RELATO SOBRE LA COMUNICACIÓN Y LAS RELACIONES HUMANAS

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. –Mahatma Gandhi.

La inteligencia emocional ya es parte de mi vida. Como mencioné en el foro de la semana pasada, no sabía que se le llamaba de esa forma a toda esa clase de habilidades y aptitudes, pero ahora es tiempo de aplicarla todo el tiempo y es que no sólo me enriquece en conocimiento y en la forma de expresarlas, sino que también lo hace como persona. No hay nada mejor que tener un constante aprendizaje y poder desenvolverte en la escuela, trabajo e incluso con amigos de una forma completamente diferente de como lo hacen los demás.

¿Qué conocimientos adquirí? ¿Cómo los apliqué y que aprendí de mí?

Es sencillo. Quiero empezar por indicar que la empatía es fundamental en mi vida, que tener tolerancia a la frustración es indispensable, al menos para mí, porque al trabajar en un área que se dedica al servicio al cliente, necesito ponerme “en los zapatos” de los demás para poder detectar necesidades, atacarlas, dar soluciones y brindar un servicio de excelente calidad.

Quiero compartir que en mi trabajo, me han reconocido en varias ocasiones por ser empático con la gente, por destacarme en más competencias y es algo que me funcionará no sólo ahora, sino para toda la vida. Voy a la universidad con todas las ganas de superarme, de salir del promedio y estar siempre actualizado.

¿Qué más adquirí? Ah… a autorregular mis emociones. No es sencillo trabajar con gente, porque siempre te piden que te pongas en su lugar, pero ¿y ellos?, ¿Quién se pone en el mío si yo dependo de mucha gente para dar soluciones? Me han tachado de burócrata y eso no es nada bonito. He aprendido a contenerme, a sacar lo mejor de mí cuando estoy detrás de un escritorio, a no explotar cuando ni siquiera vale la pena hacerlo.

A llevar a cabo la automotivación, ¿quién lo haría por mí sino yo? Soy el tipo de persona que echa para adelante cada que se levanta y lo vine a reforzar en clase. Si no soy yo el que piense a futuro, el que se motive, llegué a la conclusión que la motivación extrínseca, sólo es una fantasía, un espejismo que se desvanece si desaparecen quienes me incitan a hacer las cosas y que sólo estaré yo para mí.

La habilidad para interactuar con los demás es parte del día a día. No hay una relación perfecta, pero está en mí, hacerlas llevaderas y lo más amenas posibles. Así como hablar de autoconocimiento, ¿cómo saber cómo reaccionar si ni yo mismo me conozco y menos sé de lo que soy capaz? He aprendido a detectar mis emociones, ahora puedo decir firmemente, que sé cómo expresarlas, pero aunque soy humano y puedo errar, está en mí saber aplicar lo que he visto en clase.

De mis compañeros he aprendido que todos tenemos caracteres diferentes y que el trato con uno siempre será diferente

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