Recomendaciones para la calidad educativa

Claves para el mejoramiento de la calidad educativa

En la actualidad hablar de educación es un tema que va de la mano de los procesos de competitividad y progreso, enmarcados en la modernidad, que exigen de manera constante que cada una de las naciones ponga especial atención e inversión a la misma educación pero también a la ciencia y la tecnología, pues de ello dependerá en gran medida que las condiciones de pobreza se reduzcan.

Sin embargo, el escenario actual nos hace ver como la brecha existente entre los países desarrollados y los subdesarrollados, es cada vez más amplia, pues mientras que los primeros ponen en marcha todos sus esfuerzos y recursos para triunfar y dominar el futuro, sin olvidar su raíces; los segundos aún siguen buscando en el pasado las respuestas que les permitan cambiar su situación actual y tener aspiraciones para sobrevivir mediocremente a las contingencias y exigencias de la globalización.

No podemos entonces negarnos al carácter protagónico que la educación juega en la edificación y estructuración del mundo, funcionando así como la puerta que permita a una nación progresar. Este progreso se hace notar en los adelantos tecnológicos o avances científicos que a través de sus instituciones o personas hacen.

Recordemos entonces que estamos parados sobre un tipo de sociedad en la que los avances en materia tecnológica, científica y educativa le han llevado a considerarla como la sociedad del conocimiento, en la que precisamente a éste se le considera como el mayor grado de riqueza. Es significa un cambio en la forma de percibir incluso a las materias primas, pues es ahora a los avances o innovaciones que en materia de ciencia y tecnología  se hacen o realizan tienen un valor más alto. Por lo tanto,  estamos parados en una economía del conocimiento, en la que un producto de educación vale mucho más que un producto manufacturado.

Sin embargo, poco interés e importancia se le ha prestado a la educación en las economías subdesarrolladas y,  el reflejo de esto es que se le da más peso a las cuestiones económicas que a la educación, aspecto que se refleja en las estadísticas educativas y pruebas que a nivel internacional se aplican.

Vemos entonces que estamos insertos en una sociedad en la que la competencia entre mercados no está determinada solo por el ingreso a los mismos, sino que la clave esta entonces en inventar nuevos productos. Y es en ese tenor de poder medir hasta qué grado una nación es más competitiva que otra, que nos apoyamos del crecimiento y desarrollo de una nación en razón del Producto Interno Bruto (PIB).

Como mencionamos con anterioridad, hay más preocupación por la economía que por la educación, sin embargo, debemos ser consientes que  ambas se complementan y que para revertir los efectos o aumentar la calidad de educación hay que considerar la relación indisoluble entre una y otra.

Pero para que esos cambios se hagan presentes, hay que tomar en cuenta las diferencias y procesos, pues muchos de los comportamientos que al interior se reflejan, son resultado de una cultura de la organización.

Dicha cultura si analizamos se hace presente en distintos procesos como lo es   la elección del tipo de profesión a elegir, pues mientras que en las  grandes potencias se opta por estudiar las ingenierías, en los países subdesarrollados  se prefieren las profesiones más enfocadas a las humanidades.

...