Relaciones sociales

El vehículo gestor de todas estas relaciones sociales es precisamente la comunicación, ya que ésta acompaña al hombre en todas sus actividades, siendo el lenguaje el elemento primordial en la interacción humana, seguida de signos, gestos y representaciones gráficas.

No hay duda que la especie humana empezó su proceso de desarrollo intelectivo desde el momento mismo en que descubrió el lenguaje.

Lo cierto es que el lenguaje, ha servido a lo largo de la historia, como un elemento para que los seres humanos puedan intercambiar puntos de vista, opiniones y demás, y establecer los acuerdos necesarios para la cordial convivencia. En ese sentido, la comunicación es el medio ideal para la identificación y conservación de los valores esenciales para las relaciones humanas.

Al pensar en las relaciones humanas, debemos estar conscientes que atrás del simple hecho de que dos personas establezcan una comunicación, están implícitas una amplia gama de valores de coincidencia de ambas personas, como son, por ejemplo, el idioma, la raza, las creencias religiosas, la moral colectiva, las preferencias políticas, la cultura entre otras, aspectos todos que permiten una adecuada fluidez en la comunicación y por lógica, acuerdos o compromisos de ambas partes.

Este tipo de valores del individuales son, por decirlo así, los elementos que delinean una personalidad inherente a cada ser humano, y ventanas desde las cuales cada quién ven el mundo y sus diferencias. Pongamos por ejemplo el aspecto de los valores religiosos. Dos personas de distinta

religión, pueden requerir más tiempo para establecer acuerdos que quienes mantienen una creencia similar, a pesar de hablar el mismo idioma y mantener patrones culturales similares. Lo mismo podría decirse de quienes tienen preferencias o afiliaciones políticas distintas, ello en virtud de que existen en el ser humano, valores que sirven como sello para delinear la conducta en todas sus manifestaciones.

En el mismo orden de ideas, podemos decir que en este tipo de relaciones interpersonales, donde existen algunas diferencias que pueden ser obstáculo para la comunicación, es donde entra en juego un valor universal que debe ser observado por todos, y que viene a ser el respeto que debemos tener a las diferencias de pensamiento y patrones culturales de nuestros interlocutores. Dejar el valor del respeto a un lado, es abrir más la brecha comunicacional, y en cambio, que sea el valor que nos acompañe en todo el proceso, es abrir la puerta a la concordancia y comprensión mutua.

Hay una frase atribuida a Voltaire que a la letra dice: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Esta frase tiene implícito el respeto a las opiniones, las ideologías y valores

de la otra persona, y al mismo tiempo ha sido, quizá, el motor más importante

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