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Relaciones Humanas


Enviado por   •  5 de Abril de 2014  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  200 Visitas

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En las relaciones humanas, la mayoría de las diferencias, desacuerdos…, se originan en la falta de entendimiento entre las personas. La comunicación es un arte, exige algo más que un simple intercambio de ideas; se trata también de un intercambio de actitudes, emociones, sentimientos… Cuando nos comunicamos con otras personas, todo nuestro cuerpo habla; por ello, en cualquier conversación debemos observar a nuestro interlocutor: los gestos, el tono de voz, los movimientos, sentimientos… El ser humano comunica consciente e inconscientemente, la expresión de ideas se revela por la transmisión de palabras y la expresión no verbal es la clave del registro emotivo de una situación. Podemos distinguir dos tipos de comunicación: la comunicación verbal y la no verbal.

La comunicación no verbal tiene una gran importancia en el proceso de la comunicación. Comenzaron a realizarse distintos estudios al respecto en 1960, ya que se trata del lenguaje más primitivo y el más utilizado por el ser humano. La comunicación es el fundamento de la vida, siendo la relación real establecida entre dos o más seres humanos. Es compartir.

Es importante conocer y tener en cuenta los objetivos que tiene toda comunicación:

▪ Comprender a los demás.

▪ Aceptar y ser aceptado.

▪ Transmitir y recibir información.

▪ Dar y recibir instrucciones.

▪ Enseñar y aprender.

La comunicación interpersonal es una de las situaciones de la vida donde hay más posibilidades de llegar a sentir estrés. En ocasiones nos hemos encontrado personas con las que nos es difícil conversar o solucionar problemas sin que nuestro cuerpo se tense y sintamos la imperiosa necesidad de darnos la vuelta y dejarle; en reuniones de trabajo, e incluso en conversaciones en casa, no logramos hacer que nos entiendan, o sentimos que la otra persona está equivocado y no vamos a conseguir llegar a ningún tipo de entendimiento ni de acuerdo, siendo entonces cuando nos damos cuenta de que estamos tensos, nos sentimos frustrados, no sabemos qué decir, pudiendo llegar al absoluto silencio para evitar el conflicto, o a enfrascarnos en una discusión agotadora y acalorada.

Para evitar estas situaciones tensas es importante que la persona procure:

▪ Crear una calidad de voz que transporte competencia, seguridad y afecto.

▪ Tener en cuenta la importancia de la mirada. Una mirada nos informa de la actitud de la otra persona, de sus intenciones; el contacto de los ojos va a proporcionar conexión y romperá barreras de comunicación. Evitar la mirada es negar -en gran medida- la presencia del otro.

▪ Reflexionar sobre el tono de voz, el ritmo y la velocidad. Es importante tener en cuenta el “qué” decimos y el “cómo” lo hacemos. No debemos olvidar que a través de la voz se proyectan emociones (alegrías, autoridad, emotividad, miedo, interés, expectativas…).

Aprender a escuchar

Podremos evitar estas situaciones estresantes, logrando una comunicación más fluida y, por tanto, más eficiente si aprendemos a escuchar.

Saber escuchar es, además de una función biológica, un arte, ya que muy pocas personas saben escuchar. Debemos poner en práctica una serie de pautas que nos pueden facilitar el acto de escuchar:

▪ Mirar a la persona que nos habla.

▪ No interrumpir.

▪ No terminar sus frases con palabros o en nuestro pensamiento.

▪ Realizar una escucha activa y reflexiva.

▪ Proporcionar la empatía con el interlocutor.

▪ No desviar la atención hacia nuestros propios pensamientos.

▪ Aprender a respirar y relajarnos.

▪ Estar atento a la conversación, para saber qué decir en cada momento.

Pero, a la hora de saber escuchar -difícil tarea que no nos ha sido enseñada, ya que nuestra cultura se encarga de enseñarnos a hablar pero en raras ocasiones a escuchar-, debemos tener en cuenta una serie de factores bloqueantes, que pueden interrumpir o hacer fallar nuestra capacidad de escucha, entre los cuales se destacan:

▪ Experimentar emociones fuertes.

▪ Desviarnos hacia nuestros propios pensamientos.

▪ Estar realizando otras tareas.

▪ Aferrarnos a concepciones preconcebidas.

▪ Hacer conclusiones propias.

El escuchar a los demás es un arte. Si supiéramos escuchar a los demás sabríamos cosas de ellos que nos ayudarían a comprenderles, a conocer los intereses de esa persona, a empatizar con ellos, a mejorar las relaciones interpersonales y laborales… y, con ello, evitar muchas desavenencias, problemas, enfados, etc. Las ideas las expresamos con palabras, pero debemos saber que estas son meras imágenes de aquellas.

Pautas

Nunca podremos comprender a una persona si no la escuchamos. Saber escuchar es un arte y existen algunas pautas para ayudarnos a llevar a cabo dicha habilidad:

▪ Estar pendiente de las ideas. La palabra hablada tiene una gran ventaja sobre la escrita: transmite con mayor énfasis y claridad los sentimientos. Al escuchar debemos tratar de oír lo que esconden las palabras para, de esa manera, poder comprender a la persona.

▪ Evitar estar a la defensiva. En muchas ocasiones, al principio de la conversación se escucha con la mente abierta, pero poco a poco la mente se va cerrando y se corta la comunicación. Por ello, es bueno adquirir la práctica de diferir el propio juicio hasta que el locutor haya finalizado.

▪ Practicar el arte de escuchar. No hay que tener miedo a escuchar a los demás; debemos verlo como un aprendizaje, una lección enriquecedora, aunque se trate de temas arduos, profundos… Aquella persona que es capaz de callarse para escuchar a los demás aprende mucho de la vida.

▪ Escuchar para recordar. Hay que saber escuchar a los demás y, posteriormente, reflexionar sobre lo escuchado. Se puede aprender mucho cuando se reflexiona sobre lo escuchado.

Comunicación empresarial

Una correcta comunicación entre directivos, trabajadores…, es decir, una buena comunicación entre todos los departamentos que componen una empresa y entre los miembros de cada uno de ellos, evitará situaciones estresantes, conflictivas y, con ello, se logrará éxito y mayor efectividad. Por todos es sabido que el estrés, la falta de comunicación, la falta de información…, pueden causar graves problemas de salud en los trabajadores. Por ello, se deberá tener en cuenta el impacto de los factores psicosociales en la etiología de trastornos psicosomáticos, y todos los especialistas coinciden en un punto: un número importante de las bajas laborales por procesos

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