Recuperativa
Enviado por eveoca • 3 de Diciembre de 2013 • 1.034 Palabras (5 Páginas) • 295 Visitas
Giorgio Armani creó su imperio de la costura a mediados de la década de los setenta. Su éxito se evidencia hoy, cuando las ventas corporativas superan los US$ 4.000 millones anuales y cuenta con una dotación de 2.500 personas alrededor del mundo. No obstante lo anterior, su travesía por el mundo de la moda no estuvo exenta de problemas y ataques de la competencia.
Armani, nacido en Piacenza, comenzó estudiando medicina. No duró mucho en sus afanes por las aulas de la Universidad de Milán, cuando atraído por el glamour de la moda, trabajó como sastre y luego asesor en “Casas de Moda” tan afamadas como Cerutti y Ungaro.
A los 30 años de edad decidió independizarse y llevar a cabo su propia colección, abriendo el mundo del vestuario masculino a nuevos diseños y colores. Fue precisamente Armani quien rediseñó la tradicional chaqueta masculina, recalculó sus proporciones, forma y caída, retomó los 2 cortes traseros de los ’30 y dejó de lado las telas duras, incorporando juventud a sus diseños, con libertad para las arrugas y cortes más suaves y libres. Su olfato comercial y ese don que sólo un artista como Armani posee, lo llevaron a transgredir los estándares de la moda masculina impuestos por Dior o Versace.
Hasta la fecha, estos dos grandes de la moda utilizaban telas con líneas muy marcadas y cortes rectos y muy elegantes. Armani sentía que algo faltaba.
Sus continuas visitas a New York, especialmente a la Isla de Manhattan, fueron la causa de su disgusto con el vestuario que se llevaba. Veía que los jóvenes ejecutivos de la 5ª Avenida, normalmente egresados de las mejores escuelas de negocios de Estados Unidos (Harvard, UCLA, Stanford, MIT, entre otras) no contaban con un vestir que los acomodara y distinguiera a la vez. Respondiendo a tal inquietud, se dispuso a crear trajes elegantes, pero terminando con la exagerada sobriedad impuesta por los diseñadores de la época. Introdujo el concepto de “casual” y creó trajes más audaces tanto en telas como en diseños y texturas.
Todo marchaba sobre ruedas, cuando a mediados de los ’80 comenzaron los ataques de Dior por la supremacía del sector. De igual forma, se incorporaron Hugo Boss y Ted Lapidus por un lugar destacado entre los destacados. Desde ese momento, los ingresos comenzaron una marcada tendencia a la baja, quedando su estructura física y humana sobredimensionada para la demanda que capturaba.
Armani sintió el golpe, pero fiel a su concepto “comodidad y distinción”, sentó las bases para una nueva postura competitiva. Esta nueva forma de enfrentar sus negocios tendía a ampliar el sector de la moda que atacaba hasta esos instantes. Separó a la compañía en dos grandes áreas: la primera, que la llamó simplemente “Armani” mantuvo los lineamientos de calidad y diseño con las cuales dio el primer golpe en la alta costura y la segunda y naciente compañía la denominó “Emporio Armani”, destinada a aquellos segmentos caracterizados por ejecutivos de buenos ingresos, que ansiaban un Armani, pero vestían a la fecha con buenos “trajes en serie”.
No contento con lo anterior, amplió su colección al vestuario femenino, perfumes, zapatos, lentes y otros artículos complementarios. Incorporó al vestuario masculino elementos del vestuario femenino, para relajar más aún su imagen y al mismo tiempo, integró elementos propios masculinos en el guardarropa de la mujer.
Hoy Armani ocupa un lugar preponderante en la industria de la moda. Con ganancias estimadas en US$800 millones, se da el lujo de haber expuesto sus colecciones en el Guggenheim Museum de New York y en el Metropolitan Museum of Art de esa misma ciudad. Según un destacado crítico de arte: “…algunos
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