudablemente una ducha tibia y un vaso de leche iban a hacer muy bien, después de esos momentos de angustia.
Y así fue.
En la mañana siguiente, lo que ella creyó que era una pesadilla más comenzó a prolongarse, sin que la misma Camila pudiera sospecharlo todavía.
La voz de Héctor a través de teléfono, le anuncio:
-Camila ahora que quedaste sola, yo no quiero nada de lo que el abuelo dejó, tienes que hacerte cargo de la habitación “J”, quédate tranquila que ya yo no necesito nada luego iré a verte, espero que estés bien.
Transcurrieron algunos días.
Héctor visito la habitación “J” la noche del domingo. Camila lo esperaba ansiosa.
Si bien ninguno de los dos sentían dolor por la muerte del malvado abuelo, una emoción rara, mezcla de pena e inquietud a la par, unía a los hermanos con la misma potencia del amor que se profesaban.
Camila efectivamente se quedo con todo lo que era de su abuelo.
Más de dos meses estuvieron esos aparatos almacenados sin darle ningún uso, Camila se decidió usar todos esos artefactos que se promocionaban en múltiples propagandas, tan novedosos y sofisticados eran.
Un día, superó la desagradable impresión que le causaban al recordarle al despiadado abuelo y finalmente comenzó a utilizar la licuadora.
En aquella mañana del domingo, tanto Camila como su gato se hartaron de la misma comida todos los días.
Ya que Camila superó un poco lo
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