Religión, Creencias Y Libertad De Expresión" Derecho
Enviado por robertoadolfo • 16 de Abril de 2014 • 7.620 Palabras (31 Páginas) • 329 Visitas
“Religión, Creencias y Libertad de Expresión”
1. Introducción
En el presente trabajo me he propuesto analizar, los diversos conflictos que se presentan, cuando se enfrentan, la religión, las creencias, y la libertad de expresión, en las manifestaciones plásticas, televisivas, cinematográficas, informativas, educativas, y humorísticas.
En nuestro país se cuestionó la exposición del artista plástico, León Ferrari, en el “Centro Cultural Recoleta”, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y así también, la obra “Tertulia” (intervención sonora y visual, en el Cementerio de la Recoleta), en el Festival Internacional de Teatro, con sede en Buenos Aires, organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad.
En otro ámbito, el cinematográfico, la difusión de la película la “Ultima Tentación de Cristo”, fue prohibida en la Argentina y Chile.
En orden a la televisión, una interesante polémica sobre el derecho de réplica, surgió a raíz de supuestas manifestaciones agraviantes a Cristo y a la Virgen María, vertidas en el programa de Gerardo Sofovich. Como consecuencia de ello, en un juicio iniciado por el Dr. Miguel Ángel Ekmekdjian, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, otorgó la réplica al demandante.
Resulta muy interesante observar los disímiles criterios establecidos, respecto de éste tema, en Europa, y Estados Unidos de Norteamérica.
Recientemente, ha suscitado una fuerte polémica, la constitucionalidad de colocar crucifijos en los colegios públicos en Italia; como así también, el antecedente francés, sobre la prohibición del uso del velo, del solideo, o de grandes cruces, en el país galo.
Respecto de ello, se abordará la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos, y el criterio estadounidense, sobre dicha temática.
Por último, un caso que se tratará, y que ha tenido resultados y con connotaciones impensadas, es el concerniente a las caricaturas de Mahoma, realizadas en diarios europeos.
Sin embargo, antes de ingresar a los temas de referencia, deseo señalar, que la libertad de expresión ha encontrado sus límites, en diversas culturas. En este sentido, el fanatismo religioso, como el musulmán, y el propio panislamismo, limitan las manifestaciones políticas (ej. prohíben el comunismo), existiendo, además, una fuerte restricción a los derechos de la mujer.
Culturas como la Talibán, impiden que la mujer muestre su cuerpo, debiendo estar vestidas íntegramente con un traje, denominado, “burkas”.
Dworkin, en su trabajo, “El derecho a la burla”, señala que la “religión debe acatar los principios de la democracia, y no al revés”.
Con ello, nos está diciendo, que no se puede permitir que ninguna religión legisle para todo el mundo lo que se puede o no se puede comer, dibujar o vestir.
No obstante, estas marcadas limitaciones a la “libertad”, y entre las libertades, a la de expresión, no son ajenas a occidente. Por ejemplo, una abogada musulmana fue obligada a abandonar los estrados de una sala de la Audiencia Nacional, en España, por llevar un pañuelo cubriendo su cabello.
Zoubida Barik Edidi, vestida con su hiyab (que no le cubría el rostro), el 29 de octubre de 2009, fue intimada por el magistrado de la Audiencia Nacional, a que se quitara el pañuelo, o abandonara la sala.
La letrada no representaba a ninguna de las partes; por lo que mal hubiese podido significar su pañuelo, la presencia de un símbolo religioso que influyera en la marcha del proceso.
Podríamos sugerir, entonces, un escenario distinto, donde jueces y fiscales, sí deben abstenerse de usar símbolos religiosos, pues representan al Estado.
En orden al equilibrio que debe existir entre la libertad de culto y la libertad de expresión, sería absurdo, no permitirle a un abogado de religión judía, portar su “kipá” o de religión católica, impedirle llevar una cruz.
Hillary Clinton ha señalado “que la capacidad de un individuo para practicar su propio credo no tiene que ir en perjuicio de la libertad de expresión de los otros”. Lo que debe prevalecer, entonces, es la tolerancia, y no la supresión del discurso.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuando refiere a la libertad de religión, señala que éste derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia. Así también, la de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
En nuestro país, los actos discriminatorios se encuentran penados. Sí un acto u omisión con motivo de religión, arbitrariamente, impida, restrinja, obstruya, limite o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución, será obligado a pedido del damnificado a dejar sin efecto el acto discriminatorio o, a cesar en su realización, y a reparar el daño moral y material ocasionado.
Galguera Ferreiro considera “que el respeto a los sentimientos religiosos, es un límite autónomo a la libertad de expresión, necesario para afianzar el sistema democrático”. (Galguera Ferreiro, Juan; “Los límites de la Libertad de Expresión”).
Como podremos observar, el conflicto entre la libertad de expresión y la religión, o creencias religiosas, ha sido motivo de amplio debate; al análisis de dicha temática, me abocaré en las siguientes páginas.
2. “León Ferrari” y “Tertulia”
“León Ferrari”
La agrupación de curas “Cristo Sacerdote”, presentó una acción judicial (“Asociación Cristo Sacerdote y otros c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/ procesos incidentales”), en diciembre de 2004, solicitando la clausura de la retrospectiva del artista plástico León Ferrari, en el Centro Cultural Recoleta, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La muestra de Ferrari, -una retrospectiva de sus obras, desde 1954 al 2004- cuestionaba, entre otros aspectos, la represión impulsada por el cristianismo.
Ferrari realiza con su obra, críticas, provocaciones y promueve debates a partir de instalaciones, cuadros, trabajos en yeso, textos, collages, y esculturas, que cuestionan el principio de “castigo eterno” en el infierno, la represión ejecutada a quienes opinan diferente “en nombre de Dios”, las campañas en contra del preservativo del Vaticano, el odio y la discriminación del fanatismo religioso y la complicidad de la iglesia con hechos aberrantes durante la conquista de América, el nazismo y la dictadura militar.
La muestra fue considerada blasfema, entre otros, por el cardenal Bergoglio, sufriendo el ataque de grupos fanáticos, quienes
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