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SUPERVISIÓN Y CALIDAD EDUCATIVA


Enviado por   •  7 de Mayo de 2013  •  3.489 Palabras (14 Páginas)  •  304 Visitas

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Últimamente, es muy común escuchar que el objetivo principal de toda empresa, organización o grupo de trabajo es lograr la calidad, sobre todo en el ámbito educativo la calidad se ha vuelto el tema de moda, se habla de transformaciones curriculares, de nuevos modelos de gestión, todo dirigidos a alcanzar esa calidad educativa tan soñada. Pero, ¿en qué se está fallando entonces? Me atrevería a decir, que una de las razones es que no se está tomando en cuenta la supervisión educativa como debe ser concebida. Todos los planes, todos los modelos, pueden estar muy bien escritos, y pueden haber sido elaborados con muchos estudios y estrategias, pero si no se incluye la supervisión, y más aún, si no se desempeña una supervisión educativa el riesgo de que el sistema falle es indudable. Así pues, es conveniente ubicarse en un marco en el que deje bien claro lo que es la supervisión educativa, la calidad educativa, así como la estrecha relación entre ambas.

Al hablar de supervisión educativa, existen una serie de elementos que circundan esta función y que de cierta manera la hacen ver como un proceso negativo para el empleado. Como bien se sabe, la supervisión educativa va más allá del control, y sobre todo se debe aceptar y entender que no es algo punitivo. La supervisión educativa no es más que una herramienta que le permite a las instituciones, ya sean públicas o privadas, fortalecer la gestión educativa, mejorar los procesos de enseñanza/aprendizaje y brindar a la sociedad una colaboración en la formación de ese ciudadano que desea.

La educación Venezolana en la actualidad, atraviesa un notable proceso de cambios en los que solo se ha logrado su modificación nominal mientras que se obvia la necesidad real de transformación de la misma a fin de impulsar un desarrollo continuo y sistemático de la sociedad. Es importante considerar que estos cambios deberían apuntar no solo hacia la búsqueda de fines y objetivos, sino a la búsqueda de una metodología o currículo que fomente la autonomía, el constructivismo y la creatividad del estudiante, así como también la iniciativa de capacitación, actualización y consideración de asesorías por parte del profesional de la docencia para impulsarla; debido a que actividades como la supervisión educativa, que de una u otra forma ayudarían a mejorar la realidad palpitante en este contexto, aunque ha estado ligada a la educación, está debilitando indefectiblemente la posibilidad de depurar al país de la denigrante condición de subdesarrollo puesto que es llevada a cabo de manera incorrecta o se dedica a labores ajenas a sus funciones.

La supervisión educativa según Ruetter, I. y Conde, M. (1998) es “eje fundamental para transformar el desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje” y más aún plantean un modelo de supervisión que incluya todos los elementos necesarios para una óptima supervisión y dejar a un lado lo de castigo.

Así pues, Ruetter, I. y Conde, M. (1998) proponen:

un modelo sistémico de supervisión pedagógica con una estructura funcional acorde con los niveles organizativos del sistema educativo, en un contexto descentralizado y con el propósito de prever, organizar, dirigir, coordinar, orientar, controlar y evaluar todos los factores que intervienen en el desarrollo pedagógico. (p.62)

Así vemos pues, como se incluyen más propósitos para la supervisión y no solo el control o la evaluación, que es lo que la mayoría de personas considera que es la supervisión. Elementos como la previsión ayudará a tener en cuenta medidas a tomar en determinados casos, además se organiza todo el trabajo en conjunto, se dirigen los procesos educativos con miras hacia los objetivos organizacionales, se coordina trabajo en equipo para el logro de las metas, se orienta el proceso y sus actores en el camino que deben seguir para el fin determinado y finalmente se controla y se evalúan todos los elementos involucrados no con el fin de castigar sino con el fin de corregir fallas y mejorar el proceso educativo.

Evidentemente que la supervisión requiere de la evaluación, el detalle está en entender que la evaluación no es para menospreciar a nadie sino para que se esté consciente de los errores que se cometen y que de estas evaluaciones se pueda aprender exactamente cuáles son esas fallas y así mejorar la respectiva actuación. El detalle está cuando esta evaluación se hace como un proceso burocrático, el cual limita al docente a una serie de actividades, y a consecuencias evaluativas las cuales lo desmotivan y no le permiten apreciar todas las bondades de la evaluación. En este sentido, Suarez, R. (1995) caracteriza la burocracia “por la impersonalidad, la rigidez y la súper organización que genera toda esta complicada red de trámites y papeleo. Da más importancia a los medios y técnicas que al aspecto humano y a los fines y objetivos.”

Por lo anterior, parafraseando las exposiciones de Nérici (1986), un supervisor debe ayudar a los docentes a adquirir conocimientos, habilidades y competencias, desarrollar sus conocimientos, orientar y entender situaciones y que este entienda y reflexione para que encuentre alternativas de soluciones a los problemas que afecten el desempeño.

Así pues, vemos como muchas veces este proceso evaluativo y mal llamado supervisión, no hace más que cortar o limitar las intenciones de aquellos docentes que desean hacer algo más en su día a día, que desean tomar otras alternativas y caminos, que según la libertad de cátedra, le permite llegar a culminar ese proceso de enseñanza aprendizaje con éxito, sin dejar a un lado las normas y las reglas establecidas, pero agregando esa parte del ser docente que cada uno de los profesores de corazón llevamos dentro.

Al respecto, Suarez, R. (1995) explica como:

Se condiciona al hombre y se le automatiza, quitándole su creatividad y dinamismo. Tal organización burocratiza a los educadores, tornándolos en simples empleados “establecidos” y haciendo de su profesión solo un medio para el propio sustento, dimitiendo a su misión de guías sensitivos del desarrollo humano de los educandos, comprensivos de los hechos y situaciones. (p.50)

Esta mala interpretación se da quizás porque se habla de supervisión o gerencia desde un punto de vista mercantil o empresarial con fines de lucro, y por lo tanto los procesos gerenciales se dan con mucha más rigidez. Pero en el ámbito educativo, se debe hablar de gerencia educativa, de supervisión educativa, es decir, trasladar esos conceptos mercantiles, por llamarlos de alguna forma, a la educación, tomando en cuenta el ámbito en el que se trabaja.

En relación con esto, Rodríguez, P. (2009) señala:

En el tratamiento de lo gerencial

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