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Sabemos que no sólo no podemos


Enviado por   •  16 de Mayo de 2014  •  381 Palabras (2 Páginas)  •  236 Visitas

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Sabemos que no sólo no podemos

vivir sin emociones sino que estas son expresión necesaria de la naturaleza

humana. Hasta aquí todo el mundo de acuerdo como también que hay momentos en

los que el estado emocional se nos escapa de las manos y desborda nuestra

capacidad de autodominio. Pero en cuanto

una persona vive dominada por y bajo el impulso de sus estados emocionales pasando en cuestión de

minutos de la sima de la depresión a la cima de la alegría y la excitación o de

la envidia a los celos o de la risa al llanto o del odio al amor, de la ira a

las caricias, asistimos a un desequilibrio emocional capaz de destrozarnos y

dejarnos sin saber a qué atenernos nosotros mismos ni a qué atenerse los demás.

El ser humano tiene que aprender a no vivir a merced de impulsos emocionales

que, si bien tienen siempre una explicación o una causa inmediata, son ciegos

en cuanto que ciegan nuestra capacidad de razonar y ver el terreno que pisamos. No se trata de vivir en perfecto

equilibrio, privilegio de muy pocos en escasos momentos, sino de no estar a

merced de dónde sople el viento. Los cambios repentinos de estado de ánimo

producen importantes estragos en la personalidad del sufridor, pero además y a

su paso, dejan un fuerte impacto en quienes con ellos conviven y, al reaccionar

con esa labilidad emocional, les tienden a rehuir y a evitar, destrozando a su

paso relaciones que se las prometían felices. La emoción no puede ser cual

animal silvestre que se expresa como le viene en gana, sino un animal

domesticado. Si uno quiere exponerse a vivir desequilibrado lo que tiene que

hacer es dejarse llevar de su emoción y expresarse casi siempre como el impulso

se lo exige. La emoción no debe ser predominantemente el guía que nos indique

por donde caminar y cómo comportarnos. Nuestros comportamientos o acciones,

aunque a veces se excedan, deben estar regidas por la razón que es quien debe

indicar hasta donde el estado de ánimo debe ser expresado en cada

circunstancia. Hay personas, sin embargo, que se mueven como si estuviesen

poseídas por su estado de ánimo y cuando actúan no saben si matan o hieren, ni

qué consecuencias tiene su expresión en si mismas y en aquellos que tratan.

Emocionales, sí, descontrolados y emocionalmente alterados y cambiantes, a ser

posible nunca. Es un inconveniente vivir de esa manera

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