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Resumen José María Albino Vasconcelos Calderón


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  7.134 Palabras (29 Páginas)  •  481 Visitas

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LA JUVENTUD INTELECTUAL MEXICANA Y EL ACTUAL MOMENTO HISTORICO DE NUESTRO PAIS Y UN ATENEO DE LA JUVENTUD.

JOSE VASCONCELOS

José María Albino Vasconcelos Calderón. Nació el 27 de febrero de 1882 y murió el 30 de junio de 1959, fue un abogado, político, escritor, educador, funcionario público y filósofo mexicano. Autor de una serie de novelas autobiográficas que retratan detalles singulares del largo proceso de descomposición del porfiriato, del desarrollo y triunfo de la Revolución mexicana y del inicio de la etapa del régimen post-revolucionario mexicano que fue llamada de construcción de instituciones. Su obra dejó una marca profunda en la vida cultural mexicana.

Las grandes transformaciones de los pueblos determinan un violento impulso hacia adelante en que coinciden despertar moral, la rebelión política y la renovación de las ideas. Nadie que haya observado as manifestaciones recientes de nuestra mentalidad nacional, dejara de reconocer el espíritu de autonomía, el garbo de juventud que deshizo la niebla de aquella dogmatizacion seudocientífica, que fue la enseñanza de las escuelas y la doctrina del periodismo durante la época de la tiranía y la injusticia política.

Se desprestigiaron ante la conciencia las teorías conformistas de ese especial positivismo mexicano o podría decirse positivismo porfirista y desde ese instante, casi sin esfuerzo, quedo consumada la revolución intelectual. Porque para que el alma se transforme, basta que con que en un momento reciba la intuición que le corresponde según el progreso del tiempo. El ateneo fue organizado para dar forma social a una nueva era de pensamientos aun sin saberlo con certeza, porque la voluntad marcha aunque no perciba claro su fin , los organizadores de esta sociedad se propusieron crear una institución para el cultivo del saber nuevo que habían encontrado y para el cual no hallaban asilo ni en las arcaicas agrupaciones donde se recuerda la ideología superficial de la época de la reforma, ni en las que discuten el rancio saber escolástico del catolicismo , ni de aquellas donde se ostentaba ruidosamente las argumentaciones de sentido común con que al amparo del despotismo oficial, los positivistas dominaban en las escuelas y academias. Se reunían solos y como rompiendo un lazo demasiado opresor, cortamos nuestras relaciones con lo que empezaron a mirar como el pasado y comenzaron a procurar beber en as fuentes abundantes del saber de los pueblos completos. Y ahora que también se ha operado la transformación política, hicieron un nuevo juramento al ideal de la generación porque el periodo que atravesaban ofrece peligros para mover sus voluntades. Al encontrarse en el templo del Ateneo que era donde quiera que estuvieran reunidos y se hallaran en adoración del vago pensar que los unía, las últimas veces que estuvieron juntos recordaba el furor que prevalecía afuera el frenesí del entusiasmo libertador que ellos experimentaron, pero cuyos rugidos escuchados desde ese interior de congregados para la meditación sonaron amenazantes y quizás sacudió el espanto de la ráfaga de viento que penetra al santuario amenazado apagar la lámpara sagrada que vela la contemplación y pasada la inquietud de la sorpresa se apuntaron a procurar que el viento benéfico, lejos de extinguir la luz simbólica. La reunión que se propuso para que se reafirmara en defensa de la cultura superior que comienza a iniciarse, contra las reacciones y cegueras que los cambios políticos pudieran determinar. Si saben expresarse con sinceridad, la patria debía de comprender por donde va su porvenir y el apoyo social que tan necesario es entre nosotros para todas las obras de la inteligencia sabrá elegir entre una juventud que reclama sus derechos a la vida mental y una senilidad que muda ayer bajo la opresión hoy pretenderá usar la libertad que no se conquisto en su tiempo y en su momento para contener el valor y nuestro querer nacidos con la revolución sobre las mismas alas que en la mañana del triunfo cruzaron la aurora. Muchos creyeron que por fin llegaba la época en que habían de tomar las ideas de los jóvenes todo el impulso que una larga espera precipita. Pensaban que se les debía por su lucha con el pasado un reconocimiento de vitalidad y un puesto de avanzada, pero todavía si habían de luchar sin éxito, si después de liberarse de la mediocridad de la ciencia porfirista habían de encontrar en su camino de la ignorancia del especialista o la mala fe de la reacción, aún está intacta la reserva de poder, comenzara la batalla y triunfaran al fin porque estarán más libres para asimilar y poderosos para construir. Pasada la contienda de los ciudadanos contra la tiranía volvieron a sentir la aproximación de un peligro se preguntaban ¿A dónde llevarían los políticos dominantes la cultura naciente? Confiaban en que habrían de dominarlo sino que se verán precisados a cumplir los fines de la revolución y entonces dentro de la libertad serian ellos los vencedores. Continuarían mientras tanto la defensa de los escasos progresos ya conquistados, la construcción de lo que ya puede llegar a ser un carácter nacional, un perfil definido, quizá un principio de creación del ser mental que esta por integrarse realizando la expresión de nuestra raza durante tanto tiempo muda, pero llena potencialidades que aguardan cierto acorde de armonía remota para vibrar y cumplirse

LA REVOLUCION Y CULTURA EN MEXICO Y LA CULTURA DE LAS HUMANIDADES

PEDRO HENRIQUEZ UREÑA

Pedro Henríquez Ureña, es el nombre por el cual se conoce a Nicolás Federico Henrí¬quez Ureña Nació el 29 de junio de 1884 y murió el 11 de mayo de 1946 fue un intelectual, filólogo, crítico y escritor dominicano. Su obra crítica se caracteriza por la amplitud de los temas tratados y su ferviente deseo de demostrar la unidad e independencia espiritual de América. A este respecto se pueden citar: Seis ensayos en búsqueda de nuestra expresión (1928), Apuntaciones sobre la novela en América (1927) y Sobre el problema del andalucismo dialectal de América (1937).

La revolución ha ejercido extraordinario influjo sobre la vida intelectual, como sobre todos los órdenes de actividad en aquel país. Raras veces se ha ensayado determinar las múltiples que ha invadido aquella influencia, pero todos convienen cuando menos en la nueva fe que es el carácter fundamental del movimiento, la fe en la educación popular, la creencia de que toda la población del país debe de ir a la escuela, aun cuando este ideal no se realice en pocos años, ni siquiera en una generación.

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