Responaabilidad De Los Abogados
Enviado por pepilloncho • 5 de Mayo de 2014 • 1.067 Palabras (5 Páginas) • 187 Visitas
La responsabilidad de los abogados por la justicia de sus casos* Duncan Kennedy** Quiero agradecer a la clase que se gradúa por invitarme a hablar en el día de hoy. También quiero felicitar a ustedes y a sus familias por el logro que este día representa. Ésta es la primera vez que se me convoca para dar un discurso de graduación y siento cierta ansiedad al inicio de esta nueva carrera. El tema que he elegido es sólo un aspecto de una cuestión más amplia: La responsabilidad de los abogados por la justicia de sus casos, seguramente uno de los temas más aburridos que se hayan inventado jamás para llenar el tiempo previo a la entrega de sus diplomas. Pero ¿qué les parece primero antes de la cuestión formal un momento de celebración breve, sentimental y hasta tonto? Busquen a su alrededor a algún compañero de estudios amigo o a algún familiar. Dense el gusto: sonrían, frunzan el ceño, hagan muecas o ignoren completamente a esa persona. Para algunos de ustedes, el calvario ha finalizado. Para casi todos ustedes–sospecho– ha habido momentos en los que se han sentido heridos o perdidos, atemorizados o humillados, en peligro. Pues bien, amigos, han cruzado la línea: ustedes ya son graduados. Están cruzando además la línea hacia la vida profesional. Eso es algo que pueden estar esperando. No es que puedan estar orgullosos por el * Publicado originalmente como “The responsibility of lawyers for the justice of their causes”, en Texas Tech. Law Review, nro. 18, 1987. Los editores agradecen al autor el permiso para traducirlo y publicarlo en esta revista. Traducción al español realizada por Luciana Ekmekdjian, docente de Derecho Constitucional, Facultad de Derecho Universidad de Buenos Aires, revisada por el autor y por Mary Beloff. **Profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard. Este ensayo fue presentado –ligeramente modificado– como discurso en la ceremonia de graduación del Colegio de Leyes de Washington, de la Universidad Americana, el 18 de mayo de 1986.solo hecho de ser abogados. Después de todo, hay buenos y malos abogados; pero sí pueden enorgullecerse de los poderes que han adquirido a través del estudio del Derecho. También pueden sentirse orgullosos de la tradición inherente al derecho por la cual los abogados utilizan sus poderes para ayudar a otros en pos del bien común. Es una práctica ardua. Muchos abogados aspiran a ella; algunos lo logran. Espero que ustedes estén entre ellos. Y ahora a lo mío. Quiero hacer algo muy típico de abogados: argumentar en favor de una posición, de una actitud que podrían –y creo que deberían– adoptar en la práctica de la abogacía en los años venideros. Comiencen con cierta piedad abstracta: intenten hacer todo lo posible, ¡oh, graduados del Colegio de Leyes de Washington!, para evitar hacer daño con sus aptitudes de abogados. Si les pidiera a cada uno de ustedes que juraran evitar hacer daño con sus habilidades profesionales, apuesto que la mayoría de ustedes diría: “¿Por qué no? De acuerdo, jefe, eres el orador de la ceremonia de graduación, suena inofensivo y hasta obvio para mí; en este acto me comprometo a evitar hacer daño con mis aptitudes profesionales de abogado”. Sin embargo, creo que esta piedad abstracta
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