SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
Enviado por yatay • 2 de Junio de 2013 • 4.299 Palabras (18 Páginas) • 306 Visitas
Sistema Nervioso Central
El tejido nervioso se compone de una asociación de células nerviosas llamadas neuronas (unidad funcional de este tejido) y de células de sostén de varios tipos llamadas células gliales. El tejido nervioso se agrupa con otros tejidos y estructuras (conectivo, vasos sanguíneos, etc.) para formar el sistema nervioso (SN), el cual permite que el organismo responda a los cambios continuos del medio externo e interno, controlando e integrando las funciones de los órganos y aparatos.
Teniendo en cuenta aspectos anatómicos, el SN se divide en:
Sistema Nervioso Central (SNC), conformado por la médula espinal y una porción ántero-espinal que corresponde al encéfalo (hemisferios telencefálicos, diencéfalo, mesencéfalo, cerebelo, protuberancia y bulbo raquídeo). El encéfalo y la médula espinal están contenidos y resguardados respectivamente, en la cavidad craneana y el conducto vertebral.
Sistema Nervioso Periférico (SNP), compuesto por:
1) nervios craneanos, raquídeos y periféricos que conducen impulsos desde el SNC (nervios eferentes o motores) y hacia éste (nervios aferentes o sensitivos),
2) conjuntos de cuerpos neuronales fuera del SNC llamados ganglios y
3) terminaciones nerviosas especializadas (tanto motoras como sensitivas).
Considerando el aspecto funcional, el SN se clasifica en:
Sistema Nervioso Somático (SNS) o de la vida de relación, (del griego soma, cuerpo) que consiste en los cuerpos neuronales del SNC y el SNP, que proveen inervación motora y sensitiva a todo el organismo excepto a las vísceras, el músculo liso y las glándulas.
Sistema Nervioso Autónomo (SNA) o vegetativo, formados por las partes autónomas del SNC y el SNP. Provee información eferente motora involuntaria al músculo liso, al sistema de conducción del corazón y a las glándulas. También provee inervación aferente sensitiva desde las vísceras (dolor y reflejo autónomo). El SNA se subclasifica en una división Simpática y una división Parasimpática. Existe una tercera división según algunos autores que comprende al SN Entérico.
Estructura histológica general del Sistema Nervioso:
Tal como se mencionó previamente, el parénquima del tejido nervioso está formado por neuronas y células gliales. Las células gliales constituyen un sistema de células de origen neural con características especiales según la función y ubicación. En general, todas ellas se destinan al mantenimiento de las neuronas: alimentación, protección y soporte. Las células gliales o de la neuroglía tienen un soma o cuerpo celular en donde se encuentra la mayoría de los organoides, el núcleo y numerosas y variadas proyecciones citoplasmáticas. Estas proyecciones, junto con las prolongaciones neuronales forman una “red” que se sostiene a sí misma y a los somas: el neurópilo.
Además de la glía de origen neural o macroglía, se encuentra la microglía que está formada por células que provienen embriológicamente de los monocitos sanguíneos; es decir, células con actividad fagocítica que se mantienen en general quiescentes dentro del tejido nervioso.
Las neuronas son células de morfología variada dependiendo de la función y de la región del SN en la que se encuentren. Una vez que el desarrollo perinatal finaliza, se transforman en células con incapacidad para multiplicarse. Esto significa a la vez, que son células altamente especializadas.
En efecto tienen la capacidad de la irritabilidad o excitabilidad muy desarrollada y también la de la conducción de impulsos que se transmiten hacia otras células cercanas o lejanas a través de sus prolongaciones. La excitación de la neurona implica un cambio en la carga eléctrica a través de la membrana plasmática. Este cambio se manifiesta como un flujo iónico a través de canales proteicos incluidos en la membrana (canales dependientes de voltaje). Una vez que se produce la excitación “de entrada”, se conduce el impulso (flujo iónico) hacia el otro extremo de la célula que suele ser el axón o proyección principal de la neurona. Si la excitación ha sido suficientemente fuerte o si varios impulsos se han sumado, la resultante es una onda de excitación o impulso eléctrico que en la región terminal se traduce en la secreción de un producto neuroquímico llamado neurotransmisor (transmisión química).
Así, un impulso eléctrico se ha transformado en un impulso químico que tiene como fin excitar o inhibir a la siguiente célula de la cadena. Esta célula contigua puede ser otra neurona, una célula epitelial, una célula muscular, la pared de un vaso sanguíneo, etc. y se denominan, en general, células blanco. La zona de contacto entre la neurona y la célula blanco se denomina sinapsis. Por lo tanto, la neurona tendrá un terminal sináptico con una membrana presináptica separada de la célula blanco y su membrana postsináptica, por la hendidura sináptica.
Las sinapsis pueden ser excitadoras o inhibidoras y esto depende de la acción que un neurotransmisor determinado ejerza sobre la membrana postsináptica: algunos neurotransmisores son capaces de lograr la apertura de los canales de cloro dependientes del voltaje y otros abren los canales de sodio. En el primer caso, el resultado será el ingreso del ión Cl- dentro de la célula y su negativización interna traerá como consecuencia una hiperpolarización de la membrana, que hará que ésta se presente inhibida. En el segundo caso, la entrada de Na+ logrará la despolarización y se generará un potencial de membrana que podrá (si es suficientemente grande) lograr la excitación en la segunda célula. Para que se logre la conducción del impulso es necesario que exista una diferencia de potencial suficientemente grande que se conoce como potencial umbral. Si la diferencia de potencial entre el interior y el exterior de la membrana es igual o mayor que el umbral, el potencial generado se transforma en un potencial de acción que se proyectará por toda la célula afectada.
Lo que se pretende obtener es una respuesta rápida en un lapso de tiempo muy corto (menor a milisegundos). Como ejemplo vale el llamado reflejo pupilar: cuando se ilumina con una fuente de luz intensa el ojo de un animal se obtiene como respuesta inmediata el cierre de la pupila. Sin embargo, para lograr que esto ocurra se deben utilizar más de dos células: una receptora de la luz, una neurona ganglionar, una neurona resolutiva en el SN central, otra motriz y al fin una acción general sobre las células musculares del iris. Este ejemplo da clara idea de la velocidad de transmisión del impulso nervioso en un reflejo relativamente simple.
El SN resuelve sobre la actividad o no del organismo por medio
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