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Este texto habla acerca de como fue cambiando el trabajo asalariado. Empieza diciendo que el invento de la fábrica al “estilo americano” trastocó el antiguo orden de las cosas y de los hombres. La introducción del cronómetro, y la necesidad de ganar tiempo a toda costa. De esta historia se trata básicamente este libro.

Detallando que el cronómetro es un instrumento político de dominación sobre el trabajo, da lugar al taylorismo, y este va a transformarse en un conjunto de gestos de producción. También se lo describe como un proceso de reducción del saber obrero de fabricación a la serie de sus gestos elementales. El cronómetro es un avance sobre la forma organizada y combativa de la clase obrera y no sobre el “trabajo”. O sea, que el cronómetro pretende romper con la avanzada figura de la resistencia obrera.

El obrero profesional se lo busca sustituir por el obrero-masa, porque el profesional puede elevar las tarifas e impone su propio ritmo de producción. En cambio, el obrero-masa, que es inmigrante sin calificación ni organización, no puede. Esto conlleva a que el capital se modifique a favor del capitalista. Esto explica el surgimiento de la producción en masa.

La nueva economía del tiempo invade el mecanismo de conjunto de la producción social, esto asegura el nuevo sistema de producción en masa. Sumado a la cadena de montaje de Ford, se relevan las técnicas taylorianas de medición de los tiempos. Es decir, que la producción de mercancías en grandes series y de mercancías estandarizadas se convierte en la norma y la regla con el apoyo de la cinta transportadora y la cadena de montaje.

Con Taylor, a principios del siglo, aparece la verdad desnuda. El obrero de oficio es el requerido por los fabricantes. La industria pasa a depender de ellos. Las manufacturas eran débiles e inestables por estar obligadas a perseguir a dichos obreros, cosa impensada hoy en día.

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