Relación entre ética y estética
Enviado por Franz • 27 de Marzo de 2016 • Apuntes • 2.108 Palabras (9 Páginas) • 1.958 Visitas
RELACIÓN ENTRE ÉTICA Y ESTÉTICA
Sabemos que la ética es definida como el esfuerzo racional, reflexivo y práctico que dirige nuestras acciones, buscando de esta manera el buen vivir: mientras que la estética es una rama de la filosofía que busca estudiar la esencia y la percepción de la belleza (para propósitos del presente informe, este concepto será orientado al arte). Luego, es posible notar que tanto para hablar de buen vivir como para hablar de belleza (ética y estética respectivamente), es preciso hablar en primera persona, haciendo uso de ejemplos variados y concretos; pues como ramas de la filosofía, sus respuestas son producto de un análisis racional, el cual es realizado por la misma persona que comentará acerca de ello.
Por otro lado, analizando el contexto en el que nació la filosofía (Grecia), es posible notar que ellos también tenían una palabra para definir esta relación entre lo bello y lo bueno, la cual era Kalokagathia; dando a entender que ellos también consideraban que estas dos ramas de la filosofía no se deben tomar de forma independiente. Pese a la afirmación de Shaftesbury, Lessing, Moritz, Kant y el romanticismo en su conjunto, que señalan que la finalidad del arte es encarnar la belleza, se sabe que muchas obras de arte son irremediablemente morales, pues para juzgar su belleza o fealdad también suele incluirse la apreciación moral o ética como parte del juicio a la misma; por tanto, “La estética, la filosofía moral, la filosofía de la ciencia y cualquier otra disciplina ‘filosófica’ no forman un cuerpo de realidades totalmente autónomas, sino que surgen juntas como fruto de la evolución del pensamiento histórico y experimentan y comparten los mismos recursos y limitaciones cognitivos” (Castro Rodríguez, 2012).
Finalmente, la evidencia presentada, resulta sensato concluir que no solo la estética y la ética están unidas, sino que cada rama de la filosofía posee un vínculo que permite que el juicio respecto a una de estas se pueda fundamentar con alguna otra. Pero centrándonos en ética y estética, podemos también resumir esta relación con la siguiente frase: “Lo bueno es bello”, pues como personas racionales, buscamos la felicidad a través del buen vivir, pensamiento que causará que veamos como bello aquello que consideremos acorde a nuestro pensamiento.
OBRA VINCULADA A LA ÉTICA COMO FILOSOFÍA MORAL
En la obra de teatro “El Hombre del Subsuelo”, podemos ver a un protagonista muy descuidado de su persona, que según se nos muestra, busca hacerse daño a pesar de alegar ser alguien mucho más conciente que el resto de personas. Aquí es posible apreciar el pensamiento del hombre, el cual se encuentra orientado a aspectos libertinos en los que según él solo busca “sentirse vivo” o “expresar su singularidad”, ocultando que en realidad solo quiere que le presten atención.
Se puede observar a través de estas actitudes dañinas para si mismo que el protagonista no usa de forma racional la conciencia de la que tanto presume, y prefiere en lo general, tal como afirma repetidas veces, obrar de la forma más inconveniente solo para poder sentir placer en ello. A nivel personal, estás actitudes muestran la falta de interés por su bienestar personal, pues no busca una buena vida, tampoco ser feliz; decidió vivir unicamente para criticar a la sociedad, no obstante, también busca salir de lo que él denomina “subsuelo”, definido como el lado cruel y perverso que posee cada ser humano, pero al no sentirse capaz de hacerlo, decide culpar a la sociedad por su fallido intento. Dos ejemplos de este intento son:
- Reunión por el ascenso en cargo de Zverkov, por quien mostró desagrado, pero pese a sentirse así decide ir porque a los demás les incomoda su presencia; desde aquí ya podemos ver un afán por actuar según su voluntad, sin tomar en consideración el lado racional; el hombre desea vivir su vida satisfaciendo sus deseos, buscando así el placer, en lugar de tomar en cuenta el lado racional. Tras el encuentro, el protagonista da un monólogo al público diciendo que estaba dispuesto a llevarse bien con los demás, pero le molestaba que estos no lo vean como a un igual y lo despreciaran por su condición socioeconómica. Hasta cierto punto, su afirmación es lógica, pues sintió el desprecio por parte de personas elitistas con las que él deseaba congeniar; pero se observa también su lado no racional al optar por vengarse, quedándose con ellos con el fin de hacerlos pasar un mal momento.
- Último encuentro con Lisa, una prostituta que conoce en el burdel al que siguió a sus antiguos compañeros de colegio tras la reunión por el ascenso de Zverkov. Tras hacerle ver que la vida que llevaba en el burdel no era buena para ella, esta, sumamente agradecida, decide ir a visitarlo para anunciarle su matrimonio, a lo que el hombre enfurencido, pues este había pensado declarar su amor por Lisa (otro intento racional de reconocer a otra persona como su igual y salir del denominado subsuelo), abusa sexualmente de ella y le entrega cinco rublos como pago por “sus servicios”, propiciando así la furia de Lisa y que ella decida irse para nunca volver a verlo.
En ambos casos es evidente la falta de ética como filosofía moral y como búsqueda del buen vivir, pues el hombre no analizó ni pensó racionalmente en sus actos. Simplemente se dejó llevar por su idiotez, sin importarle lo que los demás piensen; es decir, decidió conservarse en la separatidad, tomando como excusa que el mundo está en su contra y que la culpa no es suya, intentando así librarse de la culpa, engañándose a si mismo.
En conclusión: La obra muestra a un hombre capaz de analizar, pero que decide anular su raciocinio, pues busca satisfacer antes al deseo, sin importarle la racionalidad de sus actos; es decir, no hay un espacio de reflexión dentro del protagonista sobre su propia conducta, mostrando al público un ejemplo de lo que muchos piensan pero no dicen. Dentro de este pensamiento es posible distinguir el actuar por deseo o impulso, o mostrar el dolor propio solo por el placer perverso de molestar a los demás. La sátira impera en partes del libreto en las que el protagonista interactúa a través de monólogos con el público, dando aquí un espacio si bien para el humor, deja implícito el momento de reflexión acerca de la vida del hombre y el análisis de sus errores.
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