Responsabilidad Social

Responsabilidad social INTRODUCCIÓN La responsabilidad social empresarial (RSE) se ha convertido en los últimos años en uno de los temas centrales como uno de los últimos desarrollos de las teorías de administración, tiene una gran relación con la ética empresarial y aunque se pueden encontrar coincidencias en sus campos de acción, su nacimiento no está en la ética empresarial. La responsabilidad social empresarial ha revolucionado la forma en la que las organizaciones empresariales se relacionan con la sociedad y sus problemas, las empresas están tomando conciencia de su gran potencial para ser actores de transformación de las realidades de los menos favorecidos y han encontrado que pueden ser un factor decisivo en la preservación del medio ambiente; adicionalmente han identificado que al participar en asuntos sociales pueden verse beneficiadas económicamente. Existen varias formas de realizar acciones en responsabilidad social y aquí se presentan algunas de ellas. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL (RSE) Por: Andrés Morales Valenzuela A primera vista se podría pensar que la responsabilidad social es un concepto desarrollado desde la ética empresarial pues la complementa y comparten algunos de los focos de trabajo; pero realmente la responsabilidad social corporativa es una de las últimas evoluciones de las teorías de administración. En las últimas décadas a partir de los años 1980 la responsabilidad social empresarial ha tenido un desarrollo acelerado pues las gerencias de diversas organizaciones han implementado programas encaminados a ejercerla. En principio la premisa central de la responsabilidad social es que las empresas u organizaciones tienen responsabilidades con sus grupos de interés internos; accionistas, directivos y empleados, y con los externos; la comunidad, conformada por el grupo de personas que conforma la sociedad en donde realiza sus operaciones y el medio ambiente. A mediados de los años 1990 las aproximaciones teóricas sobre la responsabilidad social empresarial fueron más enfáticas en torno a la necesidad de que las empresas autorregularan su actividad incorporando a su filosofía y sus prácticas empresariales valores éticos en busca de la equidad y la virtuosidad deseables en el negocio, reflejando estos valores en las relaciones con los grupos de interés de la organización, por medio de lo que Adela Cortina (1996) denomina toma de decisiones empresariales éticas. Su planteamiento propende porque los grupos de interés (o stakeholders) afectados por las decisiones de la empresa deben estar involucrados de alguna manera con la toma de decisiones de la organización.

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